CHILE: LA JUSTICIA, LA MEMORIA Y LOS ASESINOS
I. ASESINOS A RUEDA DE PRESOS …32 AÑOS DESPUÉS
Cinco oficiales de la Armada Nacional, de la Policía de Investigaciones y Carabineros de Chile, en retiro, procesados por el secuestro y ejecución del militante de la resistencia popular y del Movimiento de Izquierda Revolucionaria Rudy Cárcamo Ruiz, en noviembre de 1974, deberán comparecer el este jueves 22 de febrero de 2007 a la diligencia procesal de Reconocimiento en Rueda de Presos, decretada por la Corte de Apelaciones de Concepción.
Comisión de Trabajo
de ex PP MIR Concepción
Estos malhechores constituían parte de la jefatura del grupo operativo instalado en dependencias de la Base Naval de Talcahuano, conocido como Ancla Dos, integrante del Centro de Inteligencia Regional (C.I.R.E.) dirigido por el Jefe del Departamento de Inteligencia del Ejército de la Tercera División Sergio Torres Gundian.
Para la diligencia será necesario trasladar hasta las oficinas del ministro en visita extraordinaria Carlos Aldana, juez sustanciador del proceso, a un conjunto indeterminado de delincuentes comunes actualmente recluidos en la cárcel El Manzano, para mezclarlos con cada uno de los procesados a fin de que testigos del secuestro de Rudy Cárcamo puedan establecer la identidad de los secuestradores. Se hará una combinación de quienes actualmente purgan sus delitos en la cárcel local con los procesados por el secuestro y muerte en tortura de Rudy Cárcamo en la Base Naval de Talcahuano.
Los procesados por crímenes de lesa humanidad que deberán comparecer junto a sus colegas maleantes comunes son:
Hugo Nelson González D’Arcangeli, capitán de navío (r) jefe del Departamento de Inteligencia Naval y Jefe del campo de prisioneros de la Base Naval de Talcahuano, Ancla Dos, lugar de reclusión, tortura y muerte de los combatientes de la resistencia popular, domiciliado actualmente en calle Vicuña Mackenna Nº 626, Reñaca.
José Raúl Cáceres González, capitán de navío (r), oficial de Infantería de Marina, el mejor oficial de inteligencia (torturador) del Ancla Dos, certificado por el comandante del C.I.R.E., de probada crueldad en el Fuerte Borgoño de Talcahuano en la represión en agosto de 1973 a los marinos constitucionalistas que se oponían al golpe de Estado; actualmente domiciliado en calle Los Abedules 1240 Bosque Montemar Con-Con y profesor de la Universidad de Chile.
Víctor Donoso Barrera, capitán (O.M.) (r) de la Armada, secuaz de González D’Arcángeli, jefe de torturadores del grupo operativo Ancla Dos del C.I.R.E, domiciliado en 3 Norte N° 916 depto. 22 en Viña del Mar.
Conrado Alfredo Cesnic Guerricabeitía, coronel (r) de Carabineros, miembro del SICAR (Servicio de Inteligencia de Carabineros) integrante del grupo operativo Ancla Dos del C.I.R.E. domiciliado en Colón 4840, Las Condes, Santiago.
Osvaldo Francisco Harnish Salazar, prefecto inspector (r) de la Policía de Investigaciones, jefe de torturadores, miembro del grupo operativo Ancla Dos del C.I.R.E., domiciliado en calle La Serena N º 60 Puerto Montt.
El C.I.R.E., Centro de Inteligencia Regional, fue constituido en enero de 1974 por decisión del Comandante en Jefe de la Tercera División del Ejército General de División Nilo Floody Buxton y del Comandante de la Segunda Zona Naval de Talcahuano. Sus oficinas principales estuvieron ubicadas en Concepción, en la esquina de Barros Arana con el pasaje Portales, tercer piso.
El grupo operativo encargado del secuestrado, tortura y ejecución de los prisioneros fue instalado en la Base Naval de Talcahuano, en el conjunto de edificaciones constituido por el gimnasio techado, el estadio Francisco Acosta y la guardería infantil , conocido globalmente como Ancla Dos.
A esta guarida de maleantes fueron destinados numerosos infantes de marina, marinos, militares, carabineros y detectives encargados de allanamientos, secuestros, tortura y muerte de prisioneros, quienes han desfilado durante los últimos años por el despacho del juez del Primer Juzgado del Crimen de Talcahuano y recientemente por el despacho del ministro en visita Carlos Aldana en Concepción.
Esta asociación de malhechores funcionó en estrecha colaboración con la DINA , y luego con la CNI y Colonia Dignidad, hasta fines de 1.978, intercambiando prisioneros y personal.
El jueves 22 de febrero los procesados deberán someterse al “reconocimiento en rueda de presos” mezclados con maleantes habituales que purgan delitos de mínima consideración comparados con estos sujetos que gozan de libertad bajo fianza en espera de su juzgamiento y condena por sus crímenes atroces, vergüenza de nuestra comunidad.
