Definir terrorismo. – EL DIABLO Y LA RESISTENCIA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

LA JIHAD Y LAS GUERRAS DEL SEÑOR BUSH

En vez de contribuir a la erradicación del cáncer del terrorismo, las conclusiones de la inteligencia norteamericana indican que la guerra de Iraq ha contribuido a su metástasis.

La horrorosa metáfora refleja una fea realidad. Esa es la realidad de una guerra que no solo fue innecesaria, ilegal e increíblemente costosa en términos humanos, materiales y morales, sino también contraproducente en la lucha contra el terrorismo.

Max J. Castro

La conclusión –de que lejos de expandir la lucha contra los extremistas islámicos la guerra de Iraq se ha convertido en el punto focal para los jihadistas– se encuentra en una valoración clasificada de inteligencia terminada en abril y obtenida por The New York Times. La existencia del informe de inteligencia acerca del terrorismo global, llamado Estimado Nacional de Inteligencia (NIE, por sus siglas en inglés), fue revelada en una noticia publicada en el Times del domingo. Es el primer estimado de su tipo desde el comienzo de la guerra de Iraq.

El documento, titulado “Tendencias del Terrorismo Global: Implicaciones para Estados Unidos”, representa la opinión colectiva de las 16 agencias norteamericanas de inteligencia. Según el Times, “asegura que el radicalismo islámico, en vez de encontrarse en retirada, ha hecho metástasis”. Según el documento, el informe cita específicamente a la guerra de Iraq como una razón para que se haya extendido el terrorismo.

Inmediatamente después de que apareciera la noticia en el Times, el Washington Post también dio a conocer las conclusiones de la evaluación clasificada de inteligencia. El Post dijo que el estudio secreto llegó a la conclusión de que la “guerra en Iraq se ha convertido en un vehículo primario de reclutamiento para los extremistas islámicos violentos, lo que atrae a una nueva generación de terroristas potenciales en todo el mundo cuya cifra parece incrementarse de manera más rápida de lo que Estados Unidos y sus aliados pueden reducir la amenaza.

Los resultados del estudio no son una sorpresa, pero la revelación de un NIE que vincule la expansión del terrorismo global a la guerra de Iraq no podía llegar en peor momento para la administración. Recientemente el equipo de Bush se embarcó en una campaña para recobrar el terreno político perdido explotando el quinto aniversario del 11/9, incitando una vez más los temores públicos del terrorismo y presentando a los demócratas como débiles ante la amenaza.

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La estrategia había comenzado a tener algo de éxito. En las últimas semanas los congresistas republicanos habían mejorado un poco en las encuestas y la tasa de aprobación presidencial ha mejorado modestamente. Y la última semana el Presidente Bush obtuvo una victoria cuando convenció a republicanos recalcitrantes en el Senado para que abandonaran la mayor parte de sus exigencias de que a los detenidos se les concedieran juicios imparciales y se les tratara humanamente en los interrogatorios.

Pero la divulgación del negativo informe de inteligencia puede significar que las recientes victorias del presidente sean no solo pírricas, sino de corta duración. El NIE demolió el argumento que le quedaba a Bush para la guerra de Iraq, la aseveración de que era necesario combatir al terror. ¿Cómo puede Bush argumentar su caso cuando sus propias agencias de inteligencia están diciendo que la guerra de Iraq promovió el terror?

En vez de contribuir a la erradicación del cáncer del terrorismo, las conclusiones de la inteligencia norteamericana indican que la guerra de Iraq ha contribuido a su metástasis. La horrorosa metáfora refleja una fea realidad. Esa es la realidad de una guerra que no solo fue innecesaria, ilegal e increíblemente costosa en términos humanos, materiales y morales, sino también contraproducente en la lucha contra el terrorismo.

