Deforestación argentina: se perdieron 2,8 millones de hectáreas de bosques nativos en 12 años
La Argentina perdió 2,8 millones de hectáreas de bosques nativos en los últimos 12 años debido a los desmontes, de acuerdo con un nuevo informe de Greenpeace. Un millón de esas hectáreas estaban en zonas protegidas por la ley de bosques de 2007 en cuatro provincias: Formosa, Chaco, Salta y Santiago del Estero.
«Los ambiciosos planes de expansión de la ganadería intensiva en el norte del país van a contramano de la actual crisis climática y de biodiversidad, y ponen en riesgo a nuestros últimos bosques nativos. Es urgente que se implementen políticas, leyes y acuerdos más fuertes y ambiciosos en defensa de los bosques y sus históricos habitantes», señaló Hernán Giardini, coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace.
Los datos indican que la pérdida forestal el año pasado fue un 28% menor que en 2018, una tendencia en descenso que se mantiene desde 2014, de acuerdo con la organización ambientalista. Giardini lo atribuye a varios factores, que van desde un avance con la aplicación de la ley de bosques hasta una mayor conciencia en la población de la importancia del cuidado del ambiente y sus recursos. Cita, por ejemplo, las movilizaciones de la comunidad en El Bolsón, Chaco y Córdoba en defensa de estas áreas verdes. «Hay un aumento de la participación social», indica.
La superficie desmontada el año pasado en las provincias monitoreadas fue de 80.938 hectáreas, de acuerdo con los resultados difundidos este mes. Son 25.513 hectáreas en Santiago del Estero, 23.521 hectáreas en Formosa, 14.664 hectáreas en Salta y 17.240 hectáreas en Chaco.
Greenpeace difunde anualmente los resultados de un monitoreo del estado de esos ecosistemas en el norte de la Argentina, donde se concentra el 80% de la deforestación. Esas áreas verdes conservan la riqueza de especies del Gran Chaco argentino y su protección es importante para mitigar el cambio climático y proteger a las poblaciones de catástrofes naturales, como las inundaciones.
En este nuevo informe de ese relevamiento, que incluye el análisis de imágenes satelitales, Greenpeace advierte que «Chaco y Santiago del Estero son las provincias con más pérdida de bosques nativos en los últimos cuatro años». Son 130.177 hectáreas en suelo chaqueño y 127.527 en territorio santiagueño.
«Lo que más nos preocupa es la crisis climática. Frente a eso, ya ni la ley de bosques [sancionada en 2007] es suficiente. No habría que deforestar más en la Argentina -afirma Giardini-. La norma es restrictiva, pero a medias. Logró avances en los últimos tiempos, pero la cantidad de especies en peligro de extinción debido a la deforestación es enorme. Se estima que quedan unos 20 ejemplares de yaguareté en el Chaco argentino. La forma en que se emplea la agricultura, la ganadería y la deforestación es responsable del 40% de las emisiones de efecto invernadero del país.»
Como para sus análisis anteriores, Greenpeace superpuso capas de datos de 2019 generados por el Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Red Agroforestal Chaco Argentina (Redaf) y el Instituto Geográfico Nacional, además de imágenes satelitales mensuales del Servicio Geológico de los Estados Unidos.
Para Greenpeace, es «evidente que las multas no son suficientes para desalentar la deforestación en zonas protegidas y, salvo unas pocas excepciones, no se reforestaron los bosques desmontados ilegalmente». La organización denuncia, además, que «en muchos casos, es clara la complicidad de los funcionarios en la violación de las normas».
Ganado por soja
Giardini explicó que, actualmente, en el norte se está deforestando más del doble por la ganadería que por el cultivo de soja. La pastura reemplaza el bosque bajo, los arbustos y su biodiversidad. «A veces, dejan 20 o 30 árboles por hectárea para decir que no se perdió el bosque. Pero esos árboles no se renuevan y desaparecen», comentó.
El valor de la hectárea en el norte, que es más bajo que en la región pampeana, es un atractivo para la expansión de la frontera agropecuaria. Aun cuando degradar esos ecosistemas que mantienen las cuencas de agua y protegen el suelo aumenta el riesgo de inundaciones.
«Las cuatro provincias que concentran el 80% de la deforestación del país siguen siendo las más pobres. Esto demuestra que el famoso proyecto de sacar los bosques para promover el cultivo de soja o la ganadería no se tradujo en progreso», sostiene Giardini en diálogo con La Nación.
A través del informe, la organización reclama la implementación de normas y acuerdos «más fuertes y ambiciosos en defensa de los bosques y sus habitantes».
Y Giardini finaliza: «Hemos avanzado, pero aún no podemos seguir perdiendo alrededor de 100.000 hectáreas por año. La crisis climática está obligando a los gobiernos y las empresas a no transformar los ecosistemas de manera innecesaria y avanzar sobre áreas que no vamos a poder recuperar.
Es necesario que el gobierno nacional, a través del Consejo Federal de Medio Ambiente (Cofema), en el que están representadas todas las provincias, aumente las exigencias para el cumplimiento efectivo de la ley de bosques y no que cada provincia pueda hacer lo que quiera».