II. VÍCTOR DÍAZ: LA VERDAD Y LA COBARDÍA EXTREMA
A 31 años de búsqueda de nuestro padre, Víctor Díaz López, recién empezamos a conocer la verdad, esa verdad que como siempre hemos dicho, por dolorosa que ella sea hay que enfrentarla, es la única manera de empezar a vivir el duelo que sólo con la justicia verdadera podría quizás cerrarse. Y en realidad es muy terrible saber de los meses de horror que vivió en manos de sus torturadores, todos miembros de las fuerzas armadas de Chile y la forma cruel, inhumana y cobarde de como fue asesinado.
Victoria y Viviana Díaz Caro
Hoy en el verano de 2007 –como miles de veces– estamos acudiendo a tribunales, pero esta vez para escuchar los alegatos sobre la libertad de los militares asesinos y secuestradores de nuestro padre. Los abogados de los criminales no tienen argumentos para sus defensas, defienden a “honorables personas y padres de familias”, sin embargo el juez los procesó por secuestro y homicidio calificado.
Recordamos el sangriento golpe de Estado de los militares y personeros de la derecha política que truncó no solo la vida de miles de chilenos, sino que destrozó toda la esperanza del mañana mejor; recordamos los golpes en la puerta de nuestra casa de los militares y civiles agentes de la DINA buscando a Víctor Díaz López, Subsecretario General del Partido Comunista por el solo hecho de haber sido partícipe del triunfo de Salvador Allende y de ese hermoso proyecto de la Unidad Popular.
Ustedes nos conocen en este largo caminar de hace ya más de treinta años y por ello queremos compartir con ustedes algo de nuestra historia. Cómo no recordar lo esperanzadas que estábamos junto a nuestra madre y hermano aquella vez que concurrimos a los Tribunales de Justicia a interponer el primer recurso de amparo en favor de nuestro padre a los pocos días de haber sido detenido por la DINA en el allanamiento realizado en calle Bello Horizonte 979, comuna de Las Condes, el 12 de mayo de 1976.
Meses más tarde sabríamos por el testigo presencial de su detención, que fueron más de 25 los agentes que participaron de su secuestro, quienes se identificaron como agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). En ese momento no le permitieron vestirse y al sacarlo de la casa ya estaba semi inconsciente producto del primer brutal interrogatorio, llevándoselo con destino desconocido.
No se puede olvidar el doloroso episodio vivido con el ex Presidente de la Corte Suprema José María Eyzaguirre, que al momento de relatarle sobre la detención de nuestro padre y de la información entregada en la Vicaría de la Solidaridad por una persona que acababa de salir en libertad de la siniestra Villa Grimaldi –quien había compartido celda con Marta Ugarte la que se encontraba detenida y muy torturada en ese recinto– enviaba un mensaje expresando que ni ella ni nuestro padre saldrían con vida de ese lugar.
Al expresarle al Presidente nuestra preocupación y solicitarle su presencia como máximo representante del Poder Judicial en el recinto de Villa Grimaldi para que constatara este grave hecho, su respuesta fue: “Pero qué imaginación tiene usted, por qué no se va a su casa y escribe un libro, porque lo que usted me narra, en Chile eso no sucede”.
De esa manera Eyzaguirre demostró su indiferencia y complicidad con la dictadura. El dolor fue aún mayor cuando una semana después de esta situación (septiembre de 1976), el cuerpo de nuestra querida compañera Marta Ugarte Román apareció en la Playa La Ballena, (cerca de La Ligua ), pretendiendo hacerla aparecer como una víctima de un crimen pasional. En ese momento nos enfrentábamos por primera vez a un posible y terrible desenlace del destino de nuestro padre.
Miembros de la DINA una mañana de octubre de 1976 llegaron a nuestra casa a amenazarnos, señalándonos que correríamos la misma suerte que nuestro padre si no abandonábamos la búsqueda, llegando incluso al extremo de obligarlo a que nos escribiera y nos llamara por teléfono pidiéndonos lo mismo, es decir que no continuáramos en su búsqueda. La actitud de nuestra madre en aquel entonces fue de absoluto rechazo y esto nos obligó como familia a interponer un recurso de protección a favor nuestro y proseguir tras su paradero.
Ya en agosto de ese año nuestro hermano Víctor debió abandonar el país a consecuencia de los intentos de la DINA por detenerlo como una forma de presionar a nuestro padre, método de tortura que utilizaba la DINA para la obtención de información. La salida de nuestro hermano debió ser autorizada por un juez por ser menor de edad, pues había que salvar su vida, provocándonos un nuevo dolor.
