CUBA, VENEZUELA Y LA MEDICINA SOLIDARIA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Las dificultades en el terreno de la salud constituyen uno de los eslabones fuertes en la cadena del subdesarrollo y la consagración de la dependencia de los países latinoamericanos.

Como el desarrollo social es escaso, la mayoría de la población carece de empleos con salarios adecuados, los servicios sociales públicos se deterioran hasta hacerse inexistentes, al menos en los barrios más modestos de las grandes megápolis.

Las dificultades para atender la infraestructura escolar y la caída del salario de los maestros determinan una caída en la calidad de la educación pública. Reaparece el analfabetismo bajo formas encubiertas o solapadas. Estas carencias educativas son un escollo para el mantenimiento de la salud y tienden a hacer más graves las dificultades de empleos.

Solo desde el Estado, a través de planes que atiendan la emergencia social, se puede revertir este círculo infernal de la pobreza. Con mucha frecuencia las elites que controlan la distribución de recursos carecen de vocación y compromiso para dar pasos decisivos en la lucha contra la perpetuación de los daños sociales provocados por el estancamiento económico y la desigualdad en la distribución de los ingresos.

En ese contexto latinoamericano, desde Cuba y con el respaldo de la República Bolivariana de Venezuela, se viene desarrollando una campaña verdaderamente impresionante en su amplitud y en su significado humanitario y de profunda solidaridad.

Nos referimos a la llamada Misión Milagro. Acerca de ella dice bien Gilberto López y Rivas en una nota publicada en el revista digital Rebelión: «La Organización Mundial de la Salud refiere que 90 por ciento de los 136 millones de enfermos visuales se concentran en los países del capitalismo del subdesarrollo y, hasta el inicio de la Misión Milagro, ningún gobierno ni organismo internacional había logrado estructurar un programa que diera respuesta efectiva y en gran escala a los necesitados afectados por diversos padecimientos de la vista.

La Misión ya se desarrolla en 24 países de América Latina y el Caribe, incluyendo como es bien sabido a Uruguay, y ha logrado operar y curar de manera gratuita, en apenas año y medio, a más de 210 mil personas afectadas de ceguera y otros tipos de deficiencia visual.

Dentro de la misma concepción solidaria y humanista se desarrollan los cursos universitarios gratuitos en Cuba donde cursan su carrera más de 12 mil estudiantes de medicina procedentes de 83 países: 5 mil 500 de América del Sur, 3 mil 244 de Centroamérica, 489 de México y Norteamérica», dice López y Ribas en el artículo citado.

En contraste con la actitud de Cuba y de Venezuela, los países del capitalismo avanzado no sólo no preparan profesionales de la salud para los países periféricos, sino que saquean de médicos al mundo del subdesarrollo: Nueva Zelanda, Reino Unido, Canadá, Estados Unidos y Australia mantienen su plantilla de profesionales de la medicina entre 22 a 35 por ciento con migrantes provenientes de los países pobres. Un informe de la OMS y de la Universidad Harvard señala que el subsidio anual del sur al norte por concepto de esa fuga de personal especializado asciende a 500 millones de dólares.

Distintas concepciones del mundo y del ejercicio de la medicina, distintas actitudes en las relaciones internacionales donde en lugar de la actitud predatoria de las grandes potencias se desarrolla un sentido de cooperación y fraternidad humana entre los pueblos.

Es una lección duradera, una enseñanza sin retórica ni aspavientos. Una sucesión de hechos palmarios que enseñan más que mil discursos. Y los protagonistas son pueblos de economías donde también hay escasez y de sociedades en las que no faltan los problemas. Pero allí el sentido de pertenencia a la condición humana es consistente y vigoroso, y la actitud de solidaridad se asienta en concepciones de vida arraigadas y ejemplares. La sola descripción de la Misión Milagro es no solo una noticia de tremenda importancia social y sanitaria sino también una noticia que tonifica el espíritu y ayuda a devolver la confianza en el ser humano.

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* Editorial publicado el 14 de febrero de 2006 (www.diariolarepublica.com/v8/bin/nota.mv?anio=2006&mes=2&dia=15&registro=49).

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