No conforme con el desastre que ha creado en Iraq, Bush tiene la intención de provocar el nacimiento de muchos más jihadistas. Una vez más, el presidente lo hará sin la aprobación de la mayoría del Congreso de EEUU, incluyendo a muchos cobardes demócratas y a algunos republicanos que habían prometido mantenerse firmes en contra de los tribunales arbitrarios y el abuso a prisioneros.

La semana pasada, un grupo de senadores republicanos que se habían resistido a Bush en el tema de los juicios injustos y el abuso a prisioneros tiró la toalla. Obtuvieron algunas modestas concesiones, pero no las suficientes como para poner de nuevo a Estados Unidos a tono con el derecho internacional o la opinión mundial. No se espera ninguna resistencia eficaz de la mayoría de los demócratas en el Congreso.

Las consecuencias de legalizar las prácticas de abuso y de juicios injustos serán graves. Según The New York Times, el NIE acerca del terror global, en una sección que fue tachada del informe final debido a las objeciones de los “tomadores de decisiones” (léase consideraciones políticas), describía “acciones por parte del gobierno de Estados Unidos que se determinó que alimentaron el movimiento de la jihad, tales como la detención indefinida de prisioneros en la bahía de Guantánamo y el escándalo de abuso de prisioneros en Abu Ghraib”.

La victoria de Bush la pasada semana significa que las acciones de EEUU que alimentan el movimiento de la jihad, incluyendo el abuso de prisioneros, continuarán, ahora con la aprobación abierta y comprometida del gobierno de Estados Unidos.

Adiós a la negativa convincente. Adiós a echar la culpa de todo en unos cuantos desviados en el turno de noche. Bienvenido un movimiento global mayor y mejor de la jihad.

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Periodista.
majcastro@gmail.com

NO ES EL DIABLO. NO PUEDE SERLO. EL DIABALO ES INTELIGENTE

fotoHugo Chávez no debía rebajarse tanto al referirse a su némesis norteamericano. Especialmente si se considera que estaba delante de una audiencia mundial en Naciones Unidas.

El caso de los periodistas del Herald de Miami.

Alvaro F. Fernandez*

El Presidente George W. Bush NO es el Diablo. No es tan inteligente. Sí parece estar rodeado de varios de los ayudantes del Diablo. Al mismo tiempo, el Presidente Hugo Chávez no debía rebajarse tanto al referirse a su némesis norteamericano. Especialmente si se considera que estaba delante de una audiencia mundial en Naciones Unidas.

Pero que no quede duda que Chávez tiene toda la razón de estar disgustado con los líderes norteamericanos. Desde que ganó la presidencia, EEUU ha tratado de ponerle obstáculos a cada paso. Líderes de EEUU han decidido que a pesar de que ganó unas elecciones no se ha vuelto su títere, algo a lo que se han acostumbrado en Latinoamérica: él no gobierna de la manera en que ellos querrían que lo hiciera.

La culminación de las acciones de EEUU puede haber ocurrido el 11 de abril de 2002, cuando un golpe militar derrocó al líder venezolano por unas 36 horas. Aunque el gobierno de EEUU niega haber tenido conocimiento del complot, gran parte de la información dada a conocer muestra que la inteligencia norteamericana sabía que un golpe era inminente. De una u otra forma, y es como voy a interpretarlo, implicaba una aprobación tácita.

A menudo critican a Chávez por usar la riqueza petrolera del país para educar y llevar el cuidado de salud a la mayoría olvidada de Venezuela, los pobres. Sus detractores aseguran que juega a la política usando los petrodólares de su país. He tratado de examinar este argumento desde todos los ángulos. Hasta el momento sigo llegando a la misma conclusión: quisiera que más países –incluyendo el mío– y sus políticos comenzaran a utilizar más de las riquezas del pueblo en beneficio de las masas. Por tanto, me quito el sombrero ante Chávez. Y si está jugando a la política, entonces ojalá que siga jugando…

El invierno pasado Chávez hizo que los políticos norteamericanos y muchos de los intereses especiales que los apoyan lucieran muy mal cuando suministró combustible menos caro a algunas comunidades del nordeste para enfrentarse a las bajas temperaturas. “Los pobres” que normalmente hubieran tenido que soportar el frío glacial recibieron un respiro de parte de un político que politiqueó a favor de ellos. ¡Qué horror!

