No menos de 80 muertos y docenas de desaparecidos –números que van en aumento– son el saldo del terremoto que azotó al país el ocho de enero.
Se trata del peor desastre natural de los últimos 20 años y está en pleno proceso el cálculo de los daños a la ecología, mientras no menos de 80.000 personas carecen de agua potable, suministro de energía eléctrica y por destrucción de caminos y carreteras hay caseríos y poblados aislados.
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