Ecos romanos en EEUU: ¿república democática o imperio?
Uno subraya un factor muy similar entre Estados Unidos y Roma: la extrema desigualdad económica. Según Robert Hughes, autor de uno de estos nuevos libros de historia romana, "para el 5 por ciento más rico, la vida tomó un carácter de sobreindulgencia y extravagancia maniaca, desagradablemente parecida a la vida de los súper ricos estadunidenses de hoy día". De acuerdo con el historiador Robert Knapp, casi todo lo que se sabe de la historia de Roma fue creado para o por los más ricos y poderosos de esa civilización, y las figuras que se conocen pertenecen a las clases superiores, que numeraban no más que entre 100 y 200 mil, menos de la mitad del 1 por ciento de la población de entre 50 y 60 millones del imperio.
Tal vez valdría la pena recordar que en dos de los frentes de guerra y hostilidad bélica actual de Estados Unidos, Irak e Irán, fueron regiones (Mesopotamia y Persia) donde los romanos enfrentaron varios desastres también. Fue en gran medida la insistencia y el gasto para imponer su poder lo que llevó al "declive y la caída" de Roma. Igual que ahora, afirma el historiador Brian Campbell, autor de otro de estos libros, la ideología establecida entonces era que los romanos "siempre realizaban guerras justas, sobre el argumento de que sus enemigos habían cometido una ofensa".
Pero más que nada, fue imposible reconciliar el carácter dual de república e imperio que marcó el fin de Roma, y que algunos historiadores recuerdan como la primera "caída" de Occidente. Y por ello ahora hay una sensación –de hecho se habla explícitamente de ello– de si estamos atestiguando una segunda caída de Occidente, en gran medida por algunos de los mismo factores.
De lo que no se sabe casi nada de la historia romana es cuál fue el papel de lo que hoy día se llama, gracias a Ocupa Wall Street, el 99 por ciento, ni sus ecos, que ahora acompañan nuevos movimientos que denuncian hoy la contradicción básica entre "república democrática" e imperio.