»Cumbre» en Viena. – CAFÉ, CHARLA Y PASTELILLOS VIENESES

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Parece simpática la cobertura que han tenido los prolegómenos a la denominada Cumbre de Viena en la inmensa mayoría de agencias de noticias, diarios, revistas, radioemisoras, estaciones de TV y otros medios de comunicación y sus analistas: adoptaron desde el vamos la óptica eurocéntrica para analizar el asunto.
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(Eurocentrismo, en líneas generales y de acuerdo al diccionario es: «Tendencia a considerar los valores culturales, sociales y políticos de tradición europea como modelos universales»).

Parece simpática la cobertura, pero no lo es. Podría argüirse que los medios latinoamericanos buscan reproducir lo que se piensa, cree y valora en esas tierras exóticas y lejanas de Europa, pero tampoco es así. En realidad transmiten y se cuelgan de un criterio, un sistema de valores y una manera de pensar que convierte a las sociedades caribeñas y centro y suramericanas en vastas pistas de circo donde nada por cierto debe tomarse en serio.

Porai un cable dice que Europa espera las «explicaciones» de Evo Morales –en referencia a la nacionalización del petróleo y gas–, pero no hemos leído una sola línea acerca de hecho que REPSOL-YPF ha sido demandada, y hace tiempo, por pretender registrar como de su propiedad los yacimientos que explotaba en ese país.

Europa observa con detención (esto es: con preocupación) el desenvolvimiento político en América del Sur, puede también leerse en algunos despachos, por el giro a la izquierda de su ciudadanía. ¡Pobres europeos!, a ellos les toca lo que escribiera el poeta hace un siglo: estar tan cerca de Estados Unidos… Cosa de la tecnología, sin duda.

De qué no se hablará
y de qué sí se hablará

Lo que se tratará en la reunión vienesa no tendrá mucho que ver con los líos políticos internos de Francia o el Reino Unido, el chispeante humor de maese Berlusconi, la tristeza de la economía alemana o los males que todavía causa Chernobyl.

No se hablará de los crímenes en Serbia ni de los paraísos o cuasi paraísos fiscales europeos. Tampoco de la venta de armas europeas ni del empecinamiento de las corporaciones europeas por contaminar –las sociedades americanas vía soborno, la naturaleza de América vía industrias obsoletas y «compra» de aire puro–.

No se hablará de sus laboratorios médicos industriales ni las redes de prostitución y el turismo sexual europeo, que desparraman asco y corrupción por el mundo.

Se hablará de «libre» comercio.

Los bloques regionales

Los países americanos –es un decir– hablarán a través de las organizaciones que los agrupan por área geográfica: la Comunidad del Caribe, el Sistema de Integración Económica de Centroamérica, la Comunidad Andina de Naciones, el MERCOSUR.

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Comunidad del Caribe. Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, Sant Kitts and Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Islas Granadinas, Suriname y Trinidad y Tobago. Islas Vírgenes es miembro asociado.

Participan en calidad de observadores en la Comunidad: Anguila, Islas Caimán, México, Venezuela, Aruba, Colombia, Antillas Holandesas, Bermudas, República Dominicana y Puerto Rico.

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Sistema de Integración Económica (Centroamérica). Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, y Panamá. Más tarde adhirió Bélice.

La República Dominicana es Estado asociado. México observador regional. La República de China y España son observadores extra regionales. No se aclara si la referencia a China es por la República Popular China o el engendro político jurídico taiwanés.

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Comunidad Andina de Naciones. Todavía conformada por Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela.
Este último país estaría cumpliendo los trámites de estilo para separarse, como lo hizo Chile cuando aún se denominaba al bloque Pacto Andino.

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Mercado Común del Sur. Integran el MERCOSUR Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, recientemente integrada.

Estados asociados: Bolivia (1996), Chile (1996), Perú (2003), Colombia (2004) y Ecuador (2004).

Chile y Cuba en cierto modo conforman realidades aparte y distintas. Chile porque mantiene una apertura prácticamente total de su economía, unicida al carro de la mundialización; Cuba porque es el único Estado proclamado socialista entre los participantes y mantiene algunos entredichos con la UE y algunos países de América.

Para la Unión Europea –lo que repiten al modo de las buenas guacamayas parlantes los análisis latinoamericanos– la cumbre tendrá lugar «en medio de los profundos cambios» que vive América Latina y la reciente nacionalización de hidrocarburos en Bolivia.