Al final, al igual que en Cuba y en muchos otros países de todo el mundo, me gustaría que EEUU no interfiriera con su enorme poder en esos lugares y respetara conceptos tales como soberanía y autogobierno, palabras que utiliza mucho de dientes para afuera.

EEUU podría aprender muchas lecciones de políticos como Hugo Chávez.

No solo los reporteros debieran ser despedidos del Herald

No puedo creer que aún estemos discutiendo en Miami el despido de tres reporteros de El Nuevo Herald a los que también les pagaban para trabajar Radio y TV Martí –instrumentos de propaganda hacia Cuba del gobierno–. Todos los medios cubanos de radio y TV de Miami aún tienen a los tres reporteros despedidos como tema de discusión diaria. El reportero de The Miami Herald que los descubrió ha sido amenazado, a veces de forma física, de ser simpatizante de Castro, comunista o peor…

Lo cierto es que cualquiera que haya estudiado en Estados Unidos en una escuela de periodismo que valga la pena sabe que los tres merecieron ser despedidos. Pero debiera haber sucedido más. Los editores y directores de The Miami Herald y El Nuevo Herald han sabido de este doblete de reporteros de El Nuevo Herald al menos desde 2002. En mi opinión, ellos también merecen que se les despida.

En realidad el hombre que comenzó esta moda de mezclar la dirección de un periódico con el negocio del gobierno, el ex director Alberto Ibarguen, se ahorró el mal rato cuando prefirió un trabajo más seguro repartiendo dinero en la Fundación Knight en Miami, una organización cuya misión incluye, por cierto, mejorar el periodismo en todo el mundo. Personalmente, yo hubiera comenzado con él cuando él dirigía The Miami Herald. Pero supongo que eso es agua pasada.

Históricamente, la separación de la prensa y el gobierno proviene de cuando se fundó la república. La implementación inicial de la Primera Enmienda, que a menudo parece pasar por tiempos difíciles en el área de Miami, juega un papel importante en la separación de poderes como primero se diseño. Las teorías y conceptos de la separación, entre otras cosas prensa y gobierno, también pueden ser atribuidos a pensadores políticos tan renombrados como Montesquieu y Rousseau. En otras palabras: el concepto de separación de poderes es tan viejo como el país.

Se supone que la prensa en Estados Unidos desempeñe un papel conocido como el Cuarto Estado –término de origen francés–. Uno de nuestros muchos trabajos como medio de comunicación es el de vigilar al gobierno. Durante la última década este papel parece haberse debilitado.

Citaré de la Enciclopedia Wikipedia de internet, que lo resume eficazmente, al decir:
“Durante las últimas décadas se ha establecido muy bien que los grandes conglomerados de los medios han influido tremendamente en la prensa al editorializar las noticias reportadas. Esto se ha logrado por medio de la adquisición de varias entidades noticiosas, las cuales han perdido su autonomía e imparcialidad. Es bien sabido que los Conglomerados de los Medios son firmes partidarios de varios funcionarios gubernamentales. El patrón de desempeños pasados ha indicado que la editorialización del conglomerado generalmente ha sido a favor de tales funcionarios. Esto ha provocado cierto deterioro en la ‘voz del pueblo’”.

La mayoría de los mismos medios cubanos de Miami que diariamente critican la influencia del gobierno y su interferencia en la prensa en Cuba han puesto ahora el grito en el cielo como resultado de los despidos en El Nuevo Herald. Creo que es hora de preguntar: ¿cuál de las dos posiciones? No se puede estar a bien con Dios y con el Diablo.

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* Periodista.

Nota: Max J. Castro y Álvaro F. Fernández son periodistas de Progreso semanal (www.progresosemanal.com.

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