Covid-19 dejará 215 millones de nuevos pobres en la región, según Cepal

La pandemia de Covid-19 y sus repercusiones económicas amenazan con borrar 13 años de movilidad social en América Latina y dejar 214 millones 700 mil pobres y 83 millones 400 mil pobres extremos, señaló la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que propuso a los países de la región establecer un ingreso básico universal de emergencia.

Según el informe, México será el país con mayor incremento de pobreza en la región, ya que la pandemia dejó al descubierto los problemas estructurales del modelo de desarrollo, las carencias del sistema de protección social y de regímenes de bienestar muy incompletos, muy frágiles, muy vulnerables, declaró Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.

En México se dará el mayor incremento de pobreza extrema –personas que no pueden cumplir con al menos la mitad de sus necesidades básicas– con un alza del 4,8 por ciento, y será el segundo mayor en pobreza –sólo detrás de Argentina– con un aumento del 5,9 %.

En videoconferencia, Bárcena subrayó que lo que hagan los gobiernos en lo inmediato para enfrentar los efectos económicos de la pandemia permitirá no caer de nuevo en otra década perdida, cuando las crisis económicas en los años 80 del siglo pasado llevaron a la región a transitar 25 años para recuperar niveles de pobreza previos que tampoco eran buenos.

La Cepal propuso un ingreso básico universal –es decir, para toda la población en edad de trabajar– pero los recursos para cumplir con éste implicarían ir más allá de los márgenes de gasto que tienen algunos países, y llamó a los países de la región a dar un ingreso básico universal de emergencia, que se centre en el 34,6 por ciento de la región que hoy día es pobre.

Un modelo de transferencias por seis meses equivaldría a 3,4 por ciento del PIB, ya sumados los programas de traspasos que se han implementado. Dicho monto es casi la mitad del 6,3 por ciento del PIB que pierde la región por evasión fiscal.

El empleo y la desigualdad

Según Cepal, en la región, los mercados laborales suelen ser precarios: existe una alta proporción de empleos informales (53,1% en 2016, según la Organización Internacional del Trabajo. En 2018 solo el 47,4% de los ocupados aportaba al sistema de pensiones y más del 20% de los ocupados vivía en la pobreza. Las mujeres, las jóvenes, los indígenas, los afrodescendientes y los migrantes están sobrerrepresentados entre los trabajadores informales.

En todos los escenarios, la pobreza y la pobreza extrema aumentarán en todos los países, indica el informe. En el escenario alto, los mayores aumentos de la pobreza extrema se darían en México, Nicaragua y el Ecuador. También en el escenario alto, la pobreza en general aumentaría especialmente en Argentina, México, Ecuador y Brasil. Resalta la particular vulnerabilidad de las tres mayores economías de la región.„

El impacto hasta aquí descrito considera únicamente las consecuencias de la pandemia en el mercado laboral y la pérdida de ingresos asociada. En caso de reducirse las remesas provenientes de familiares que migraron, se acentuará la situación de pobreza de quienes las reciben en sus países de origen.

Esta reducción es probable ante el fuerte impacto del Covid-19 en la región y en países extrarregionales receptores de migrantes latinoamericanos y caribeños, como Estados Unidos y España.

En este escenario de mayor pobreza y desigualdad, amplios estratos de la población de la región viven en condiciones crónicas de inseguridad económica y son muy vulnerables ante las pérdidas de ingresos laborales.

En 2019, el 77% de la población de la región (470 millones de personas) pertenecía a los estratos de ingresos bajos o medios-bajos, sus ingresos per cápita eran de hasta tres veces la línea de pobreza y no contaban con ahorros suficientes para enfrentar una crisis. En 2017, solo el 31,8% de las personas económicamente activas que vivían en hogares de los estratos de ingresos bajos y medios-bajos estaban afiliadas o cotizaban en el sistema de pensiones.

Clases medias

Cepal considera que también habría un fuerte deterioro de la posición de las personas que pertenecían a los estratos medios, aunque los impactos -estimados como movilidad económica descendente entre estratos- disminuyen a medida que se avanza en la escala social. En este grupo, los estratos medios-bajos serían los más afectados.

Se deterioraría la situación económica de al menos un 15% de estas personas: 16,7 millones pasarían a pertenecer a estratos de bajos ingresos, pero aún fuera de la pobreza, en tanto que 2,5 millones quedarían en situación de pobreza, principalmente no extrema.

Los estratos intermedios sufrirían un deterioro menor, ya que solo el 11% de las personas pasarían a estratos inferiores (10,7 millones), quedando en su mayoría en el estrato medio-bajo (9,1 millones). Los estratos medios-altos y altos serían los menos afectados, con deterioros económicos que en su mayoría los llevarían al estrato inmediatamente inferior.

Sin embargo, una pequeña proporción de las personas de estos estratos caería -al menos temporalmente- en situaciones de pobreza o pobreza extrema, en función de la disminución de sus ingresos corrientes.

Aún cuando las personas pertenecientes a los estratos medios-altos y altos pueden recurrir a la liquidación de activos para sostener, en el corto plazo, sus condiciones de vida, hay una proporción considerable de hogares que mantiene sus condiciones de vida sobre la base del endeudamiento, por lo que una caída significativa de sus ingresos podría provocar sobreendeudamiento y la pérdida posterior de sus activos, indica el informe de Cepal.

 

* Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

 

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