El gobierno cubano liberó por razones humanitarias a Ariel Sigler, 47, condenado en 2003 por traición a la patria. Sigler se encuentra afectado de parálisis y fue entregado a su familia.
La liberación del enfermo delincuente político se dio el marco del nuevo acercamiento entre el gobierno cubano y la jerarquía católica; otros seis condenados por delitos similares fueron trasladados a penales que por su cercanía facilitarán las visitas de sus parientes.
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