Costa Rica: – LA CARRERA DE UN MILITAR EN CARRERAS

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

“La banda bucanera cayó a tu sombra herida, heroica y bendecida, salvaste el patrio honor”
(Himno Patriótico costarricense)

La primera derrota del capitán fue, antes, incluso, de estrenarse en el mando, cuando La Nación (vocera de la banda bucanera) había anunciado un triunfo arrollador del capitán en las elecciones. No obstante, apenas y pudo ganar con una diferencia insignificante frente a Otón Solís.

Pero él y sus muchachos no entendieron nada. Por ejemplo, que en política no basta ganar, sino que en ocasiones (como ésta) hay que hacerlo con contundencia, de lo contrario se corre el riesgo de carecer de capacidad de dirección. Sin comprender esto, el primer pulso que el capitán Arias (tal vez, podría ser Garfio) decidió echarse, fue con los muchachos de la cultura.

Quería trasladar la casa presidencial a la antigua fábrica de licores, donde hoy reside el Ministerio de Cultura. Inmediatamente se encontró con una resistencia organizada de los funcionarios y artistas, que consideraron semejante ocurrencia, una afrenta. Fue su segunda batalla perdida, al frente del bergantín de corsarios, en que ha convertido al gobierno de la república.

Luego, definió que el escenario en que se iba a dilucidar el tema del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (TLC) iba a ser la Asamblea Legislativa, en donde había puesto a una buena parte de su tropa corsaria de elite. Pero el asunto tampoco marchó bien en ese frente. Las cosas se fueron complicando, a tal punto que tuvo que cambiar de estrategia. Luego de que José Miguel Corrales (excandidato presidencial) planteara el referendo ciudadano, al buen capitán Garfio se le ocurrió que él también lo iba a hacer. Un tribunal electoral sumiso y complaciente dictaminó que iba el referendo por decreto.

Hasta ahí parecía que finalmente algo le salía bien. Luego, sin pudor, como el mejor de los piratas, declaró que el torcía, y torcería brazos para lograr su propósito. Está claro qué significa esto, en términos de la institucionalidad del país. Digamos que es ponerla al servicio incondicional de él, su hermano, y la banda bucanera que los acompaña.

También ha probado en el terreno internacional. Digamos que quiso, el capitán, surcar otros mares, como lo hizo en su primer mandato. Pero, las cosas han cambiado radicalmente. Hasta la fecha no ha conseguido que nadie le invite a ningún evento internacional importante. Hasta trajo unos paramilitares colombianos, que le solicitaron que metiera sus narices en el conflicto de ese país. Arias les dijo que lo tramitaran ante el gobierno de su país (Colombia), para que éste luego se lo pidiera a él. El gobierno colombiano hasta la fecha ni siquiera se ha referido al asunto; y esto que Arias es amigo del presidente colombiano.

A Hugo Chávez lo intentó provocar, a ver si conseguía algo de proyección internacional, a la sombra de alguien que sí la tiene. Hugo ni siquiera se dignó responder. Simplemente dijo que estaba pensando retirar del país a la empresa ALUNASA, propiedad del gobierno de Venezuela. Arias y su ministro de exteriores solicitaron explicaciones, y pidieron un diálogo de gobierno a gobierno. No lo hubo. Pero cuando los trabajadores de ALUNASA le solicitaron al presidente Chávez que no se llevara la empresa del país, este les dijo que quería hablar con ellos personalmente, y se los llevó para Venezuela.

El grupo de humildes trabajadores sí lograron convencer a Chávez, de no retirar a ALUNASA de Costa Rica; y ahí está la empresa funcionado y desarrollando una respetable proyección social en la ciudad de Esparza y sus alrededores.

Ortega también le ha dejado mal parado. En una reunión en Nicaragua del Parlamento Centroamericano, dijo que era conocido que todos los presidentes centroamericanos contemporáneos de Arias, hubiesen deseado que el premio se lo dieran a Napoleón Duarte.

Lo terrible de esto es que Arias, cuando fue consultado, ni siquiera pudo responder con agilidad o picardía. En realidad, no pudo decir nada. Y como si fuera poco, ahora es Ortega el que se reúne con Lula, el presidente argentino, Hugo Chávez, los presidentes de Bolivia y Ecuador. Ortega, además, es la figura más destacada entre los mandatarios centroamericanos. Incluso ha establecido recientemente una relación estratégica con el presidente de Honduras. En cambio, a Arias, en Centroamérica, no le invitan a tomar café, porque lo consideran, simplemente, indigerible. Ni siquiera en la región tiene el más mínimo liderazgo.

El capitán, con su banda de corsarios, navega solo, por aguas tempestuosas.

