Cosas de la educación: como para no creerlo
Suelo hacerles a mis estudiantes de la universidad una evaluación de
conocimientos generales una vez que comenzamos clases. Es una evaluación sumamente simple, de conocimientos elementales cuyas preguntas es posible responder con sólo leer la prensa.
Tengo alumnos de tercero, quinto y séptimo semestre, distribuidos en seis secciones diferentes. En total son unos 180 cursantes. Este semestre decidí hacerles una evaluación igual a todos para que a la vez me sirviera de objeto de estudio para hacer mediciones estadísticas. Éstas aún no están hechas.
No obstante, no dejan de sorprender y, más que eso, preocupar, las
respuestas a informaciones tan elementales. Mi primera conclusión es que atravesamos una verdadera crisis educativa. Ya verán por qué.
De los 180 alumnos, sólo tres atinaron a responder correctamente cuál es la extensión territorial de Venezuela (916.445 Km2) ; el resto cree que el país tiene 1.200 Kilómetros cuadrados, 20 mil kilómetros cuadrados y absurdos por el estilo. 169 están absolutamente seguros de que Guatemala es el primer país que se encuentra al norte de la América del Sur; sólo 11 indicaron que Guatemala es un país de Centroamérica.
98 de ellos aseguran que el petróleo venezolano se vende a 27 bolívares el barril; es decir, no saben que el petróleo tiene precio en dólares. No obstante, 60 se conforman con que cueste 12 dólares; sólo dos atinaron a responder que el petróleo se vende a 53 dólares el barril.
De las respuestas, 164 están seguros de que Irene Sáez fue electa Miss Mundo en 1976, 1992, 1981, 2004, 1994, apenas seis atinaron a responder que Irene Sáez no fue Miss Mundo, sino Miss Universo.
Sólo ocho de los estudiantes aseguran que Eleazar López Contreras fue el sucesor de Juan Vicente Gómez; el resto cree que fue Jaime Lusinchi, Luis Herrera Campins, Eustoquio Contreras, Marcos Pérez Jiménez, Isaías Medina Angarita y hasta «el compadre Castro».
¿Qué se puede decir cuando un estudiante, que está a tres semestres de ser un licenciado entrega semejantes respuestas y de paso tiene la desfachatez de acusar al profesor de hacer preguntas rebuscadas? ¿Qué tipo de profesor ha tenido este estudiante a lo largo de su trayectoria que jamás se preocupó de decirle que república no se escribe con v, sino con b? ¿Cómo puede un licenciado de este calibre asumir la responsabilidad de conducir a un grupo de personas, orientarlas e indicarles el camino correcto para ser más eficientes?
Tengo alumnos que escriben: «hurbanización, omicidio, atravez, alomejor, por su puesto, extencion, exsección, ungaro» y otras barbaridades por el estilo.
Incluso, tengo alumnos que aseguran que Iraq es un país palestino, que el Quijote lo escribió Mario Vargas Llosa y desconocen a Mafalda.
Me pregunto: si esto ocurre en una universidad, ¿cómo estarán las cosas
aguas abajo? ¿De qué tenor será la ignorancia de esos bachilleres que
egresan ahora? ¿Cómo será el nivel de formación de sus docentes? ¿De qué tamaño será la preocupación de esos profesores para auto reciclarse, para formarse? ¿Por qué los entes oficiales llamados a enfrentar este problema estructural no dicen nada?
No culpo a mis estudiantes, porque si llegaron hasta allí es porque el profesor es tan deficiente como ellos. Por cierto, uno de esos profesores, que es a la vez director de Información de una alcaldía, dijo una vez que «1984» había sido escrita por Jorge Luis Borges.
Razón tienen los alumnos… Y el país que se joda.
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* El profesor Rodríguez Olmos suele escribir columnas de opinión en el diario caraqueño El Mundo.