CUANDO TODOS PODEMOS SER UNA MARGARITA GAUTHIER

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Había caído del «ránking» de las mortales; los antibióticos y la salubridad de la vida moderna –capitalismo por medio– la tenían acorralada. La TBC no era lo que fue. Falso, como tantas cosas que cotidianamente damos por ciertas.

Alrededeor de medio millón de personas –suena más pulcro decir medio millón de casos– enferman todos los años de tuberculosis multirresistente (TBCMR).

No es demasiada gente: el total para todas las variedades de la enfermedad se sitúa más bien en los nueve millones de almas. Y en alza.

Sucede que, preocupados por la globalización y la democracia «a la americana» –expoliación, depredación y misiles por delante–, muchos países carecen de las herramientas estadísticas, sistemas de comunicación, centros médicos y profesionales de la salud en número suficiente para tener una cuenta confiable de sus contagiados. O quizá los infectados suben en número con mayor rapidez que el procesamiento de los datos.

Tan solo seis países africanos –donde está el mayor número de enfermos en el mundo, lo que también ocurre con el sida– pueden ofrecer información completa y veraz sobre el flagelo, que pareciera burlarse de la batería antibiótoca de la industria farmacéutica. A este paso África será el primer éxito mundial de la lucha ecologista por la preservación del ambiente natural que llevan a cabo las ONG estadounidenses y europeas; que para entonces apenas haya africanos para llevar el equipaje de los «bwana» eco-turistas «primermundialistas» será sólo una coincidencia.

Pero no son los países africanos los únicos donde la información es escasa; se estima que sólo la mitad de los Estados del mundo la tienen codificada con seriedad.

La situación es grave. Uno de los autores del informe de la OMS, Abigail Wright, aventuró: «En ausencia (de la información médica) resulta difícil estimar el impacto y la evolución de la tuberculosis multirresistente y ultra-resistente en una determinada región» (…) Es probable que no se hayan observado ni detectado evidencias de farmacorresistencia».

¿Vale la pena abundar diciendo que este tipo de tuberculosis resulta fatal para la mayoría de las personas cuyos sistemas inmunitarios se encuentran debilitados por el sida?

La tuberculosis es la segunda enfermedad infecciosa que más muertes causa en el mundo sólo detrás del virus del VIH. Y el mencionado informe probaría también que hay una relación directa entre la infección por el virus del sida y la TBCMR.

Unas dos millones de personas de todas las edades mueren anualmente a causa de esta variedad de TBC. Quizá no es necesario agregar que son pobres, pero sí dejar constancia que la vacuna anti TBC no funciona. La cepa es nueva, la vacuna tiene 80 años.

En México –país donde, como en El Salvador, la enfermedad alarma– se experimenta con el objeto de obtener una vacuna a la altura de las circunstancias por medio de la investigación genética. Si todo camina bien será posible aplicarla a los humanos que resten en unos 10 o 15 años…

Y al cuadro se agrega un trazo que lo hace más preocupante; ha surgido un bacilo «extensamente resistente». Tanto como un 1.9 por ciento de los casos resistentes registrados en EEUU tienen esta característica.

La Dama de las Camelias respira sobre el cuello de la humanidad, o sea.

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