Clacso: «Hasta el momento nada indica que la crisis haya llegado al fondo»»

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Texto en español y portugués

Grupo de Trabajo de Clacso*

Los integrantes del Grupo de Trabajo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO, sobre “Economía mundial, corporaciones transnacionales y economías nacionales” reunidos en la Ciudad de Buenos Aires durante los días 2 y 3 de septiembre del año en curso con el propósito de analizar la Crisis capitalista mundial, las propuestas de superación y sus impactos en América Latina, luego de un intenso y fructífero intercambio de opiniones, manifiestan:
 
 
1.- El comportamiento de los principales indicadores económicos y sociales permite afirmar que la economía capitalista mundial lejos se encuentra de retomar la senda del crecimiento, tal y como se ha venido afirmando en  informaciones provenientes de centros de poder del capitalismo transnacional, divulgadas profusamente en los medios masivos de comunicación, y con las que se busca minimizar los alcances de la crisis y la severidad de sus impactos a escala planetaria. Aunque se está en presencia de un hecho que se encuentra en pleno proceso de despliegue y cuyo desenvolvimiento específico puede presentar variados recorridos, hasta el momento no hay nada que indique que la crisis tocó fondo y menos que haya llegado a su fin.
 
Si ese fuera el caso, la mayoría de las estimaciones indican que se asistirá a un largo período depresivo, o a una muy lenta recuperación que en el mejor de los casos permitirá alcanzar, en algunos años más, los niveles de producción anteriores a la crisis y sólo al promediar la siguiente década, los niveles de empleo. En materia social, la situación es dramática y demuestra que los principales afectados son los trabajadores y sectores sociales empobrecidos, pues se sostiene la tendencia al aumento del desempleo, al deterioro del ingreso y, en general, a la precarización del trabajo y una pauperización creciente que deteriora la calidad de vida de millones de personas de menores ingresos.
 
2.- La crisis reafirma los fundamentos de una reproducción del capitalismo a nivel mundial, basada en la explotación del trabajo, y muestra –en forma descarnada y violenta– sus límites para ofrecer respuesta a las demandas económicas, políticas, sociales, ambientales y culturales del ser humano; así mismo, desvela su gigantesca capacidad destructora de riqueza material e inmaterial. Dados su carácter y sus alcances geográficos y sectoriales, la actual crisis pone en evidencia que no se trata de una simple disfuncionalidad 
transitoria –sectorial o geográfica – de los mecanismos de reproducción del sistema. La crisis controvierte en forma certera la posibilidad de una prosperidad capitalista indefinida, desmiente la afirmación del desprestigiado Fondo Monetario Internacional cuando en 2007 señalaba lapidariamente: “El robusto crecimiento mundial perdurará”, y liquida el dogma sobre el fin de la historia que se había pretendido imponer durante las últimas dos décadas. 
 
3.- Aunque el epicentro de la crisis ha sido Estados Unidos, sus efectos se extendieron muy rápidamente a escala mundial y han impactado en la totalidad de las economías. Al articularse la crisis con las diversas trayectorias regionales, nacionales y locales de la acumulación capitalista, sus configuraciones específicas son múltiples y variadas. Estamos en presencia de una crisis del capitalismo globalizado  ¿con desarrollos desiguales y diferenciados, de distinta intensidad sectorial, geográfica y social. En el caso de América Latina, son igualmente indiscutibles sus efectos. Más allá de matices, no hay país de la región que haya escapado a ellos. Los procesos de neoliberalización impulsados durante las últimas décadas acentuaron la dependencia y forzaron una reestructuración económica regresiva, provocando una creciente vulnerabilidad frente al comportamiento de la economía capitalista mundial. En aquellos países, en los que el proyecto neoliberal logró implantarse con mayor intensidad, apuntalándose además con un correspondiente marco jurídico-institucional de tipo neoliberal (TLC con EEUU), los efectos de la crisis se han   sentido antes y con mayor severidad, sobretodo, en el empleo. Tal es el caso de México, Chile y Colombia. 
 
4.- La alta dependencia de un número importante de economías de la región de la producción y exportación de productos energéticos, materias primas, productos agrícolas ha generado efectos contradictorios. Hacia fines del 2008, epicentro de la crisis mundial, la caída abrupta de los precios de la mayoría de esos productos, parecía que impondría una caída drástica de la actividad económica externa, un deterioro de las balanzas en cuenta corriente y de pagos, así como un mayor endeudamiento. Al revertirse relativamente esa tendencia, la severidad de los impactos de la crisis se pudo atenuar (no evitar), al considerarse el comportamiento de algunos indicadores macroeconómicos. Pese a ello, las finanzas públicas muestran una tendencia el franco deterioro, la deuda pública y privada continúa incrementándose aceleradamente y, en general, la actividad económica se encuentra deprimida. Desde el punto de vista social la crisis ha acentuado las desigualdades e incrementado la pobreza e indigencia en la región. La desocupación continúa al alza, y la precarización del trabajo se acentúa. La perspectiva de la economía latinoamericana se encuentra en buena medida en función de lo que ocurra con la producción y la demanda a nivel mundial. Por lo pronto, no parece apreciarse, como ya se dijo, una etapa de recuperación sostenida de la economía mundial y regional. 
 
