ECUADOR: DEUDA EXTERNA Y ATRACO IMPARABLE
(Altercom** Ecuador, febrero 2006). La red de devastación de la economía ecuatoriana, coordinada en forma planificada por los mayores entes genocidas del planeta –el FMI y el Banco Mundial– y aplicada en forma sumisa por todos los gobiernos, sigue imparable, siempre en torno al manejo lineal de una deuda externa caracterizada por su absoluta falta de transparencia y encaminada al inequívoco saqueo sistemático de la República.
Bonos muy rentables
El diario El Comercio de Quito, ocho de diciembre de 2005, titula: Bonos: ayer se realizó la gran venta, e indica «Ecuador colocó 650 millones de dólares en bonos a 10 años con un rendimiento del 10,75 por ciento». El Deutsche Bank y JP Morgan lideraron la faena que vence el 15 de diciembre de 2015 y, según la agencia Reuters, los bonos «fueron vendidos con un cupón del 9,375 por ciento y en un precio de 91,692 centavos por dólar».
Por cada dólar que queda a cargo del Estado le reconocen 91,692 centavos; es decir de entrada perdemos 8,308 centavos por dólar? ¿Si ese descuento de 8,308 centavos de dólar se multiplica por 650 millones de dólares de entrada tendríamos un «pequeño recortecito» de 83,08 dólares por cada mil dólares y 830,8 por cada diez mil dólares.
¿54 millones de descuento en 650 millones de monto «entregado» a cambio de los bonos con rentabilidad de 10,75%? De no ser cierta dicha información ¿por qué no se la aclara? ¿O es verdad y por ello se prefiere no abordar el asunto para no agitar las aguas?
Al día siguiente el mismo diario titula: Los Bonos de Ecuador cautivan a Wall Street, estableciendo de seguido que «la demanda por bonos ecuatorianos llegó a 1.520 millones de dólares.» Informando que la ministra de Economía, y el gerente del Banco Central «tuvieron más de cuarenta reuniones en Londres, Luxemburgo, Francfort, Nueva York, Boston y Washington».
Una primera reflexión: en la mayoría absoluta de países los intereses en dólares o euros no llegan ni a la mitad, esto es: ni siquiera al cinco por ciento.
Cualquier financista se frotaría las manos ante la posibilidad de beneficiarse cuando se trata de al menos duplicar su rentabilidad sólo con los intereses y al margen de un adicional de un poco más del ocho por ciento al tomar cada dólar por 91,692 centavos.
El verdadero destino de esos recursos
Empero, conviene formular una pregunta fundamental: ¿Para qué se destinarán esos recursos tan urgente y desesperadamente requeridos a pesar que en los últimos años se han presentado los más altos índices de precios internacionales del petróleo, a sabiendas que este es el principal recurso de exportación del Ecuador y que su precio se disparó en el mercado internacional sobre los setenta dólares el barril?
En otra noticia en la misma edición de El Comercio, el 8 de diciembre de 2005, bajo el título Ecuador anuncia emisión de bonos, está la respuesta: se indica que la ministra de Economía y Finanzas Magdalena Barreiro, anunció desde Nueva York que esos millones de dólares servirán para recomprar parte de los bonos Global que vencen en el año 2012.
Drenaje incontenible del dinero fiscal. Resulta indispensable indagar dos aspectos hasta las últimas instancias y consecuencias:
Primero. Determinar mediante una auditoría completa el verdadero origen y uso de los montos de esas obligaciones de deuda externa, determinando los tramos legítimos e ilegítimos de esas obligaciones (pues enormes volúmenes de deuda ni siquiera llegaron al país o sirvieron en forma concertada para obras con colosales sobreprecios), así como las fluctuaciones de interés y los casos de anatocismo o cobro de interés sobre interés;
Segundo. Establecer cuáles fueron los montos totales de los ingresos fiscales y su destino detallado, sobre todo petroleros, de los últimos años, al margen de reconocer que una buena parte se direccionaron de modo preconcebido a manos de los mismos acreedores internacionales, con o sin intermediarios y comisionistas locales.
Ningún organismo de fiscalización y ningún partido con participación y capacidad de decisión en el Congreso Nacional realiza una indagación prolija sobre estos asuntos.
¿Por qué nadie averigua, de manera complementaria, el misterioso destino del «castigo» o descuento del precio de cada barril de petróleo que ha fluctuado entre 15 a 18 dólares por barril en los últimos años y gobiernos, monto que entraña un perjuicio de cuando menos 802,2 millones de dólares al año pues cada día se exportan más de 140.000 barriles sólo del organismo estatal de hidrocarburos?
