Crisis política en Bolivia: Los métodos “democráticos” del Conalde
Leonardo Montero*
El gobierno denunció un “golpe civil” contra las instituciones y condenó la violencia impulsada por la “Media Luna”. Mientras tanto, la oposición busca entorpecer la nueva constitución.
La sigla “Conalde” se desprende de Consejo Nacional Democrático. Eso no es ninguna novedad. Tampoco es ninguna novedad que alguien se tome la licencia de preguntarse: “¿Porqué le habrán puesto `democrático`?”. A esta altura de los acontecimientos, quienes integran ese grupo también podrían tomarse la licencia de preguntárselo.
Los hechos posteriores al referendo revocatorio del pasado 10 de agosto demuestran a las claras cuál es la estrategia escogida por el Conalde luego de una resonante derrota. La estrategia no es ni más ni menos que generar un clima de desestabilización y violencia para -de este modo- vulnerar los cimientos del gobierno nacional. (Ver “Paro cívico como arma de la ilegalidad”, APM 24/07/2008; “La Media Luna acrecienta su rebeldía” APM 29/08/2008).
El pasado jueves, el presidente boliviano, Evo Morales, denunció que está en marcha un “golpe civil”. La primera parte de esas maniobras es la toma de instituciones públicas por parte de grupos de choque de derecha financiados por los prefectos opositores, aseguró el primer mandatario.
“Las acciones del llamado Consejo Nacional de la Derecha, Conalde, en Cobija y Trinidad, coinciden con las asumidas durante el levantamiento armado contra la democracia el 17 de julio de 1980”, resaltó Morales en referencia al golpe de Estado encabezado por Luís García Meza que derrocó a Lidia Gueiler e impidió la asunción del electo Hernán Siles.
Bajo el disfraz de una protesta por la reasignación del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), los grupos opositores radicalizaron su postura mediante cortes de rutas, ataques racistas, toma de instituciones públicas y atentados contra opositores.
Según Evo Morales, estas acciones son parte de un plan subversivo elaborado para terminar con su gobierno.
En las últimas horas, el Conalde amenazó con cortar el suministro de gas natural que el país exporta a Brasil y Argentina. “No nos responsabilizamos de cualquier acción que impida el suministro de hidrocarburos al exterior”, sentenciaron los líderes del grupo.
Más allá de las amenazas y las declaraciones desmedidas de los integrantes de la “Media Luna”, vale la pena repasar algunos de lo hechos posteriores al referendo revocatorio y que tienen como protagonistas a integrantes de los sectores afines a los prefectos opositores.
– 19 de agosto: Se lleva a cabo el “paro cívico”. Grupos de choque -mediante golpes- obligaron a los ciudadanos que no cumplían la medida. Heridos y destrozos fue el saldo de la jornada.
– 21 de agosto: Miembros de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) y cívicos golpearon a policías que custodiaban la protesta que llevaban a cabo discapacitados. Los agresores intentaron tomar el Comando Departamental de la Policía cruceña. Esa noche, el entonces comandante departamental de Policía, Wilge Obleas y el comandante nacional, Miguel Gemio, fueron agredidos por los unionistas.
– 22 de agosto: Integrantes del Comité Cívico Juvenil de Beni, toman las oficinas del Servicio Departamental de Educación en Trinidad. El dirigente campesino Walter Casanova sufrió un traumatismo encéfalo craneal, una fractura en la mano, además de ser apuñalado en la espalda, según lo informado por su esposa.
– 28 de agosto: Organizaciones sociales protestan contra las acciones del Conalde en Yacuiba, Tarija. Los manifestantes fueron atacados por miembros de la Unión Juvenil Tarijeña y trabajadores de la Subprefectura de Yacuiba.
– 29 de agosto: Hombres de la UJC irrumpen en el Concejo Municipal de Santa Cruz e intentan atacar al concejal del Movimiento Al Socialismo (MAS), Osvaldo Peredo.
– 1 de septiembre: desconocidos ingresan a la sede de la Representación Presidencial en Santa Cruz y agraden a la representante gubernamental Gabriela Montaño.
– 2 de septiembre: Grupos de choque en Trinidad atacaron a los custodios del edificio de Impuestos Nacionales. Los incidentes se produjeron luego de concluir una Asamblea de la Benianidad, convocada por los cívicos y el prefecto de este departamento, Ernesto Suárez.
– 3 de septiembre: En Cobija toman por la fuerza varias oficinas estatales, entre ellas el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) y la Superintendencia Forestal. Son grupos campesinos afines al prefecto de Pando, Leopoldo Fernández.
– 3 de septiembre: Paralelamente, en Santa Cruz, miembros de la UJC intentaron enfrentarse a campesinos e indígenas que participaban del congreso del Consejo Nacional por el Cambio (Conalcam).
– 4 de septiembre: Atacan la antena de la radio comunitaria de Rurrenabaque (Beni). “Los que atentaron contra la radio Patria Nueva son trabajadores de la Alcaldía pagados por la prefectura de Beni. Ellos cortaron los cables e hicieron volar la antena”, denunció el secretario ejecutivo de la Federación de Colonizadores de Rurrenabaque (Fecar), Eugenio de la Huanta.
