Durante la travesía del Granma, barco que en 1956 condujo desde México hasta las costas de Cuba a 82 guerrilleros para iniciar los combates que culminaron con la victoria de la Revolución en 1959, uno de ellos, por la noche, cayó al mar. Se originó una discusión a bordo. Unos opinaban que el desembarco no podía ser retrasado, bajo pena de ser agarrados por la represión. En nombre de la causa se debía imponer el sacrificio del compañero… Fidel se opuso, argumentando que la Revolución se haría para salvar vidas. Y que por tanto sería un contrasentido, un grave error ético, abandonar al náufrago a su infortunio. El compañero fue rescatado.El 16 de junio la Corte Suprema rechazó el recurso presentado a favor de ellos, a pesar de ir respaldado por 10 Premios Nobel y otras personalidades. Hasta el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU considera injustificado el proceso. Hernández recibió condena de doble prisión perpetua y quince años de reclusión…
Y las leyes estadounidenses permiten que el Presidente retire las acusaciones contra un reo antes, durante y después del proceso, como ya ha sucedido en ocasiones. Es inútil suponer que habrá mejoría de relaciones de Washington con la América Latina, y una nueva era pos-Bush, haciendo la vista gorda sobre el golpe en Honduras y sin mejorar, primero, sus relaciones con La Habana.
*Teólolgo y escritor brasileño
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