Demócratas: el largo adiós a Joe Biden y la bienvenida a Kamala
En Estados Unidos, miles de delegados y funcionarios electos asisten en Chicago a la Convención Nacional Demócrata que comenzó el lunes y donde el aún presidente Joe Biden fue la estrella de la noche inaugural en su virtual despedida, que la vez fue la bienvenida a Kamala Harris, la candidata que necesita del apoyo rotundo de todo el partido para poder recoger el enorme apoyo que logró Biden cuatro años atrás.
Biden fue la estrella de la primera noche de la convención. Una ovación extendida y miles coreando “gracias Joe, gracias Joe”. El presidente declaró que “la democracia ha prevalecido, la democracia ha cumplido y la democracia tiene que ser preservada”, al recordar la amenaza que representó y sigue representando Donald Trump con su apoyo a supremacístas y las fuerzas ultraderechistas.
«No hay lugar en Estados Unidos para la violencia política, no se puede amar al país solo cuando ganas», dijo Biden nada más empezar su discurso. Con ese tono serio, Biden pasó el testigo a Harris, afirmando que «la democracia debe ser preservada» e instando a los estadounidenses a acudir a las urnas para defender los valores de EU.
Ofreció una lista de sus principales logros, desde el ámbito económico a limitar los costos de fármacos a la legislación de cambio climático, en lo que parecía un discurso de campaña. “No hay país en el mundo que no piense que somos el líder del mundo. Y el mundo está mejor por ello. ¿Quién puede liderear el mundo mejor que Estados Unidos?”, insistió.
Biden se congratuló porque ha reducido el cruce de migrantes a 50 por ciento menos que Trump y “no demonizaremos a los migrantes” y, revirtiendo la frase de Trump contra migrantes, afirmó: “Trump está envenenando la sangre de nuestro país”. Recordó el asalto al Capitolio de 2021, y afirmó que durante su Presidencia los nazis, los supremacistas y hasta el KKK «se envalentonaron, porque lo vieron como un «aliado».
“Tengo cinco meses más en mi periodo, y tengo mucho que lograr. Amo mi trabajo, pero amo a mi país más”, dijo en referencia a su decisión de ceder la candidatura, y llamó a la unidad para elegir a Harris y el candidato vicepresidencial Tim Walz. “Seré el mejor voluntario [de campaña] para Kamala y Tim”, prometió.
En el primer día Kamala Harris apareció sorpresivamente en la convención para ofrecer un agradecimiento a Biden. “Joe, gracias por tu liderazgo histórico de nuestra nación, por todo lo que has hecho por nuestra nación”, dijo. “Al ver a todos aquí esta noche, veo la belleza de nuestra nación, la gente unida para declarar, ‘vamos avanzando’ y concluyó con su consigna “cuando luchamos, ganamos”, al ritmo de la canción Freedom de Beyoncé.
Hilary Clinton animó a Harris a romper el techo de cristal, en un emotivo discurso donde englobó la campaña actual en la historia de la lucha feminista. «Cuando una barrera se cae para una de nosotras, se cae para todas», manifestó Clinton, quien en 2016 hizo historia al convertirse en la primera mujer en obtener la candidatura a la Presidencia de uno de los dos principales partidos políticos de EU.
El reverendo Jesse Jackson apareció en el podio en la primera noche de la Convención Nacional Demócrata, una figura que transformó al partido tanto desde adentro como precandidato presidencial, como por fuera como líder popular social y fundador de la Coalición Arcoíris con su lema: mantén viva la fe.
Jackson, recordaron varios oradores, se dedicó a la lucha antinuclear, a la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, luchó por el fin de las guerras sucias apoyadas por Estados Unidos en Centroamérica, así como por el reconocimiento de Palestina y la paz en Medio Oriente. Fue el primer precandidato presidencial en abordar el tema de los derechos de los palestinos.
Los analistas destacaron el mosaico de razas y etnias, comparado con la abrumadora blancura de la convención republicana del mes pasado, como también las fuerzas sociales presentes. Mientras Donald Trump atacó a los sindicatos, Kamala Harris recibió el endoso de casi todos los principales sindicatos nacionales y la central obrera AFL-CIO con los delegados coreando “Sindicato, sí, sindicato sí”.
La carrera demócrata
La carrera demócrata hacia la presidencia presentó varios escollos. Aún no se cumplió un mes desde que Biden se vio forzado a renunciar a la reelección. Su apoyo a su vicepresidenta, a la que se sumó la elite demócrata, incluyendo sus posibles rivales a la candidatura presidencial, hicieron de Harris la candidata posible, en una campaña donde no hubo primarias. Si Biden ganó la nominación sin oposición, a Harris no la ha votado nadie, lo que no significa que carezca del apoyo de las bases.
De los discursos y las negociaciones de estos cuatro días en la Convención demócrata depende que Harris entre en la recta final de la campaña investida como heredera legítima de la presidencia de Biden, para reclamar como propios todos sus votos. La amplitud de la base ideológica a la que puede apelar el Partido Demócrata es una ventaja respecto a un Partido Republicano convertida en una secta de culto y apoyo del expresidente y nuevamente candidato Donald Trump.