– 4 de septiembre: Desconocidos incendian la casa del dirigente de la Central Obrera Departamental de Santa Cruz (COD), Lucio Vedia. La esposa del dirigente asegura que Vedia había sido amenazado de muerte por la UJC.
– 4 de septiembre: El presidente del Comité Cívico de Beni, Alberto Melgar, amenaza con enfrentarse a los militares si el Coronel Fernando Rocabado, comandante de la Sexta División del Ejército, no abandona Trinidad. “El contingente militar está armado hasta los dientes, si vienen a buscar enfrentamiento lo van a tener” advierte Melgar, quien da un plazo de 48 horas a Rocabado para que abandone la región.
– 5 de septiembre: Los bloqueos de rutas dejan sin gas licuado y diesel al municipio Yapacaní, Santa Cruz.
– 5 de septiembre: El Comité Cívico Juvenil de Tarija toma la planta de bombeo de gas natural del municipio de San Lorenzo. La población y las industrias se ven afectadas por los cortes de energía eléctrica.
– 5 de septiembre: Grupos afines al Comité Cívico y a la prefectura de Pando toman el aeropuerto de Cobija y saquean una avioneta con elementos pertenecientes a la Fuerza Aérea Boliviana. Militares y un periodista son humillados y golpeados por la turba. La Red Erbol informa que la radio Frontera suspende su emisión por temor a posibles ataques. La delegada presidencial de Pando, Nancy Texeira, dice que el grupo de vándalos está encabezado por el Secretario General de la Prefectura de Pando. Además, afirma que los elementos robados de la avioneta, se encuentran en la sede de los cívicos. Por útlimo, denuncia que su oficina está en la mira de los grupos de choque que desde hace varios días intentan tomarla, como lo hicieron con las sedes de Migraciones, Aduana, Superintendencia Forestal, Administradora Boliviana de Carreteras e Impuestos.
Al cierre de esta edición, el clima de violencia no disminuía de la mano de grupos afines al Conalde. El sucinto recuento de hechos, deja como conclusión que resulta difícil imaginar que se trata de acontecimientos aislados y la teoría del presidente Morales acerca de un plan orquestado de antemano, parece innegable.
“Se habla de tomas de instituciones y el pedido de algunos prefectos, de algunos comités cívicos sobre el retiro de las Fuerzas Armadas, esto ya es una acción política y un golpe civil al Estado”, manifestó el presidente.
En este sentido, mediante un comunicado difundido en París, la Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH) condenó “los ataques y amenazas de carácter racista y discriminatorio en contra de dirigentes sociales y de todos los que se supone están a favor del gobierno actual”.
Prosigue el comunicado diciendo que “la FIDH condena firmemente estos actos de violencia con armas letales y blancas cometidos por los comités cívicos y afines con el apoyo de algunas autoridades regionales, que desestabilizan el país y lesionan la institucionalidad democrática. Urgimos a los comités cívicos y a sus afines a regresar a un ejercicio político de su derecho a la oposición”.
En este contexto, Evo Morales invitó a la oposición a expresar su rechazo a la nueva Constitución Política del Estado (CPE) en las urnas sin generar violencia.
El tema de la futura Carta Magna, es uno de los puntos clave dentro de estas acciones emprendidas por los líderes de la “Media Luna”. La inminencia de un referendo para su aprobación, acrecienta los nervios de las prefecturas separatistas.
Los prefectos de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca ya afirmaron que la consulta sobre la CPE no se realizará en sus departamentos y que harán lo posible para evitarlo. Frente a esto, Evo Morales dijo que la advertencia del presidente del Comité Cívico pro Santa Cruz, Branco Marinkovic, “es una abierta conspiración contra la democracia boliviana y a las normas vigentes”. El empresario cruceño había dicho que con decreto o con ley, no habrá referendo en el departamento oriental.
Por su parte, la Corte Nacional Electoral no aceptó que el referendo sea convocado mediante un decreto y exige que se lo haga por ley. El vicepresidente Álvaro García Linera aseguró que “con decreto o con ley vamos a convocar a aprobar la nueva Constitución. Esto es irreversible. Hagan lo que hagan, nos insulten, peguen a los ancianos, peguen a los niños, hagan terrorismo, quemen casas, no nos van a detener”.
En algo hay que coincidir con García Linera. Sea mediante ley, mediante decreto o cualquier otra forma legal que se le ocurra a los líderes del Palacio Quemado, el referendo constitucional será rechazado por la oposición. No sólo eso, actuarán como lo vienen haciendo hasta ahora para evitar que el pueblo boliviano decida sobre su Carta Magna.
En medio de tanta locura y violencia, parece lejano que el 67,4 por ciento de los bolivianos haya respaldado -en el referendo del pasado 10 de agosto- el proceso de cambio encabezado por Morales y García Linera.
Pensándolo desde esta perspectiva, el panorama no es demasiado prometedor teniendo en cuenta que muy difícilmente la “Media Luna” reconozca resultados democráticos.
Bajo este panorama presente, e imaginando el futuro, una vez más, vale la pena preguntarse: “¿Porqué le habrán puesto `democrático`?” al Conalde. Los hechos no arrojan explicación alguna.
*Publicado por APM