Además del impacto en áreas de importancia ecológica reconocidas por varios tratados internacionales, se revela otro tema: Elon Musk, el hombre más rico del mundo, ha instalado a 30 kilómetros de la frontera con México una base privada de lanzamientos aeroespaciales, de importancia geopolítica creciente por ser un nodo clave en la red de control de las comunicaciones, transportes globales y espaciales, tanto del magnate como de Estados Unidos. Una base que además tiene y tendrá cada vez más impactos ambientales y contaminación a la salud de los pobladores y el ambiente.
El área ocupada por SpaceX es Boca Chica, Texas, en la desembocadura del río Bravo hacia el Golfo de México. La empresa instaló allí un complejo industrial y de experimentación y lanzamiento de cohetes llamado Starbase, que incluye un nuevo centro poblacional.
En ambos lados de la frontera se trata de un área de humedales y costas de gran importancia ecológica, donde se empalman zonas designadas como reserva binacional, reserva de la biosfera y también sitio protegido por la Convención Ramsar sobre humedales.
Entre otras cosas por ser sitios de anidación y desove de varias especies de tortugas marinas amenazadas de extinción y por ser uno de los hábitats más importantes de América del Norte para aves migratorias. También es territorio del pueblo indígena Esto’k Gna, llamado en español Carrizo Comecrudo, habitantes originarios de ambos lados de la actual frontera.
Conibio notó impactos por las actividades de SpaceX más claramente a partir del 27 de mayo de 2025, luego de que el propulsor del cohete Starship 9 de SpaceX cayera sobre el Golfo de México y fuera arrastrado a las costas de Tamaulipas. El resto del cohete explotó poco después. El 18 de junio otro cohete de Starship explotó antes de ser lanzado, en la misma base, esparciendo residuos por muchos kilómetros a la redonda en tierra y mar.
Conibio y posteriormente autoridades ambientales de México, recogieron toneladas de residuos plásticos, minerales y metales. En el proceso notaron que SpaceX instaló bombas de agua para enfriar el cohete y que esa agua luego de usada, escurre hacia todo el delta del Río Bravo y la Laguna Madre, sitio Ramsar. SpaceX ha sido señalada por las autoridades de Texas y federales de Estados Unidos por su deficiente sistema de desagües industriales, que acarrea múltiples contaminantes graves, incluso mercurio.
Según varias autoridades locales y estatales, SpaceX ha estado violando las normas y leyes ambientales del país desde hace varios años, tanto las de agua (Clean Water Act), como las de protección de vida silvestre, las de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) y las de la Comisión de Calidad Ambiental de Texas (TCEQ, por sus siglas en inglés).
Un reporte de investigación del New York Times en 2024, llegó a cuatro conclusiones claves sobre SpaceX en Texas. La primera es que Musk ha usado intencionalmente las tierras públicas y áreas protegidas como zonas de amortiguación de sus actividades de alto impacto ambiental. Las bases de lanzamiento aeroespacial requieren una vasta zona de amortiguación alrededor. Para evitar comprar tanta tierra, Musk colocó su base de lanzamiento calculando que las áreas naturales protegidas alrededor funcionarían como separación. No tuvo en cuenta los impactos al ecosistema, ni a la población local o al territorio indígena.
La segunda conclusión es que Musk engañó a los funcionarios locales sobre la dimensión de sus actividades para conseguir su aprobación. Dijo que serían actividades moderadas, con una inversión de 50 millones de dólares para lanzar cohetes Falcon, pero invirtió más de 3 mil millones de dólares para lanzar cohetes Starship, los más grandes que existen (mucho mayores que los Falcon) y se han establecido más de 3 mil 400 personas en la zona.
En tercer lugar, se ha comprobado que la zona protegida alrededor ha sufrido graves impactos ambientales, desagües contaminantes y decenas de fugas e incendios debido a los experimentos. Finalmente y como cuarta conclusión, Musk no atendió realmente las demandas por daños ambientales. Se sirvió de las contradicciones entre las agencias y autoridades de Estados Unidos, ya que tiene contratos con agencias más poderosas que las ambientales. Por ejempleo 2 mil 900 millones de dólares con la NASA. La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) encargada de controlar la seguridad de los vuelos, declaró que el medio ambiente no es su prioridad (https://tinyurl.com/4ckkc5mj).
Al instalarse en Boca Chica, Musk declaró algunas decenas de lanzamientos anuales. Ahora dice que es la base para ensayar los cohetes que llegarán a Marte y que habrá miles de lanzamientos en pocos años. Al parecer cuenta con que las áreas protegidas y México son su zona de sacrificio para ello.
* Investigadora uruguayo-mexicana del grupo ETC
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