Platos vacíos

Observa la UE, además, tal vez no con alegría, el protagonismo cada vez mayor del presidente venezolano Hugo Chávez y su acercamiento al «líder indígena boliviano Evo Morales», así como la llegada de una «mujer socialista (Michelle Bachelet) al poder en Chile». Estiman en la Unión que la ecología, a raíz de las diferencias entre la Argentina y el Uruguay por la instalación de dos fábricas papeleras –con sede y capitales de países de la UE: España y Finlandia–, podría darle «color» especial a la «cumbre».

Los asuntos a discutir sin duda se referirán a cuestoines políticas, económicas y sociales, tales como la lucha contra la pobreza, el reforzamiento de la democracia, los derechos humanos, el multilateralismo, los acuerdos de asociación, la energía y la educación. La energía –léase gas y petróleo– son asuntos que interesan a la UE, en América Latina importa de sobremanera lo relacionado con los subsidios europeos a sus productores agropecuarios, subsidios que distorsionan los precios internacionales de frutas y otros productos agrícolas locales.

No ha sido comunicado si América Latina y el Caribe plantearán el asunto de la instalación en los países que la integran de plantas industriales cuya tecnología por anticuada contribuye al deterioro del ambiente natural. Tampoco si la acción de las flotas de pesca que, literalmente, barren los océanos de la región rodará sobre el tapete de las conversaciones.

En cuanto a la nacionalización de sus hidrocarburos, Bolivia dejó sentado que se ha dado un plazo de seis meses a las empresas para la firma de nuevos convenios de explotación, que en principio no se contempló expropiar sus muebles y que –y esto por boca de su ministro de Planificación para el Desarrollo, Carlos Villegas, “Si no se llega a un acuerdo, ellas (las empresas) sabrán qué hacen con sus instalaciones. El decreto de nacionalización en ningún momento señala que se harán expropiaciones”.

Algunos datos

Un dato a anotar: el comercio creció 13% entre la Unión Europea y América Latina, para alcanzar algo más de 118.000 millones de euros –algo menos de US$ 150.000 millones de dólares– durante 2005. Según la oficina europea de estadísticas, Eurostat, y el Banco Central Europeo la balanza comercial resulta favorable a América Latina, que en 2005 exportó por valor de 63,969 millones de euros e importó por valor de 54,375 millones.

Los tres mayores exportadores latinoamericanos son Brasil (23.159 millones de euros), México (8.964 millones) y Chile (7.820 millones). Petróleo, productos agrícolas, hierro y acero son los principales bienes que importa la Unión Europea. Los principales «socios» de América Latina son Alemania, España, Holanda, Italia y Francia, que a su vez exportan principalmente vehículos, generadores eléctricos, hierro, acero y productos farmacéuticos.

La Habana adelantó su posición ante la reunión de Viena: no podrá normalizar sus relaciones con la UE mientras ésta se inmiscuya en sus asuntos internos –la UE condiciona las relaciones a un cambio en el sistema de gobierno– advirtió Eumelio Caballero, viceministro cubano de Relaciones Exteriores.

Las relaciones de la UE con Cuba estuvieron a punto de quebrarse en el 2003 cuando, por iniciativa del gobierno del entonces primer ministro español José María Aznar, el bloque impuso a la isla una serie de sanciones comerciales en respuesta al encarcelamiento de 75 disidentes que fueron acusados de sabotaje y poner en peligro la vida de personas.

Las sanciones fueron suspendidas a comienzos del 2005 en gran parte por accion de Inglaterra y España. La UE fijaría su posición definitiva en junio de este año de 2006.

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Probablemente lo mejor –y más productivo de la reunión– sean las conversaciones directas e informales entre los presidentes latinoamericanos y sus respectivos delegados de confianza con sus colegas. Se adelantan, por ejemplo, reuniones de este tipo entre costarricenses y venezolanos, entre chilenos y bolivianos y venezolanos, entre uruguyos y argentinos, entre brasileños y colombianos, entre ecuatorianos y colombianos, etc…

Si esas charlas dan fruto quizá haya valido la pena para los empobrecidos pueblos de América pagar el costo de los cafecitos y pastelillos vieneses.

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