Claudio Katz: “La solución a la crisis del capitalismo tiene que ser política”

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Fernando Arellano Ortiz *

La salida a la crisis sistémica del capitalismo tiene que ser necesariamente política y “un proyecto socialista puede madurar en esta turbulencia”, sostiene el economista, filósofo y sociólogo argentino Claudio Katz, quien advierte además, que la “situación económica mundial es muy grave y vamos a tener que tocar fondo, aunque estamos en el primer momento de la crisis”.

Katz, un destacado profesor de la Universidad de Buenos Aires en las áreas de Economía, Filosofía y Sociología es, al mismo tiempo, un activista de los derechos humanos e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina. Es autor de numerosos textos de interpretación del capitalismo contemporáneo y ha estudiado el impacto regresivo del neoliberalismo en América Latina. Participa activamente en los foros continentales de impugnación del endeudamiento externo. Su libro "El porvenir del socialismo" obtuvo una mención honorífica en el Premio Libertador al Pensamiento Crítico (Venezuela 2005). Igualmente es integrante del colectivo internacional Economistas de Izquierda (EDI) y actualmente se desempeña como asesor externo del gobierno venezolano.

Reunidos en uno de los acogedores cafés de Buenos Aires, el profesor Katz dialogó sobre la realidad económica mundial, el proceso político de Latinoamérica, la amenaza de una irrupción de la derecha en la región y lo que denominó “la gran inquisición mediática” para referirse a la manipulación de los grandes conglomerados de la comunicación y la información.

Primer momento de la crisis capitalista
– ¿Usted cree que encontrarle una salida a esta crisis es más un problema político que económico?
– Yo creo que definitivamente el gran problema es político porque todas las grandes crisis económicas se resolvieron positiva o negativamente por cursos políticos, según si intervinieron o no en esos procesos las mayorías populares. Esta es una crisis muy profunda que los neoliberales han tratado de disminuir la gravedad culpando a la codicia, ocultando la especulación financiera. También los heterodoxos presentan esta crisis como una falta de regulación.

Pero esta es una crisis del sistema, una crisis del capitalismo. Y me parece que es una crisis del modelo capitalista de los últimos veinte o veinticinco años del modelo neoliberal cuyas consecuencias estamos viendo ahora. Hemos tenido dos, tres décadas de plena acción neoliberal: privatizaciones, desregulaciones, ampliación del radio de las empresas transnacionales a la ex Unión Soviética, a China, a todo el planeta, y ahora vemos las consecuencias de esa expansión del capital, de la sobreproducción, de la sobreacumulación, y los efectos de pobreza, de miseria, de desempleo que la OIT (Organización Internacional del Trabajo) pronostica que van a ser muy gravosos en los próximos años. Entonces, estamos me parece a mí, en el primer momento de la crisis, el comienzo de la crisis, el debut.

– ¿Es decir que vamos a tener que tocar fondo?
– Sí, vamos a tener que tocar fondo y sobre todo la población de Europa y Estados Unidos, que no está acostumbrada, a diferencia de los latinoamericanos a este tipo de catástrofes económicas, va a tener que procesar esto y eso va a llevar un tiempo.

Recordemos que éstas últimas décadas de neoliberalismo debilitaron a los sindicatos en los países centrales, debilitaron política e ideológicamente a la izquierda, a las fuerzas progresistas en Europa y en los Estadios Unidos, y habrá que reconstruir una experiencia de movilización social que ya se está empezando a notar, más en Europa que en los Estados Unidos. Esto se ve ya en Francia, en Grecia, en países donde ha habido movilizaciones populares que están cambiando el clima de esos países. Pero, vamos hacia varios años de desempleo, pobreza, exclusión social, y habrá que ver cómo reaccionan los pueblos.

– ¿Cuál es su visión respecto del proceso político y socioeconómico que se esta dando en América latina?
– Yo creo que tienen que ser de propiedad pública, pero ojo, no pueden ser manejados por un gobierno porque eso nos llevaría a formas totalitarias. Hay muchas experiencias en los últimos 50 o 60 años de instituciones públicas que no dependen del gobierno. El caso de la BBC de Londres ha suido muy comentado, yo no lo tengo estudiado, no puedo opinar, pero sé que hay muchas experiencias donde lo importante es que estén sometidos a un régimen legal que les impida la manipulación del gobierno, por ejemplo. No podemos pasar de medios manipulados por grupos capitalistas a medios manipulados por el gobierno. Tiene que haber libertad informativa, pero también propiedad pública. Yo creo que los mecanismos de propiedad democrática de los medios de comunicación hay que discutirlos.

