Chile: si las esclavas se liberan. – NO HAY LEY QUE LAS SALVE, MINISTRA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

En la Universidad le decían “la musulmana” o “la esclava Isaura”. Entraba a las clases de él para copiarle los apuntes, lo seguía a todas partes, puras “virtudes femeninas” –el género es maldito–; muy bonita también: una chica “perfecta”. El la asesinó –y a su padre que quiso defenderla–.

La virtuosa novia lo había dejado luego de cuatro años. ¿Se había cansado? ¿Ya no lo amaba? ¿Se había rebelado? ¿Se había dado cuenta del uso y del abuso?… Sólo la diosa sabe, ella no alcanzó a expresarlo porque él antes la mató. Lo que está claro es que al agresor cometió el femicidio cuando ella le dijo: no más.

El agresor no es Romeo, ni ella Julieta1. El agresor es un varón que eligió matarla. Para él, ella no podía vivir si no era con él.

“Quien ama, no mata, no humilla ni maltrata”, decimos las feministas. Porque los amores no asesinan, los amores inspiran, estremecen, conmueven, remueven el alma y el cuerpo, pero no pueden terminar con nuestra existencia, nuestros proyectos y nuestra felicidad. Incluso podríamos aceptar que si eso es amor para el género masculino, no es el amor que deseamos. Y no es un “drama pasional”, no es que “enloquecido de celos”, “cegado por el amor”… No. Es violencia contra las mujeres.

Lejos de la ley VIF

El femicida se suicidó para escapar de su acto –o le resultó matarse aunque quisiera sólo victimizarse–. Él es Rodolfo Sánchez Canales, de 26 años, egresado de Ingeniería Civil de la Universidad de Santiago de Chile. La nueva muerta es –fue– Natalia Mora Urrejola, de 22 años, universitaria de la Católica, de la población El Manzano, en la comuna de Padre Hurtado. Una chica que pudo ser nuestra hija, nuestra hermana, nuestra amiga, nuestra compañera de curso, nuestra vecina…

El femicida ingresó a la vivienda y degolló a Natalia, luego asesinó a Ricardo, su padre, y más tarde acuchilló a Catalina, su hermana menor. Ella “había interpuesto una constancia en Carabineros porque él la seguía, la celaba”. El asesino dejó una carta. Como si con eso se redimiera, como si su acto brutal, fuera menos brutal por ello. Le decía que “la amaba, que si lo dejaba, se tiraría al Metro». Bueno, ¿por qué no se suicidó solo? La vida de él, era de él. La de ella, aunque el macho crea lo contrario, no.

Los medios saborean detalles perversos: Desgarradora carta: «Quiero que seas la madre de mis hijos, le escribió antes de degollarla”2. ¡Ya! Queda claro que su juicio de la realidad estaba impecable… Sin embargo, sin estar abandonado, “destruido”, “apasionado”, el juicio de realidad de la prensa “única” chilena, no está tan lejos de la de un agresor y femicida. Justifica a los asesinos y desprestigia a las mujeres:

Que la madre de la hija de 5 años del agresor (otra joven) “le ponía atados para verla y por eso Rodolfo trabajaba, a fin reunir el dinero de la pensión alimentaria”3… ¡Señores, la pensión alimenticia hay que pagarla, sí o sí, los hijos e hijas no se hacen solos! Y no tiene nada que ver con las visitas… Que estaba deprimido “el pobre”. Nosotras, todas nosotras, las mujeres, por el sólo hecho de que ser mujeres – lo que al parecer no coincide con el derecho de ser libres–, nos hemos vivido más de una depresión. ¡Sin matar!

En cualquier caso lo de Natalia no entraba en la Ley VIF: “ex polola”, no tenía hijos con él, no había establecido el “sagrado vínculo” ni por el civil tampoco. No podía denunciar apelando a la ley chilena de Violencia Intrafamiliar (Ley VIF).

Vacío legal, declaman…

La ministro del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), Laura Albornoz, con el buen manejo de discurso que la caracteriza –lo de que el femicida no es Romeo ni la víctima Julieta, lo dijo ella– habló de “deficiencias en la ley VIF”, y de que lo que causa este fenómeno es “la violencia contra la mujer». Lo de la violencia contra las mujeres, bueno, ministra, no es novedad, lo venimos repitiendo las feministas chilenas desde los años 80… Y no es por ser arrogantes, pero lo gritamos nosotras, histéricas históricas para la psicología misógina, desde la revolución francesa, pasando por todas las revoluciones de las izquierdas.

En los 90, en todo caso, el movimiento feminista chileno presionó, investigó y propuso. Entonces se discutió, a partir de ese activismo político, la primera Ley VIF que en 1994 consideró la violencia apenas una falta, y no fue capaz de nombrar a las mujeres. Pasó casi una docena de años para que la dichosa Ley contemplara la violencia como delito. Igual, nunca ha nombrado a las mujeres. Lo de reconocer el delito, no es un regalo de la Concertación, fue porque, las feministas de instituciones (hay que ser justas, a ellas las oyen) dijeron, publicaron, mostraron que lo que había era insuficiente.

Nosotras, las autónomas, que no andamos trás de leyes, porque cualquier ley sistémica será siempre desde la mirada institucional y jamás alumbrará las verdaderas necesidades humanas de libertad, no creemos que es “insuficiente”, declaramos que no sirve.

Y no sólo creemos, sabemos que las mujeres denunciantes van de la fiscalía al juzgado, a carabineros, y de carabineros “las mandan” al juzgado y del juzgado a la fiscalía… y de ahí al juzgado de nuevo –y así como en el juego del comprahuevos: a la otra esquina….

Denunciamos que el Estado saca a las mujeres de sus casas, en vez de sacar a los agresores, que las mujeres se humillan toda una jornada para solicitar una medida de protección; que en los juzgados y en las fiscalías, a las mujeres no nos creen, nos presumen culpables cuando denunciamos al varón; que las casas de acogida del Estado no dan respuestas urgentes porque para ingresar en ellas las “acogidas” deben ser derivadas de una fiscalía

(hasta que una noche llega a su casa, encuentra al agresor con un cuchillo y no alcanza a pedir el pase de la fiscalía, obviamente…)

¿Deficiente? ¿desprolija la ley? Es poco, ministra. Es ambigua, sin plata, discriminatoria, odiosa de ciega, familista y por ende patriarcal. Y la promulgó su misma coalición, la que gobierna.

Notas

1. Palabras de Ministra Albornoz a La Tercera, en la edición del 14 de julio de 2007.

2 En el diario La Cuarta, 13 de julio de 2007
3 Ibídem

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* Memoria Feminista. Feministas Autónomas.

http://feministautonoma.blogspot.com.
memoriafeminista2004@yahoo.es.

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