Comparada con Biden, Kamala es una desconocida que asumió el reto de convencer a los votantes en menos de tres meses que es heredera legítima de la presidencia de Biden, para reclamar como propios todos sus votos.
Shawn Fain, el presidente del sindicato automotriz UAW que el año pasado triunfó en su huelga histórica contra las tres empresas automotrices más grandes del país, dijo que “esta elección se trata de una sola pregunta ¿de qué lado estás? De un lado tenemos a Kamala Harris y Tim Walz que han estado del lado de la clase trabajadora. Del otro lado está Trump y Vance, los servidores de la clase multimillonaria quienes sólo sirven a sí mismos”.
Mientras, Steve Kerr, entrenador del equipo estadounidense campeón olímpico de básquetbol y también entrenador de los Golden State Warriors de California, señaló que “la alegría, la compasión, el compromiso con nuestro país que vimos en las Olimpíadas, eso es lo que Kamala Harris y Tim Walz tienen el liderazgo real, no el que busca dividirnos”.
Hubo frases notables para marcar la diferencia entre Harris y Trump. Jasmine Crockett, diputada federal de Texas, quien dijo que “Kamala Harris tiene un currículum, Trump tiene una hoja de antecedentes penales”. También señaló que la pregunta es si “un vil violador violará la visión de los votantes”. Asimismo, el diputado Jamie Raskin, declaró que la batalla contra Trump es realmente “una lucha contra el fascismo”, y contra lo que llamó “republicanos bananeros”.
El genocidio
La legisladora Alexandria Ocasio-Cortez, líder del ala progresista del partido, fue la primera en mencionar el tema de Gaza desde el podio, argumentando que Harris está “trabajando incesantemente por un cese él fuego en Gaza”, pero no exigió más. Pero Palestina está en Chicago tanto dentro como fuera de la Convención Demócrata.
Los gritos de manifestantes en las calles de Chicago en demanda del fin al apoyo del gobierno estadunidense a la guerra genocida de Israel en Gaza se escucharon hasta el United Center, donde acudieron los integrantes de la cúpula del Partido Demócrata.
“Viva, viva, viva la lucha palestina”, corearon en español latinos e inmigrantes de esta ciudad bilingüe durante el tramo de un kilómetro de la marcha de unas cinco mil personas en las afueras de la sede de la Convención, coreando “frenen la maquinaria de guerra estadounidense” y “Palestina libre”, ondeando banderas palestinas y vestidos con keffiyah, expresando la ira de un amplio mosaico de sectores, encabezados por jóvenes, y destacado por una alianza entre musulmanes y judíos progresistas.
Una coalición de más de 250 organizaciones dedicadas a las luchas por los derechos civiles de las minorías, las mujeres y la comunidad gay, defensa de inmigrantes, por la justicia ambiental, por la paz y la solidaridad internacional convocaron la marcha contra la complicidad estadounidense en ese genocidio al centro de sus demandas.
Pero la demanda para que Harris apoye un cese al fuego inmediato y ponga fin a la venta de armas a Israel no sólo se expresa afuera. Dentro de la convención, líderes de un grupo de 30 delegados del Movimiento Nacional No Comprometido -aquellos que no han otorgado su voto para refrendar la candidatura de Harris- están demandando que la candidata apoye un cese el fuego ahora mismo.
Estos delegados representan a estados del país en los que unas 700.000 personas seleccionaron, en las primarias demócratas, la opción “no comprometido” en lugar de votar por Biden, en señal de protesta por las políticas a favor de Israel impulsadas por los demócratas.
Cientos de manifestantes salieron a las calles de Chicago el domingo y anunciaron que alterarán el desarrollo de la Convención hasta que los demócratas escuchen sus demandas. Estas fueron las palabras expresadas por Kshama Sawant, cofundadora de la organización Workers Strike Back y exmiembro del Concejo Municipal de la ciudad de Seattle en representación del partido Alternativa Socialista.
“La posibilidad de que haya un Trump 2.0 solo es una realidad debido a las muchas traiciones cometidas por el gobierno de Biden-Harris. Biden y Harris, como presidente y como vicepresidenta, y el Partido Demócrata en su conjunto, rompieron su promesa de fijar un salario mínimo de 15 dólares la hora. Bloquearon la huelga de los trabajadores ferroviarios, que es posiblemente una de las acciones más antiobreras y antisindicales que pueden tomar los políticos.Tanto el partido Demócrata como el Republicano están en contra de los trabajadores y a favor de la guerra”, señaló Sawant.
Asimismo, en una entrevista que concedió recientemente, el alcalde de Chicago, el demócrata Brandon Johnson, calificó a la guerra de Israel en Gaza como un genocidio: “Lo que está pasando actualmente no solo es atroz, sino también genocida. Debemos reconocerlo y llamarlo por su nombre, y tener el valor moral para ejercer nuestra autoridad”.
* Economista, politólogo y analista estadounidense, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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