5.- Dada la importancia que en la nueva geografía de la acumulación capitalista a nivel mundial han adquirido los recursos naturales y considerando que América Latina es una región muy rica en ellos, la crisis ha puesto la importancia de la lucha por tales recursos, así como la necesidad de la defensa soberana por ellos. La lucha por los recursos se inscribe dentro de las aspiraciones históricas de los trabajadores y se une a las demandas de comunidades y pueblos ancestrales, indígenas y afro descendientes, en defensa de sus territorios y por una reorientación sustancial de la organización económica de la sociedad. Mientras que en algunos países la mayor parte de las rentas que generan tales recursos son transferidas a las corporaciones transnacionales, en otros se han iniciado procesos de apropiación y de manejo soberano, que abren nuevas posibilidades para pensar estrategias alternativas de desarrollo e integración en la región.
 
9- No caso da América Latina, as saídas da crise encontram-se fortemente ligadas aos projectos político-económicos de governo, em jogo durante a última década nos diferentes países da região.

Em primeiro lugar, encontram-se as pretensões das classes dominantes e da direita latino-americana de utilizar a crise para impor um novo ciclo de reformas neoliberais, que permita aprofundar a transnacionalização e a desnacionalização das economias, impor um regime de incentivos extremos ao grande capital e prosseguir com processo de redistribuição regressiva de rendimentos, em detrimentos dos fundos de consumo dos trabalhadores. Estas pretensões associam-se à estratégia geopolítica dos Estados Unidos para a América Latina, orientada no sentido de recuperar as posições perdidas durante a última década, recorrendo inclusive à maior militarização d a região, tal como o demonstra o acordo para a utilização de sete bases militares da Colômbia pelas forças militares dos Estados Unidos. Essa é a lógica que explica o golpe militar em Honduras, que condenamos energicamente.

Em segundo lugar, encontram-se os projectos políticos dos governos que, sem pretender no substancial uma ruptura explícita com as políticas neoliberais, impõem mudanças de tom e nova ênfase tanto em matéria social como em políticas de produção. Trata-se dos projectos pós-neoliberais que se inscrevem dentro de uma linha neo-desenvolvimentista, confiam nas possibilidades do capitalismo produtivo e nacional, com altos incentivos ao investimento estrangeiro e sem compromissos a fundo com políticas redistributivas. Em terceiro lugar, encontram-se os projectos políticos económicos dos governos baseados numa importante mobilização social e popular, com uma vontade expressa de mudança, a favor de uma ruptura com as políticas até agora im perantes, em defesa de um projecto de soberania, autodeterminação e de novo entendimento da economia e da integração da região e dos povos.

Em alguns destes países anunciou-se o empreendimento de transformações rumo ao socialismo e avançaram-se importantes medidas nesse sentido. O destino da América Latina dependerá de como o devir da luta social e de classes na região canaliza as economias e sociedades latino-americanas numa ou outra direcção. Para os sectores progressistas é do maior significado que se possa consolidar os projectos mais comprometidos com as transformações e a mudança a favor das maiores populares.

10- A crise capitalista reafirma a importância para a América Latina de empreender transformações estruturais que revertam décadas de política neoliberal e canalizem a região rumo à melhoria das condições de vida e de trabalho da sua população, que contribuam para impor uma organização da economia para atender as necessidades sociais, económicas, políticas, culturais e sócio-ambientais da população trabalhadora, em harmonia com o ser humano e a natureza, que impulsione processos de integração tendentes a superar enfoques meramente comerciais e incorporem orçamentos de solidariedade, cooperação, complementaridade e internacionalismo, e contribuam para reforçar as condições de soberania e autodeterminação da região, bem como pela busca legítima de uma nova ordem económica internacional, democrática e inclusiva, e permita à Améric a Latina desenvolver uma maior capacidade de influência nas concepções da política internacional.

Nesse sentido, os 200 anos de luta pela emancipação social e a independência adquirem novo conteúdo diante da experiência de mudança política que percorre a região para enfrentar a crise capitalista revertendo a equação histórica de beneficiários e prejudicados, assegurando soberania alimentar, energética e exercício pleno da vontade popular.

 Firmas: Alicia Girón (Brasil), Antonio Elías (Uruguai), Carlos Eduardo Martins (Brasil), Claudio Katz (Argentina), Claudio Lara (Chile), Consuelo Silva (Chile), Daniel Munevar (Colômbia), Federico Manchón (México), Gabriel Ríos (Chile), Gastón Varesi (Argentina), Graciela Galarce (Chile), Jaime Estay (México), Jairo Estrada (Colômbia), Jorge Marchini (Argentina), Julio C. Gambina (Argentina), Luis Rojas Villagra (Paraguai), Marcelo Carcanholo (Brasil), Marisa Silva Amaral (Brasil), Orlando Caputo (Chile), René Arenas Rosales (México), Sergio Papi (Argentina), Servando Álvarez (Venezuela), Theotonio dos Santos (Brasil

 

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