Desenredando las agresiones del periodismo agresor

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Alberto Maldonado S.*

Mi enfoque no es ni nuevo ni exclusivo. En estos días he leído más de un análisis, denuncias, protestas por cuanto la prensa sipiana (de la SIP) del Continente ha recrudecido en sus intenciones de armar complots, tramas contra todo movimiento o acción que implique cambios, transformaciones del sistema neoliberal a cualquier otro; que le obligue a renunciar a sus privilegios y dogmas, a cambio de llevar algún alivio a las sociedades largamente sojuzgadas, explotadas, marginadas.

En concreto, en estas semanas hemos asistido a una conjura contra Cuba y su revolución. No es que se hayan olvidado de ella sino que, en el esquema de “prioridades” con el que se maneja la gran prensa sipiana, como que habían dado preferencia a la “lucha mediática” contra Hugo Chávez y su revolución bolivariana.

También contra Evo Morales y sus transformaciones sociales; pero, la reelección fue de tal naturaleza apabullante, que no tuvieron más remedio que declararle  una “pequeña” tregua.

Decía que para la prensa sipiana de América Latina ha sido de “mayor interés comunicacional” el lamentable fallecimiento por decisión propia de un delincuente común (Orlando Zapata) y el ayuno voluntario del “disidente” Guillermo Fariñas (en su casa, aunque no lo dicen) que el asesinato vía sicariato de cinco periodistas de oposición del Gobierno Lobo de Honduras que, poco a poco, el imperialismo y sus aliados locales, van reintroduciéndole en la “familia americana”

El cinismo y la mentira

Desde luego, la prensa sipiana no le ha puesto mucho interés (salvados unos cuantos mensajes informativos) a la tragedia que vive México y su bestial guerra intermafias. En esa “guerra de baja intensidad” han sido asesinados(das) miles de seres humanos, entre ellos más de un centenar de periodistas. Solo en el 2009 fueron liquidados 12 periodistas.

Pero esa situación, si bien es preocupante para la prensa sipiana (especialmente desde que asesinaron a sangre fría a funcionarios de aduanas de USA), no tiene la dimensión del ayuno de Fariñas o la emergencia eléctrica de Venezuela o las elecciones departamentales de Bolivia y el nuevo triunfo del MAS boliviano, a pesar del descarado fraude que se ha dado en el conteo de votos en los departamentos “rebeldes” como el de Santa Cruz.

En estos tinglados, la prensa sipiana no reconoce: que Orlando Zapata fue un delincuente común sentenciado a penas de prisión por haber cometido delitos comunes y previo debido proceso.

Tampoco dicen que este ciudadano no estuvo ni participó en la trama de supuestos “periodistas” que fueron sorprendidos con las manos en la masa cuando recibían pagos mensuales y regalos que les hacían  directamente desde la Oficina de intereses de EEUU en La Habana; los juicios fueron públicos y las penas fueron por haber actuado como mercenarios, al servicio del “enemigo” (Estados Unidos), no por sus pensamientos ideológicos o políticos. ¿O no es USA el que mantiene ese feroz bloqueo contra Cuba o el que ha pretendido invasiones y ha solapado terroristas o el que destina anualmente millones de dólares para “liberar a Cuba”?

No dicen, ni informativamente peor en espacios de opinión, que Fariñas —también en huelga de hambre— está en su domicilio (no está detenido) y que ha sido llevado a una casa asistencial para salvarle la vida. Tampoco dicen que las famosas “damas de blanco” (que no pasan de 20) igualmente salen a las calles de La Habana cada vez que “hay algo” contra la revolución y que el pueblo de a pie las rechaza pero que nunca han sido agredidas fisicamente porque la “policía de la dictadura” les protege.

Tampoco será materia de noticias y comentarios que en Cuba nadie se acuesta con el estómago vacío, que hay un sistema de salud pública universal y gratuita; que la educación es para todos y todas y que Cuba está por encima inclusive de países desarrollados en estas materias.

No fue noticia, para la prensa sipiana, el discurso que pronunció Raúl Castro, el Presidente de Cuba, en el acto de clausura del congreso de las juventudes comunistas de la isla. Apenas si mencionaron que ha dicho “que Cuba no se dejará chantajear” por los ayunadores de ocasión y el complot mediático; pero no agregaron una coma a la crítica que hizo por los problemas internos que afronta la isla y la decisión de afrontarlos serena y tranquilamente, a partir de este dos mil diez.

Señalo también que en Ecuador la sentencia contra Emilio Palacio —un columnista del diario El Universo de Guayaquil— ha sido traspuesta por la gran prensa mediática del sistema,  a una supuesta agresión contra la “libertad de expresión” con el pretexto de que esa sentencia, de primera instancia es una “agresión del gobierno Correa contra el periodismo libre y democrático” Convocaron ya  a manifestaciones populares y el propio “agraviado” desafió al Presidente Correa a que lo meta preso o a ser derrocado.

Por supuesto, la prensa sipiana no tiene explicación lógica sobre cómo demostrar que se está bajo un gobierno “tiránico” si un sentenciado a prisión por difamador se permite lanzar semejante desafío y no le pasa nada. En cualquier país del mundo, un audaz de esta naturaleza,  habría sido por lo menos enjuiciado penalmente por pretender el derrocamiento de un gobernante legamente elegido por una mayoría popular y en funciones.

Lo que no dicen los medios sipianos locales es que, si este presunto periodista de opinión ha sido ya sentenciado a tres años de cárcel, es un buen candidato a “víctima” del “dictador” y por lo tanto a dirigir una oposición beligerante y fascista, ya que hasta el momento, ninguno(a) de los precandidatos a liderar esta oposición ha podido consolidarse con un mínimo de respaldo popular y de posibilidades reales de ser timonel de una conspiración.

Lo que si señala la prensa sipiana local  es que en esa manifestación estuvieron presentes, entre otros personajes de la peluconería, Carlos Vera, también periodista “en receso” quien ya viene trabajando este liderazgo desde hace meses; pero, como no consigue respaldo popular, pues al parecer la derecha recalcitrante ecuatoriana sigue buscando ese conductor que los conduzca hacia la “liberación del país”

En fin, estas y otras actitudes sipianas solo están demostrando que en nuestro Continente (por lo menos) la gran prensa del sistema ha pasado del disimulo, la cautela de antaño, a una actitud de abierta insolencia, de aplicación sin fronteras del cinismo, la mentira, la tergiversación, la manipulación, la exacerbación como formas de combatir todo gobierno, movimiento o partido que pretenda trastornar o cambiar la sociedad de consumo, la supuesta política de mercado.

Y contra ello es que hay que analizar y proponer las respuestas apropiadas y urgentes terreno en el cual los gobiernos progresistas prefieren seguir andando con pies de plomo.

* Periodista.

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