Aunque con menos intensidad que al comienzo, el volcán Chaitén en la Patagonia continúa –desde hace más de un mes– en actividad ininterrumpida, con el resultado de miles de animales muertos y una ciudad arrasada. Más al norte, entró en erupción el Llaima, un macizo en cuyas faldas solía practicarse esquí en medio de la selva húmeda chilena. Ayer viernes el Llaima aumentó la producción de lava, que desciende desde el cráter como un letal estero de fuego, amenazando a seis pequeños poblados y establecimientos agrarios en la región. La oficina nacional de emergencias decretó alerta roja en la zona amenazada. Muchos pobladores han sido evacuados.
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