Pero, volvamos al ambiente nacional y a un tema que dejamos pendiente. Luego de intentar un subterfugio desesperado robando y apropiándose del referendo ciudadano de Corrales, a ver si por ahí podía salirse con la suya, aunque fuera al estilo bucanero, las cosas no le han funcionado por ninguna parte. Los militantes del No siguen creciendo, organizándose en todo el país, y con los Comités Patrióticos han constituido un frente extraordinario de lucha, que avanza incontenible a la victoria.

En cambio, los del , ni siquiera se visibilizan a pesar de que lo que les sobra es dinero e influencia en los medios de comunicación. Porque gente organizada y luchadora, no tienen. En todas parte en donde va el capitán, con su comitiva de secuaces, es recibido con alguna forma de protesta popular; por ello, el presidente es acompañado permanentemente por un dispositivo de seguridad, que casi siempre se toma los alrededores de los lugares en que éste se presenta; sobre todo para evitarle el ridículo, al que sería expuesto por los ciudadanos comunes hartos de sus mentiras, demagogia, soberbia, cinismo e incompetencia.

El día en que se celebraba la anexión de Nicoya a Costa Rica en la provincia de Guanacaste, a Arias, o a alguno de sus poco distinguidos asesores, se les ocurrió hacer los honores oficiales en la ciudad de Liberia.

Ese mismo día tuvo que pedir disculpas por la torpeza y burla cometida, en contra de los nicoyanos a quiénes dejó esperando. Pero ni siquiera en Liberia le fue bien. Aparte de los compañeros del No, que se manifestaron, una niñita le dedicó un poema cuyos contenidos ofendieron al capitán y su comitiva. Zarpó de ese lugar, una vez más abatido y perdidoso, a buscar otro puerto, en donde hacer el ridículo.

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Deberá ser por esta brevísima reseña del capitán Garfio y su banda bucanera, que los bomberos han decidido cambiarle de grado militar. Ahora es comandante. Suponemos que de tropas de tierra. A punto de estrenarse, como nuevo Comandante en Jefe de los muchachos de la benemérita institución, y ya le salen las cosas mal.

El viernes pasado un liberacionista, miembro del grupo del No de ese partido, denunció que casa presidencial había pagado a hacer una encuesta entre los costarricenses para saber quién iba a ganar, si el No, o el . La respuesta fue concluyente, «el No va ganando», no solamente en términos absolutos, sino que además es la gente más dispuesta a ir a votar. Pero, los hermanillos Arias han ocultado los resultados, dice Oscar Campos, firmante de la demanda. Nada les sale al Comandante Oscar Arias y su lugarteniente Rodrigo.

A los bomberos, a quiénes respetamos profundamente, así como lo hace la mayoría de nuestro pueblo, les decimos que se equivocaron irrebatiblemente. Arias no ha hecho un solo acto decoroso y significativo para conseguir semejante nombramiento. Aunque estamos seguros de que esa ha sido una jugadilla de la cúpula de la distinguida institución, y no de la mayoría de los bomberos. A esa colectividad de muchachos y muchachas, abnegados y valientes, les decimos que su único comandante es el pueblo de Costa Rica, que va a derrotar sin apelaciones a la banda bucanera del sí.

Compañeros bomberos, les expresamos, que luego de la victoria del No, ustedes seguirán teniendo el respaldo institucional que hasta ahora los ha convertido en el mejor cuerpo de América Latina, en ese campo. A pesar del yerro, les enviamos nuestro reconocimiento y el de miles de costarricense que apreciamos y admiramos su trabajo.

Los del No también tenemos una dirección. No son capitanes ni comandantes, sino ciudadanos, que, eso sí, sabrán asumir con decoro cualquier responsabilidad que implique defender los intereses de la patria, incluso con la vida, si es necesario.

Al capitán, o Comandante, no sé, y su banda bucanera, les decimos que volverán a caer derrotados ante la sombra de las mayorías de nuestra patria, a pesar de las torceduras de brazos, del aplauso de los esbirros, de la complacencia vergonzosa del Tribunal Supremo de Elecciones y la Sala Constitucional; de la complicidad sin límites de la gran prensa televisiva, radial y escrita (con distinguidas excepciones).

Con los Comités Patrióticos, con la dirección unificada del movimiento, encabezada por los mejores hijos que tiene este país; con los sindicalistas, los muchachos de las universidades, las mujeres organizadas, los campesinos, los empresarios honestos, los curas comprometidos con su pueblo, los intelectuales, los maestros, los jornaleros, los trabajadores del estado, con las comunidades; en fin, con las grandes mayorías que aspiran a un nuevo país, con justicia social, con dignidad, con acceso a la salud y educación, para todos, triunfaremos sin apelaciones. Decimos, con la canción de Dionisio Cabal (que ya es un himno del movimiento del NO),”Llegó la Hora de Juanito Mora”.

Réquiem para el Comandante y su banda bucanera.

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* Historiador y analista social.

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