Cuba: permiso para viajar

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Manuel Alberto Ramy.*

“Estudiar una política que facilite a los cubanos residentes en el país viajar al exterior como turistas”, dice el punto 265 de los Lineamientos aprobados en el 6to Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC). Con 17 palabras dedicadas a un tema muy llevado y traído, el párrafo, que registró 11.195 opiniones, solo anuncia la decisión de “estudiar” la manera de facilitar los viajes de los ciudadanos al exterior. No obstante esas 17 palabras tienen un primer valor: el tema no fue obviado, está presente en el documento rector de la política social del país y habrá que ser consecuente con ellas. Lo demás que yo escriba –aclaro a los lectores que me lo han solicitado— es un breve ejercicio de hipótesis.

El tema de que los ciudadanos puedan viajar libremente pasa por la obtención del  Permiso de Salida —comúnmente conocido como tarjeta blanca—, sin el cual, el ciudadano, aunque tenga pasaporte, no puede concretar su derecho a viajar. ¿Permanecerá la tarjeta blanca con valor de pasaporte real?

Desde hace unos tres años he escuchado con insistencia que el tema de dar mayores facilidades para viajar era cuestión de firmas pues ya estaba concluida una política a seguir. Ahora, según el documento rector, se pospone la respuesta. Especulo que esta dilación pudiera responder a la ausencia de consenso en las altas instancias políticas. También barrunto que pudiera responder a:

1. Cómo convalidar el derecho individual y a la vez evitar la fuga de cerebros, especialmente en campos muy sensibles, como el de la salud y las tecnologías de punta. Generalmente, a los profesionales de estos dos  sectores se les impide viajar por motivos personales y/o familiares, y casi siempre lo hacen en grupo bajo la fórmula de la colaboración mediante contrato de un país con el gobierno cubano o por otras razones de trabajo (misiones ministeriales o comerciales, entrenamiento científico y otros viajes de estudio).

Sin embargo, y según el punto 80 de los Lineamientos aprobados, el documento abre la posibilidad a la contratación individual.

2. Hay un fenómeno nada particular, pero que viene repercutiendo en todos los aspectos de la vida de nuestra sociedad: la emigración cubana, que se acerca a los dos millones de personas. No se trataría de los que hasta hoy han emigrado, sino de buscar mediante el concepto de circularidad migratoria que el ciudadano que viaje y trabaje pueda retornar cuando le convenga, con todos sus derechos y bienes legítimos.

3. El punto anterior hace especular en otra posible causa de la posposición. Hay quienes piensan que pudiera estarse re-analizando de manera integral no solo el papel de la emigración ya existente, sino de estrenar a partir de los nuevos emigrados —y con rebote a sus predecesores— una política distinta capaz de anudar valores nacionales, culturales, sentimentales y de otra índole con los económicos, como ocurre con los emigrados chinos y vietnamitas, los cuales han desempeñado un importante papel en el despegue económico de esos países.

Podría ahondar algo más y ampliar las hipótesis para satisfacer a los que han motivado estas breves notas, pero lo cierto hasta hoy está escrito: el asunto será estudiado.

* Periodista, corresponsal en La Habana
http://progreso-semanal.com

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