– ¿Usted tiene la sensación de que en América Latina se está dando un proceso de reconfiguración política?
– Yo tengo la sensación de que es un proceso de largo plazo y que tendrá que enfrentar escollos importantes. No va a ser lineal. Y vamos a un punto en el que nuestra batalla contra la derecha va a ser muy dura, la derecha de Uribe, de Calderón, de Alan García y también la derecha militar. Estados Unidos mantiene sus bases militares.

Nosotros no podemos dejarnos llevar con la imagen de Obama como el que ha transformado las relaciones con la región. Las bases del Comando Sur con una estructura de control militar en toda la región siguen intactas, incluso medidas mínimas como el cierre de Guantánamo no se implementa, la anulación del embargo a Cuba no se modifica. Es decir, los grandes problemas de la soberanía política en nuestra región en el bicentenario siguen estando al orden del día.

Colombia, una sociedad militarizada
– ¿Cómo analiza la carrera armamentista de Colombia para enfrentar su conflicto interno y su repercusión directa en la economía de ese país?
– Lo peor de Colombia es que ese gasto terrible, ese despilfarro de fondos en gasto militar no se hace para la defensa de la soberanía nacional, no es una necesidad del país para defender sus fronteras frente a una agresión externa, que es la única justificación real que puede tener una nación que en cierto momento destine tantos recursos a la actividad bélica. Solo si está amenazada la soberanía del país y la vida de sus ciudadanos, cabe eso. En Colombia hay vísperas de la formación de una sociedad militarizada para servir a los intereses de los grupos dominantes que manejan los resortes de este país.

Yo creo que hay una tendencia a la militarización en América Latina, que está en marcha, no solo ello es evidente en Colombia sino también en Brasil que está destinando un alto porcentaje al gasto militar, fabricando submarinos, firmando convenios con Francia para hacer inversiones extraordinariamente elevadas en este sector y tiene fuerzas militares ocupando en este momento Haití. Nosotros tenemos que ser muy conscientes en América Latina que nuestra censura es al Pentágono, es al imperialismo, a los norteamericanos, pero es también al gasto militar en la región con fines no populares. Tenemos que estar muy atentos a eso y tener prendidas las alertas.

– Pero para los países que fabrican armas eso es un excelente negocio…
– Ellos viven de eso. La guerra es una necesidad del imperialismo, es una necesidad estructural, no es una opción. Si se fabrican armas, se tiene que usarlas. Hay un grupo de contratistas que viven directamente de esto. Estados Unidos y todo su dispositivo militar asociado: Israel, Colombia, Egipto, Australia. Para Estados Unidos es una necesidad para mantener su supremacía bélica, es una advertencia permanente a otros países como China, en el sentido de que se queden tranquilos, que no intenten desafíos. Hay una reproducción de guerras y una tendencia a la guerra infinita, a la guerra sin proporciones, como forma de ejercer permanentemente esa supremacía, advirtiendo al resto del mundo que nadie se atreva a desafiar el poder imperialista. Contra eso tenemos que batallar.

–  ¿Usted no descarta que en este proceso terminemos, si no en una guerra mundial, en una serie de conflictos periféricos como estrategia para superar la actual crisis sistema del capitalismo?
– Si, es posible. Pero hay una gran diferencia con los años 30 y es que ya la guerra no es entre potencias tipo Francia contra Alemania, Estados Unidos contra Japón. Hay un imperialismo colectivo asociado que hace guerras contra los frentes periféricos, y hace guerras de advertencias contra países periféricos que pueden ascender. A mí me parece que vamos a tener muchos conflictos porque el imperialismo necesita de ellos, con crisis financiera y sin crisis financiera. Los Estados Unidos terminaron de devastar a Irak, ahora se aprestan a devastar a Afganistán, y están advirtiendo a Irán permanentemente de una posible invasión, así como le están haciendo con Corea del Norte.

La crisis acentúa esa tendencia a la guerra, porque está en la naturaleza del sistema, por eso son tan importantes las alternativas como el Foro Social Mundial, mirar las coaliciones antibélicas en el mundo contra la guerra. Surgieron y emergieron unas minorías colectivas en Europa, en América Latina de resistencia a la guerra y me parece que van a seguir reactivándose.

*Periodista de Cronicón y Argenpress

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