En varios países latinoamericanos, enre ellos Argentina y Brasil, crece el debate sobre la posibilidad/conveniencia y características de una “pesificación” de nuestra economía interna. Mientras nosotros debatimos esa perspectiva, otros países -de economías mucho más poderosas- están discutiendo una forma de “pesificación” que va mucho más allá de sus respectivos mercados internos. Se trata de usar sus respectivas monedas nacionales para sus intercambios comerciales.
China -la segunda economía mundial- y Japón -la tercera- han acordado que, a partir de esta semana, sus intercambios comerciales
prescindirán del dólar.
A partir de ahora el intercambio comercial entre ellos se hará apelando al yuan (moneda china) y el yen (moneda japonesa). Hasta el
1º de junio ello se hacía utilizando, como es lo común, usando la moneda norteamericana, el dólar. A partir de este mes de junio
habrá una tasa de cambio (entre yen y yuan) que se que establecerá en ambos mercados (Tokio y Shanghai) de un modo constante.
Esta decisión que reduce el costo de las operaciones, fortalece ambas monedas nacionales y favorece el intercambio entre esos países.
Todo ello hace más que evidente la pérdida de influencia del dólar y consecuentemente de los Estados Unidos, dentro de la cada vez
más compleja economía mundial.
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