Costa Rica: Mephisto tras el golpe de Estado en el Instituto Tecnológico

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Adriano Corrales Arias.*

La situación que atraviesa nuestra institución convoca seriamente a la reflexión y al análisis ponderado. La gravedad de la coyuntura es mucho más que preocupante. Por el anuncio de un diario acerca de la propuesta a una posible precandidatura de nuestro rector en las próximas elecciones nacionales, los Mephisto e integrantes de la quinta columna TEC, desempolvaron sus viejas armas de combate para solicitar lo que hace rato vienen proyectando: un linchamiento politico.


No contentos con el reciente intento de juicio sumario al Rector (caso Valencia), los adalides del cálculo y la frialdad matemática, argumentando diferentes motivaciones y causas han convencido, por primera vez en nuestra institución –hasta donde yo recuerde– al mismo equipo de trabajo de un rector, en una acción desleal nunca vista, para que se vuelque a presionarlo descarnadamente, solicitando un plazo para su renuncia.

Hasta personas recientemente electas al Consejo Institucional con el objetivo ímplicito de llevar ponderación, tolerancia, negociación y buen tino a ese órgano colegiado, han terminado sacando las uñas prematuramente y aparecen ya, con una beligerancia inusitada, solicitando la cabeza del señor rector.

Los Mephisto e integrantes de la quinta columna, arrogándose la representatividad de toda la comunicad institucional, sin consultar a los diferentes Consejos de Escuela o Departamento, ni a las bases del movimiento estudiantil, pretenden dar un golpe de estado al mejor estilo Micheletti y en consonancia con un pasado grotesco que pugna, lamentablemente, por regresar a la escena política de América Latina.

Y es que no se trata de Eugenio Trejos. Ni de su permanencia. Tampoco de lealtades mínimas o de sumisiones largas. Se trata, nada más y nada menos, de la autonomìa universitaria amenazada nuevamente por quienes se hacen eco de los reconocidos enemigos de la universidad pública, halando agua para sus molinos y agazapándose para que no les vean las faldas de sus ambiciones rectoriles.

Seamos claros: los enemigos declarados de la rectoría actual y del ITCR en general, por la actitud mostrada en favor del amplio movimiento social en contra del TLC, vienen, desde hace rato, buscando la oportunidad para castigar la conducta del rector. Y ahora, al mejor estilo de los golpistas hondureños, esgrimiendo razones absolutamente inocuas, como la dedicación exclusiva, y ninguna argumentación política de peso, encuentran nuevos aliados para relanzar su campaña de tierra arrasada. 

Los nuevos aliados son personas que aspiran a un puesto (al menos conservar el suyo, como insinuó chabanacanamente uno de los vicerrectores) y quizás a la misma rectoría, eso está claro, pero sin esperar a que el tiempo institucional les llegue, tal y como corresponde. Desean empujar la historia a su favor al mejor estilo de los falsos iluminados y conspiradores nihilistas. Desean ya y a toda costa, derrocar al rector, convocar a elecciones y, ojalá, autotoelegirse.

Todo ello con la fortaleza que dan el rencor y la codicia.

Reitero: esto no es una defensa a ultranza de una persona, siquiera de un grupo de personas. Es la defensa de la autonomía y de la dignidad de quienes conformamos una comunidad universitaria devenida, hasta hace poco, en cuestionadora de los privilegios y desmanes de la clase dominante. Y de quienes creemos a pie juntillas en la democracia interna, la transparencia, el respeto ajeno y la voluntad de diálogo. De eso se trata.

Desafortunadamente, salvo serias excepciones, no observo a mi alrededor más que alevosía y hasta cobardía en quienes, escudados en el Consejo Institucional o de Docencia, pretenden sacarse el clavo derribando y enlodando a una persona cuyo único delito ha sido colocarse al lado del pueblo costarricense en momentos de contrareforma neoliberal, y expresar su aspiraciòn a comandar una papeleta electoral a nivel nacional, como cualquier ciudadano de este país.

Pregunto: ¿qué estaría sucediendo si el anuncio de la precandidatura del rector fuese dentro del Partido Liberación Nacional (hoy ni tan liberación ni tan nacional), o dentro de la Unidad? Específicamente: ¿qué si los señores Arias estuviesen postulando a Eugenio Trejos a una diputación, digamos? ¿Los ladridos y aullidos serían del mismo tono agresivo y lastimero?

Es cierto: la rectoría ha cometido muchos errores. Y los seguirá cometiendo, porque errar es de humanos. Pero si se trata específicamente de eso (hasta ahora los golpistas no han señalado nada al respecto) deberíamos solicitar cuentas al señor rector y exigirle explicaciones a través de los medios democráticos de que disponemos en la institución. Jamás amenazando con el rompimiento de la estabilidad institucional al señalar plazos y exigir su salida sin más argumento que la confrontación.

He allí el meollo del asunto. Lo demás es majadería. Y aprovechamiento de un momento en que la mayoría de la comunidad institucional se encuentra desinformada y alelada ante la audacia del intento de golpe.

Lo terrible del caso es constatar que el raciocinio académico brilla por su ausencia o anda aún de vacaciones, o que algunos compañeros vienen por las ramas, tratando de incendiar el campus con propuestas desmesuradas y violentas. Aquéllos que hablaban de diálogo y de la cultura del TEC de no confrontación, hoy envían esas palabras al basurero.

Ojalá que la cordura regrese y que quienes de nuevo pretenden hacer justicia con mano propia, reflexionen profundamente. Porque lo que hoy están desatando mañana les puede ahogar. Hay prácticas políticas que se convierten en boomerang y los aliados de hoy, si por la víspera se saca el día, mañana podrían convertirse en sus propios sepultureros.

* Escritor.

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