Surysur*
El domingo 14 de diciembre se descubrió el asesinato –un escopetazo en la nuca– del wenuy (amigo, camarada) Juan Patricio Cruz Makna; el cadáver de Cruz fue descubierto por el peñi (hermano) Omar Huenchullán, que tras declarar los detalles del mismo a la policía fue detenido "para aclarar los hechos"; también voluntariamente se presentó a informar el werken (mensajero, portavoz) Jorge Huenchullán, hermano de Omar: que fue apresado. Ambos integran la Comunidad Temucuicui y son miembros de una familia perseguida por las fuerzas del Estado.
Estas son informaciones que la prensa no suele registrar: Juan Cruz era un joven anarquista, de 28 años, que desde hace varios meses junto a su pareja solidarizaba activamente con la lucha emprendida por los comuneros de la zona autónoma de Temucuicui. En la madrugadadel domingo fue asesinado de disparo en la nuca y hasta el momento las autoridades policiales no ha podido dar con él o los culpables; pero llegaron a afirmar que había resultado muerto en una simple pelea luego de una "fiesta".
La verdad es que Juan, después de participar en el centro de Santiago en una manifestación en apoyo a sus hermanos y hermanas, decidió viajar por la noche a Temucuicui debido a que su pareja había sido golpeada junto a otras mujeres de la comunidad (entre ellas la esposa del preso político Jaime Huenchullán) y amenazada de muerte; esa fue la última vez que se tuvo noticias suyas
El Estado y sus fuerzas represivas, a pesar de los brutales allanamientos (que el año pasado eran mensuales), el amedrentamiento constante, la cárcel y la delación, no habían conseguido frenar el proceso de recuperación de tierras llevado adelante dignamente por las y los comuneros de la Comunidad Autónoma de Temucuicui, por lo que se vio en la necesidad de cambiar de estrategia: utilizar a los mapuche "institucionalizados" para hacer el trabajo sucio, dedicándose solamente a contemplar tranquilamente como una fracción de este pueblo asesina a la otra que lucha.
Los mercenarios de la "Comunidad" Ignacio Queipul, fueron los títeres de los intereses de la CONADI, el Estado chileno y los grandes latifundistas en una de las zonas más candentes del conflicto mapuche. Las amenazas de muerte, las golpizas, los ataques armados se repitieron por toda la semana, mientras la policía se hacia la ciega y cuando se decidía a actuar lo hacía a favor de los agresores. No es difícil deducir quien presionó el gatillo que asesinó a nuestro hermano, los antecedentes están a la mano y la conclusión es evidente.
(Firma):
Comunidad Mapuche Autónoma Temucuicui.
http://comunidadtemucuicui.blogspot.com
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