Cuba: el cascabel, el gato y el partido

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Aurelio Pedroso.*

Para comenzar mis opiniones, debo aclarar que la tan socorrida frase, quien la ha empleado ha sido el propio presidente Raúl Castro cuando hace poco menos de 16 meses sentenció que “se trata de ponerle el cascabel al gato, identificando como tal los problemas principales”.

Y luego, en otra parte, como reconociendo implícitamente ese mal inoculado de la unanimidad, una manifestación que, paradójicamente, no siempre indica absoluto acuerdo, sino mas bien miedo a decir lo que se piensa, puntualizó: “No tendría sentido ni contenido un Congreso del Partido formal”.

Como ya se ha dicho, el propósito partidista se limitará en su próximo congreso en el venidero abril, al tema económico. Menos mal que estaremos centrados en un asunto que, nunca mejor dicho, será de Patria o Muerte y no de heridas leves como algún gracioso acuñó en tiempos atrás.

No existen más repeticiones en esta vida, que la historia y la moda. Sería muy triste que hagamos copia de aquel acontecimiento tan trascendente como lo fue la Comuna de París en que las fuerzas revolucionarias estaban literalmente rodeadas y los bravos comuneros discutiendo jornadas laborales de ocho horas y sus respectivas vacaciones con el enemigo a las puertas de Versalles.

Desde hace mucho tiempo estoy por escribir mi “tesis” de que en Cuba quedan muy pocos comunistas puros. Hagamos una encuesta, una prueba de conocimientos teóricos acerca de los contenidos reales de tal filosofía y sus principales líderes y encontraremos que no pocos le cargarán al difunto Augusto Bebel una militancia furibunda en las filas de la Fundación Nacional Cubanoamericana (FNCA) o un notable activismo proletario en la región orientl de la isla.

Pero este trabajo “doctoral” aún debe aguardar. Aún así, si buscásemos la esencia ideológica de la actual militancia comunista en Cuba, encontraremos sin duda alguna un fuerte componente fidelista, nacionalista, antiimperialista y renovador.

Poco se escribe alrededor de este tema. Tal vez quien suscribe esté totalmente equivocado y no se ha enterado todavía de que nuestra militancia dedica horas de la madrugada a meterle cerebro y más cerebro a la Crítica del programa de Gotha.

Ahora bien, de lo que no tengo la menor duda, es que una buena parte de los afiliados en la base al Partido Comunista de Cuba, tienen los pies sobre la tierra. Con criterios, ideas y sugerencias a las más altas instancias de que las cosas tal y como están no funcionan, sino que más bien son destructivas y con efectos letales e inmediatos para el país.

Nuevamente, la dirección del partido ha convocado a expresarse, a emitir sus opiniones y criterios. Ya una vez, ante similar solicitud, de la población y militancia partidista emergieron más de un millón de sugerencias que fueron meticulosamente ordenadas por temáticas bajo la promesa de un minucioso análisis.

En breve volveremos a lo mismo porque se ha pedido que todos opinen ante un documento ya en la calle que será analizado de punta a rabo del insular caimán. ¿Y saben qué? Tengo una enorme confianza en que nuestros comuneros “comunistas” de base sabrán planear la nación que necesitamos. Al menos, el debate ya va bien avanzado en paradas de autobuses o en viaje rutinario de esos estoicos “almendrones” (autos de los 40s y 50s) que como Parlamentos rodantes rastrean la ciudad con pasajeros sin pelos en la lengua.

Todo consiste en ponerle el cascabel al gato y que nadie nos sorprenda diciendo que el cascabel está perdido, que se lo han robado o que algún inescrupuloso lo cambió por media libra de frijoles negros.

* En http://progreso-semanal.com

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