Chile| Lo dijimos ayer, lo decimos hoy, lo hemos dicho una y mil veces

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“Sándwich mitad caballo, mitad perdiz…”

1.- Chile es uno de los países con la peor distribución de los ingresos y riquezas del planeta, esto es lo que nos ha conducido a ubicarnos, entre todos los países del mundo, en uno de los más desiguales y con la mayor injusticia social.

Desde el extranjero, organismos internacionales nos confirman que tenemos los ricos más ricos de América Latina, pero también tenemos los más desiguales y pobres del continente. Éste es el verdadero problema que tiene Chile, ningún candidato presidencial lo ha querido reconocer en sus programas. Los medios de comunicación, para suavizar esta situación, sólo hablan de promedios, suman los sueldos y utilidades de los sectores de altos ingresos a los bajos y después sacan los promedios, lo que es algo muy engañoso.

Esto me recuerda el cuento de un emprendedor, que anunciaba y ofrecía sándwich “mitad caballo y mitad perdiz” a la salida de un paso internacional. Extrañado un curioso le pregunto cómo lo hacía; y muy sencilla fue la respuesta: “mato un caballo y una perdiz y hago los sándwich”.

Así son, en promedio, los análisis de los comunicadores en Chile, a nadie le importa cuanta perdiz va en el sándwich, sino que es mezclar el producto de un caballo con el de una perdiz. Nadie pregunta cuál es la proporción de perdiz en el comestible. Esto es lo que se produce al mezclar los ingresos de los más ricos y los más pobres para sacar un promedio nacional que es lo mismo que: “mitad perdiz y mitad caballo”.

2.- ¿Porque se produce este contrasentido tan evidente, de tener juntos, en el promedio, a los más ricos y los más pobres de nuestro continente? Porque efectivamente el crecimiento del 90% de las riquezas de éste país va a parar a manos del 10% más rico y sólo el pequeño saldo de éstas se reparte entre los 17 millones de chilenos restantes.

En definitiva, los 17 millones de chilenos deben vivir apenas con el 10% del aumento de las riquezas cada año y el grueso escandaloso de la torta (90%) va al sector más rico (10% de la población nacional).

Miremos más de fondo para ver las causas de toda esta gran y oculta perversidad económica y social que provoca esta enorme desigualdad:

a) Chile es un paraíso tributario; Sólo en muy pocos países las empresas tienen tasas tributarias a las ganancias iguales o inferiores a Chile. Los gobiernos de nuestro país obtienen los recursos para hacerlo funcionar, fundamentalmente de los impuestos indirectos.

Un 64% provienen principalmente del IVA, de los impuestos a las bencinas y de los cigarrillos (específicos). Estos impuestos que recauda el Estado los paga la masa de habitantes y no los más ricos, es decir, que no los proporcionan los que obtienen las grandes utilidades.

Las grandes empresas extranjeras y nacionales no pagan impuestos en Chile, mientras que en el resto de los países del mundo el grueso de los tributos los aportan los que ganan más y NO los que trabajan, los jubilados, los de ingresos medianos o menores.

b) Otro de los temas ignorados por la población es; que cada año se les otorga a los sectores de más altos ingresos exenciones tributarias que alcanzan los 11 mil millones de dólares. Si éstos los redujésemos a la mitad, tendríamos US$ 5 mil 500 millones de dólares para educación, salud, vivienda y previsión.

c) En todos los países, con algún grado de desarrollo, los recursos naturales, tanto renovables y no renovables, para su explotación, pagan Royalty e impuestos, mientras que en nuestro país no pagan ni impuestos, ni royalty por explotarlos. Si se colocase sólo un royalty, como ocurre en otros países, a todos los recursos naturales, como por ejemplo: agua, pesqueras, salmoneras, a las forestales, a las mineras, al menos existirían recursos para financiar las promesas que hacen los candidatos presidenciales, pero es algo que ninguno ha abordado, por tanto lo que han prometido en sus programas… volverán a ser “promesas incumplidas”. Si señalan los cambios, también deben señalar con qué se financiarán, por el contrario, son mentiras o sueños electorales.

d) ¿Qué ocurriría si recuperamos el cobre para Chile? Hasta el momento se llevan cada año el equivalente de casi el 60% del presupuesto nacional sin pagar los debidos impuestos y se atreven a señalar que “No hay un puto peso”. Permiten, además, que el cobre salga como concentrado, una sub-materia prima y no como fundido y refinado en Chile.

Esta situación, tan irregular, es lo que permite las mayores trampas porque el concentrado es muy difícil de controlar, su contenido, los subproductos, la humedad, los fletes, los seguros, los desembarques con costos enormemente más altos por el contenido de cianuro que llevan. Hay que pagar por la desinfección del barco, de los camiones, de los trenes que trasportan el concentrado. Todo esto es caro y normalmente lo hacen empresas relacionadas que aumentan las utilidades de las casas matrices.

Resumen

i) Hace falta una reforma tributaria de verdad. Con ella se podría bajar todos los impuestos como el global complementario de un 35 a un 25%. El Adicional quedaría igual, en un 25%. El IVA podría bajarse a un 15%. Pero el impuesto de primera categoría debería pagarse y no ser un crédito contra el Global complementario o el Adicional. El impuesto de primera categoría, como crédito fiscal, está hecho solo para hacer creer que las empresas pagan impuestos, cuando en la realidad no es así

ii) Con royalty proporcional al valor agregado que se le dé en Chile a todos los recursos naturales renovables y no renovables, habría suficiente dinero para la educación, la salud, la vivienda y una previsión de verdad.

iii) Fundiendo y refinando el cobre en Chile tendríamos tres mil millones de dólares más y 20 mil puestos de trabajo bien remunerados, entre directos e indirectos.

iv) Reduciendo las exenciones tributarias de 11 mil millones de dólares a la mitad, se tendrían otros  5 mil 500 millones de dólares más para llevar adelante los cambios ofrecidos.

¿Usted conoce a algún candidato presidencial que, además de ofrecer cambios, diga seriamente cómo los va a financiar?

Si no señalan con qué recursos van a costear las reformas sólo son voladores de luces y más desprestigio para la política de éste país. Por ende, no sólo son falsas promesas y programas, sino continuistas en las políticas de desigualdad e injusticia social.

Exíjales a los candidatos el «con qué recursos» van a financiar sus promesas. ¡No vote a ojos cerrados, o después lo lamentará!

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