La situación en tierras mapuche es cuando menos explosiva. La presidente Bachelet envió a la zona a uno de sus ministros para intentar aplacar ánimos y encontrar una via de diálogo. No pocas comunidades se quejan de la distancia del minstro, con el que no han podido hablar.
No tienen, evidentemente, razón. El ministro Viera-Gallo es hombre probo y realista. El mejor enviado que pudo tener el gobierno. Ante la queja por la violencia policial, que incluyó el lanzamiento de bobas lacrimógenas al interior de una escuela, dijo: “Los niños se ahogaron, pero no pasó más que eso".
Chile, ejemplo para América.
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