Según el canciller limeño los funcionarios de gobierno son "libres de ir a las fiestas que quieran". Sólo que el acto en la embajada de Chile en Perú no era una fiesta. Tampoco tenía ese carácter la ofrenda floral a Bernardo O’Higgins en Lima.
Virreynalmente el gobierno peruano sumó a la ofensa el sarcasmo. Algo no funciona en las relaciones entre Chile y el resto de América Latina.
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