DRÁSTICO CAMBIO DE RUMBO EN GRECIA

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Tal como estaba previsto el domingo pasado votaron los griegos y se confirmó lo que anticipaban los datos previos. Triunfó el Syriza (Izquierda radical, es su traducción) con el 36,3% de los votos. Segundo (27,7%) fue el partido conservador que venía gobernando y tercera (6,3%) una fuerza nacionalista radicalizada. La última de las 7 fuerzas que consiguieron representación parlamentaria es un nacionalismo moderado (4,7%), con el cual los triunfadores hicieron una alianza para alcanzar la mayoría necesaria para gobernar.
Alexis Tsipras, el líder de la fuerza triunfante, ya asumió como Jefe de Gobierno. Una de sus primeras medidas fue realizar una visita a un monumento que recuerda el asesinato (en 1944) de unos 200 activistas políticos griegos, en represalia por la muerte de un general nazi a manos de la guerrilla griega, durante la ocupación alemana a ese territorio. El nuevo mandatario le reclamó a Alemania el pago de una indemnización por esos crímenes de guerra. Allí manifestó que Grecia pedirá a Alemania una reducción de la deuda contraída con ese país y el pago de dicha indemnización. Según un reclamo del gobierno anterior la cifra de esa indemnización ronda los 200 mil millones de dólares.
El nuevo gobierno se enfrenta a varios dilemas, entre ellos claramente se destaca: ¿Cómo cumplir con su Programa y con la Unión Europea? El nuevo Ministro de Finanza ya advirtió que la deuda «no puede ser pagada» en los términos planteados hasta ahora. Desde el sistema de poder europeo le han contestado que si mantienen sus promesas electorales, el presupuesto estatal «se descarrilará muy pronto».
El gobierno se propone poner fin al “ajuste” y la austeridad, dándole un nuevo vigor a la economía, al mismo tiempo anunció que paralizará la privatización de plantas eléctricas, puertos y aeropuertos, que el salario mínimo será nuevamente de 751 euros mensuales y que serán revocados los despidos inconstitucionales.
Todo ello se vuelve “cuesta arriba” dado que el funcionamiento del Estado, por la caída de sus ingresos, es dependiente de la “ayuda” que hoy recibe de la Unión Europea. Lo concreto es que el triunfo de la “Izquierda Radical” es una gran esperanza para muchos sectores de Europa, pero su fracaso podría derivar en situaciones muy graves para toda Europa y podría ayudar a abrir las puertas a los sectores nacionalistas más duros.

Juan Guahán

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