El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha generado polémica tras publicar una imagen en su red social Truth Social en la que aparece sosteniendo un cartel con el mensaje “Trump 2028, yes!”. La imagen, generada por inteligencia artificial, incluye el término “Trumplicans”, una fusión entre su apellido y “republicanos”, lo que ha desatado especulaciones sobre una posible intención de postularse nuevamente a la presidencia en 2028.
El ultraderechista podcaster de Make America Great Again (MAGA) y ex asesor del Ala Oeste, Steve Bannon, sugirió la existencia de un plan para que e,l presidente Donald Trump intente desafiar la Constitución y busque un tercer mandato en el cargo en 2028. «Trump será presidente en 2028», declaró el podcaster y exasesor de la Casa Blanca a The Economist. «En su momento, explicaremos cuál es el plan», añadió.
«Trump será presidente en 1928, y la gente debería adaptarse a eso», dijo a The Economist el 23 de octubre. Aunque Bannon, quien cumplió una condena de cuatro meses de prisión el año pasado y se declaró culpable de dos cargos de fraude, no tiene tanto poder en la Casa Blanca como lo tuvo durante el primer mandato de Trump, indicó que hay «muchas alternativas diferentes» para mantener a su exjefe en la presidencia.
Las publicaciones del presidente provocaron respuestas encontradas: aliados celebraron la nueva etiqueta, opositores la calificaron de pura pose y juristas recordaron la vigencia de la 22ª Enmienda, que bloquea una tercera elección. Informes y dirigentes señalaron que abrir ese candado constitucional no sería sencillo, por lo que la idea parece más retórica que práctica.
Mientras, Trump propuso un nuevo nombre para el Partido Republicano y volvió a alimentar especulaciones sobre una candidatura imposible por la Constitución: “Trumplicans!”. El mandatario acompañó su post del 29 de noviembre en Truth Social con una imagen generada por IA donde sostenía un cartel que decía “Trump 2028, YES!”.
En otro post del 26 de noviembre, publicado en su red Truth Social, propuso términos para identificar a sus adherentes y escribió: “Hay una nueva palabra para un republicano pro-Trump, que es casi todo el mundo (¡La buena política es la calve!)”. El mensaje generó reacciones inmediatas y añadió: “¿Es Tepublican o Tpublican?
Además de la nueva etiqueta y las burlas que despertó,el equipo de Trump llegó a ofrecer merchandising con la consigna “Trump 2028”, una movida que analistas interpretan como estrategia para mantener movilizada la base. En lo práctico, la imposibilidad constitucional sigue siendo la barrera central que la Casa y sus aliados no han podido zanjar.
El cruce entre provocación y campaña comercial no es nuevo: Trump ya vendió gorras con la leyenda y dijo públicamente que considera la idea de presentarse otra vez. También insinuó que existen “métodos” posibles para sortear la limitación, una afirmación que alimenta debate legal y político en Estados Unidos.
«En su momento, explicaremos cuál es el plan», dijo Bannon. «Pero hay un plan».Trump ha ha juigado públicamente con esa idea en muchas ocasiones desde que ganó la reelección en 2024, a pesar del hecho de que la Enmienda 22 prohibe a un presidente buscar un cargo por más de dos mandatos de cuatro años, independientemente de si fueron consecutivos.Ppero eso no ha impedido que el Trump plantee la posibilidad de postularse para un tercer mandato.
«Mucha gente quiere que lo haga», dijo Trump en una entrevista con NBC News con Kristen Welker. «Pero, bueno, básicamente les digo que tenemos un largo camino por recorrer, ya saben, es muy temprano en la administración».
Trump luego continuó con sus comentarios en una entrevista en el Air Force One. «No quiero hablar de un tercer mandato ahora, porque se mire como se mire, todavía queda mucho tiempo por delante». «¿Debería volver a presentarme? Díganme», preguntó Trump al público reunido en una recepción en la Casa Blanca en febrero.
Los límites al mandato presidencial son un principio fundamental de la democracia y el sistema político estadounidenses. Las afirmaciones de Trump sobre su contrato de arrendamiento de la Casa Blanca son solo uno de los muchos ejemplos de su disposición a forzar los límites de la autoridad ejecutiva, y la perspectiva de que no renuncie se ha convertido en un lema centeal en los primeros días de las maniobras demócratas en el escenario nacional para recuperar la presidencia en 2028.
Cualquier esfuerzo por revocar la enmienda y cambiar la Constitución requeriría una mayoría de dos tercios de los votos de la Cámara y el Senado o una mayoría de dos tercios de las legislaturas estatales en una convención de los estados, lo que significaría que 38 estados votarían a favor de la revocación.

Las declaraciones de Trump sobre el tema también han sido inconsistentes. E n mayo, declaró a NBC News que no estaba considerando volver a presentarse, reconociendo que violaría la Constitución. «Diré esto: Mucha gente quiere que lo haga. Nunca había recibido peticiones tan fuertes», dijo. «Pero es algo que, que yo sepa, no está permitido hacer».
Hasta ahora, los republicanos del Congreso han restado importancia a los comentarios del presidente sobre un tercer mandato. El líder de la mayoría del Senado, John Thune, republicano por Dakota del Sur dijo en marzo que Trump no podía permanecer en la Casa Blanca «sin una reforma constitucional». Añadió ue quienes presionan para un tercer mandato de Trump generalmente esperan una «respuesta bastante alegre» a la idea. «Creo que la Constitución habla de ese tema y creo que es bastante claro», dijo.
*Politólogo y analista estadounidense, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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