Jim Cason y David Brooks - La Jornada
El presidente Donald Trump afirmó que tiene grabaciones de comunicaciones hechas por los tripulantes en la nave destruida por las fuerzas navales estadunidenses el martes que comprueban que eran narcotraficantes venezolanos, mientras altos funcionarios advirtieron que podría repetirse este tipo de ataques e incluso cambiar el régimen en Caracas, pero por lo menos un legislador federal y varios expertos pusieron en duda la legalidad del acto en aguas internacionales.
“En el barco tienen montos masivos de drogas, tenemos grabaciones de ellos hablando”, comentó Trump a reporteros este miércoles en la Casa Blanca. Agregó que “todos entienden eso plenamente; de hecho, se pueden ver las bolsas de drogas por todo el barco”. Sin embargo, no ofreció más imágenes de las drogas ni mayor información sobre la inteligencia con la que se contaba de la nave ni detalles específicos sobre cómo fue destruida.
Tanto Trump como su secretario de Defensa, Pete Hegseth, afirmaron que las drogas provenían de Venezuela, pero tampoco ofrecieron mayores pruebas más allá de referirse a las comunicaciones interceptadas. Por su parte, Diosdado Cabello, ministro del Interior venezolano, acusó a Estados Unidos de realizar asesinatos extrajudiciales y sumarios en el mar.
“Nicolás Maduro, al considerar si quiere o no continuar siendo un narcotraficante, tiene que tomar algunas decisiones, y eso es todo lo que comentaré sobre eso”, declaró Hegseth en una entrevista con Fox News. “Tenemos activos (militares) en el aire, activos en las aguas, activos en las naves, porque esto es una misión muy seria para nosotros y no se detendrá… sólo con este ataque”. Al preguntarle si el cambio de régimen en Venezuela es un objetivo, el secretario de Defensa respondió que “esa es una decisión presidencial”.
Sin embargo, el diputado federal Adam Smith, el demócrata de mayor rango en el Comité de Servicios Armados de la Cámara baja, expresó su escepticismo del ataque. “El gobierno de Trump no ha identificado la autoridad (legal) bajo la cual fue realizada esta acción, planteando la interrogante sobre su legalidad y constitucionalidad”, dijo Smith. “La falta de información y transparencia de esta administración es más preocupante. ¿Esto significa que Trump piensa que puede usar a los militares estadunidenses donde sea que existan las drogas, donde son vendidas o transportadas? ¿Cuál es el riesgo de arrastrar a Estados Unidos a otro conflicto militar más?”
Kenneth Roth, ex director de Human Rights Watch y experto en derecho internacional, afirmó que “el tráfico de drogas es un delito, no un acto de guerra. Los traficantes deben ser arrestados, no ejecutados sumariamente, lo cual hicieron las fuerzas estadunidenses de manera ilegal”.
La profesora de leyes Mary Ellen O’Connell, de la Universidad de Notre Dame, comentó a The Washington Post que matar intencionalmente a sospechosos fuera de un conflicto armado viola “principios fundamentales del derecho internacional”.
El papel de los marines
El objetivo real de la presencia naval estadunidense en el Caribe y el ataque no es el narcotráfico, opinó el almirante retirado de la Marina de Estados Unidos James Stavridis, ex comandante del comando sur (Southcom) encargado de las Américas. “Misiles Tomahawk de destructores o submarinos no pueden hacer mucho con traficantes de drogas, pero sí pueden destruir infraestructura de petróleo y gas que generan ingresos críticos.
Los marines de Estados Unidos no van a deshabilitar lanchas rápidas de narcotráfico a la Miami Vice, pero sí pueden ser utilizadas contra plataformas de petróleo y gas o bases militares venezolanas en la costa. Submarinos y destructores pueden hundir a buques de guerra venezolanos o derribar aeronaves militares”, escribió en un artículo de opinión para Bloomberg Opinion. “Los grandes buques de guerra tienen otra misión: enviar un mensaje muy claro al dictador de Venezuela, Nicolás Maduro”.
Tres ex altos funcionarios estadunidenses entrevistados por Politico National Security Daily coincidieron en que la amenaza de una acción militar estadunidense contra Venezuela debería de ser tomada “muy seriamente”. Diversos analistas descartan versiones de que Estados Unidos estudia una invasión terrestre de Venezuela parecida a la de Panamá en 1989, pero los ex funcionarios señalaron que la nueva tecnología aérea y de misiles de largo alcance de alta precisión implica que Estados Unidos puede lanzar un ataque sin una ocupación de las tropas.
La amenaza de intervención militar para provocar un golpe o algún colapso del gobierno de Maduro es tan grande como para que el International Crisis Group advirtiera este miércoles que “a pesar de la voluntad evidente del gobierno de Trump de emplear fuerza legal contra supuestos narcotraficantes, no tiene el apetito ni aun –se puede argumentar– la habilidad de garantizar la seguridad interna en una Venezuela pos-Maduro. Antes de actuar para desestabilizar el gobierno existente, Washington primero debería de dar seria consideración sobre qué sucede después”.
Seth Harp, ex militar estadunidense que es un comentarista frecuente en medios conservadores, fue más sarcástico sobre el asunto. “Felicidades a todos los integrantes de la cadena de muerte (los que deciden emplear fuerza letal) que participaron en este ataque. Por bombardear deliberadamente a no combatientes, ustedes son terroristas comunes a los que no les será otorgado el estatus legal de soldados si llega y cuando llegue la democracia y la justicia a Estados Unidos”, escribió en su cuenta X.
El periodista y analista especializado en temas de narcotráfico Ioan Grillo expresó su escepticismo sobre el incidente en sus medios sociales: “Las grandes preguntas son por qué tendrían a 11 personas a bordo si estaba transportando droga”.
* Corresponsales de La Jornada de México en Estados Unidos
Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.