Con los años Víctor regresa a nuestro país a intentar hacer una vida normal, retoma sus estudios y siendo estudiante de Teatro de la Universidad de Chile es suspendido de ésta por una actividad de lucha estudiantil. La prolongación de la dictadura sumado a la falta de verdad y de justicia lo lleva a formar parte del grupo que atenta contra el ex dictador Augusto Pinochet. Debido a esto Víctor fue detenido, torturado y encarcelado por varios años. Hoy vive lejos e impedido de vivir en su propio país, no obstante los diecisiete años de proceso democrático.
Durante años ante las insistentes acciones que realizábamos junto a la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos por conocer del paradero de nuestros seres queridos, la respuesta siempre fue la misma: rechazo de los recursos de amparo, detenciones en las manifestaciones públicas de denuncia, amenazas de muerte, allanamientos, intercepciones telefónicas, seguimientos, etc., todo esto con un solo propósito -garantizarle la impunidad a los violadores de derechos humanos. A pesar de todo esto continuamos la búsqueda y con los años hemos ido construyendo la verdad y acercándonos a la justicia.
Nuestro padre fue un hombre que siempre luchó por una sociedad más justa, fue autodidacta, un obrero consecuente con sus principios, que quiso lo mejor para sus hijos y por eso nos enorgullecemos de él; un gran Pacifista, siempre ayudo a quien se lo solicitó y por ello es recordado por sus compañeros de partido, por sus amigos y vecinos como un gran dirigente y un hombre de gran calidad humana y un gran amigo.
Nuestra madre Selenisa Caro Ríos ya no está junto a nosotros; ella luchó mucho por encontrarlo, murió en 1997 sin conocer pero intuyendo esta triste verdad, pero aquí estamos sus hijos para decirle a ella que su lucha no fue en vano. Ahora por la memoria de ella y muchos otros hacemos los esfuerzos junto a los abogados y organismos de derechos humanos de hacer justicia, sin la cual es imposible sanar las heridas.
De acuerdo a la acuciosa investigación del Ministro Víctor Montiglio (Causa Rol N° 2182-98 “Conferencia”) y del apoyo de la Brigada de Asuntos Especiales y de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones, se descubre otra Brigada de la DINA dirigida por Manuel Contreras Sepúlveda y de otro recinto de detención, nos referimos a la Brigada de extermino Lautaro y al Cuartel Simón Bolívar, sitio del cual no se tenía ningún antecedente porque no hubo sobrevivientes.
En el proceso judicial se puede concluir que todos los prisioneros que pasaron por ese lugar fueron asesinados cobardemente bajo torturas inimaginables y –de acuerdo a algunas confesiones de los responsables– sus cuerpos habrían sido amarrados a rieles para luego ser lanzados al mar desde helicópteros del ejército. Ante estos hechos, el Ministro Montiglio ha procesado a 23 inculpados –entre ellos a hombres y mujeres, del Ejército, la Armada , Carabineros y de la Fuerza Aérea y civiles– como responsables de la detención, secuestro y tortura de nuestro padre. Asimismo, estaríamos ante la posibilidad de esclarecer lo ocurrido con toda la dirección del Partido Comunista en la clandestinidad y con más de un centenar de militantes y simpatizantes que hasta hoy se encuentran detenidos desaparecidos.
En esta interminable lucha, hoy queremos agradecer a todos quienes han estado a nuestro lado, a los que nos han apoyado y acogido brindándonos la fuerza y motivándonos a continuar, en otras palabras a los que siempre confiaron en nuestra verdad. Un agradecimiento especial al Partido Comunista que inspiró la vida de nuestro padre.
Destacar además la labor abnegada de los abogados, las asistentes sociales y periodistas, a los organismos de derechos humanos (Vicaría de la Solidaridad , Fundación de Ayuda Social de Iglesias Cristianas (FASIC), Comisión Chilena de Derechos Humanos, Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU), Fundación de Protección a la Infancia dañada por los Estados de Emergencia (PIDEE), Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), Instituto Latinoamericano de Salud Mental (ILAS), Centro de Derechos Humanos y Salud Mental (CINTRAS), Amnistía Internacional y el actual Programa de Derechos Humanos (Continuidad Ley N° 19.123) que nos han acompañado permanentemente en nuestras exigencias de Verdad y Justicia y que día a día laboran sin claudicar en la defensa de los derechos humanos.
Agradecer también a todos aquellos que nos escriben y nos hacen llegar su apoyo. Gracias una vez más por la solidaridad nacional e internacional manifestada durante todos estos años que nos permite continuar luchando en contra de la impunidad. Necesitamos redoblar los esfuerzos para lograr anular el Decreto Ley de Amnistía 2191 y que definitivamente se recojan los principios del Derecho Internacional para que los crímenes de lesa humanidad sean sancionados, no se amnistíen ni prescriban como es el caso judicial de nuestro padre. Y por último a cada uno de los integrantes de la AFDD fuente inagotable de dignidad y perseverancia en la búsqueda de esta tan dolorosa y esperada verdad.
Un abrazo para todas y todos.