Una de las "hermanas mayores" de la fabricación automovilística mundial, Chrysler Motor, en bancarrota: 7.000 millones de dólares, la deuda a sus proveedores, detonó la quiebra de a automotriz.
Decens de miles de trabajadores a la calle son el marco humano de su desastre. Otros eran los tiempos en que el Chrysler Imperial, de ocho cilindros en línea, reinaba en los caminos.
Está a la espera de Fiat –no el pequeño 600– para intentar sobrevivir; mientras, detuvo la producción de vehículos.
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