«No aceptamos que hoy, en el siglo XXI, en nuestro país, con el desarrollo alcanzado, asistamos al fallecimiento de una trabajadora porque se le indicó trabajar con plaguicidas sin la capacitación y medidas de prevención necesarias. Esto es una muestra más de la permanente transgresión a las leyes que protegen a los y las trabajadoras». De esta forma respondió la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI), ante la muerte de la joven temporera del fundo San Luis, en la localidad de Lautaro, Macarena Mendoza Valenzuela (20 años), por usar plaguicidas.
En una declaración pública emanada de la Directora Nacional, y Coordinadora Provincial de Anamuri, Rosa Garrido Rojas, responsabiliza a los dueños del fundo del deceso de la joven. «El empleador tiene la obligación legal de proteger eficazmente la vida y la salud, dando a conocer los riesgos y peligros presentes en el lugar de trabajo, derecho a saber, y otorgarle los elementos de protección personal adecuados para protegerse», señala la misiva.
Agrega que «muchos intentaron negar que las temporeras tengan riesgos derivados de la exposición a plaguicidas, pero aquí tenemos la más dramática de las pruebas. No hay mayor daño que la muerte, que es irreparable», apuntó.
Pese a tratarse de un hecho ocurrido a varios kilómetros de distancia de Melipilla, cobra proximidad toda vez que en la zona también se utilizan los plaguicidas existiendo pruebas irrefutables del poco cuidado que se tiene a la hora de utilizarlos.
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La información fue publicada por el diario El Labrador de la localidad de Melipilla, Chile, y reproducida en: www.portaldelpluralismo.cl/interno.asp?id=5257.
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