¿Quiénes son los «misteriosos» beneficiarios de estos «castigos» o descuentos inexplicados del precio de cada barril de petróleo? ¿El actual régimen se niega a investigar el verdadero destino y usufructuarios de este «castigo» escandaloso porque está en la misma práctica y desea seguir «ordeñando» una fortuna que se filtra con la complicidad de los entes «fiscalizadores»?
TRAFIGURA. ¿Quiénes son los dueños de las empresas privadas, con vínculos a poderosos padrinos políticos, a las que se ha entregado desde hace varios años atrás la comercialización del petróleo y sus derivados, así como del gas?
¿Qué montos colosales quedan en manos de estos intermediarios intocables con todos los gobiernos?
¿Por qué se denunció que sólo la intermediaria del gas TRAFIGURA ganaba por este sólo concepto 116 millones de dólares al año, y se advirtió luego por parte de un legislador socialdemócrata que si se renovaba este contrato se enjuiciaría al Presidente por peculado, pero nada se ha dicho luego que la propia Procuraduría otorgó luz verde para dicha renovación públicamente cuestionada?
¿A quiénes beneficia este manto de silencio? ¿Por qué de pronto se volvió «indispensable» la intermediación de TRAFIGURA?
Todo muy «occidental». ¿Por qué se favorece la permanencia ilegal, lesiva e indefinida de la explotación petrolera privada de más de 110.000 barriles diarios a favor de la Occidental Petroleum Company (OXY), empresa que por violentar la Ley de Hidrocarburos (Arts. 74 y 79) y el propio contrato con el Estado (Art. 21) debía devolver desde hace años atrás esa concesión al Estado cuando a espaldas del país transfirió en forma comprobada a la multinacional ENCANA –antes Investing– el 40% de las reservas entregadas a su favor entre gallos y medianoche?
Esta compañía sigue vendiendo ese crudo que le correspondía su reversión al Estado desde octubre del 2000 –fecha de vigencia de la transacción aludida a espaldas del país–, y que el perjuicio actual consentido o convenido asciende a más de tres millones de dólares diarios (US$ 30 mínimo x 110.000 barriles = 3,3 millones al día), y 1.204,5 millones de dólares al año.
Banqueros ladrones. ¿Por qué nada se hace para recuperar los más de cinco mil millones de dólares (sin contar los intereses) que el país entregó a partir de 1998 para el salvataje bancario, esto es para devolver el dinero que se llevaron los accionistas y administradores de los bancos, de sus propios cuentacorrentistas y ahorristas?
Fue entonces que, con la complicidad de la mayoría del Congreso Nacional, se creó mediante la Ley de Reordenamiento Económico en el Área Tributaria Financiera a la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), ente estatal encargado de transferir, sin límite alguno, dinero público para reponer y sustituir los montos sustraídos, y que hasta el momento ningún banquero ha devuelto.
Sucretización. ¿Quién responde por la «sucretización» decretada en 1983 mediante la cual el país se hizo cargo de la deuda privada de US$ 1.629 millones pedidos por empresarios particulares y subsidiarias locales de multinacionales, monto que en gran parte abonó el pueblo porque así lo resolvió en FMI y el Banco Mundial ante sus dificultades de cobro, perjuicio al fisco coordinado y aplicado por los regímenes antinacionales y pronorteamericanos de Hurtado Larrea y Febres Cordero?
CDRs. ¿Qué se ha hecho, como bien lo reconoce la revista Vistazo del 30 de septiembre del 2005, para recuperar el perjuicio que «en el gobierno de Gustavo Noboa, gracias al decreto 1492, los deudores pudieron pagar con CDR’s sus deudas. Los ahorristas perdieron en algunos casos, por los descuentos, hasta el 85 por ciento de sus ahorros. Los deudores licuaron acreencias por 430 millones de dólares» y cuando, con este proceder terrible «La Corporación Financiera Nacional (que tuvo que afrontar la entrega de CDR’s a su valor nominal) fué descapitalizada»?
Negocio ominoso y colusorio: bonos global por bonos Brady
Los ecuatorianos nunca debemos olvidar que a los onerosos bonos Global se los cambió o permutó por los desvalorizados bonos Brady durante el gobierno de Gustavo Noboa Bejarano en el 2000, cuando su ministro de Finanzas y Economía era el egresado de Harvard Jorge Gallardo Zavala.
Los bonos Brady se transferían en el mercado secundario en alrededor del 11% de su valor nominal, y se los ofreció reconocer al permutarse con los nuevos –los Global–, por presión del FMI y el Banco Mundial, en un mínimo del 60%. Pero esa tampoco era toda la ganga. Los intereses que se pagaban por los bonos Brady llegaban al 1,5% anual y se los ofreció pagar al 12% de interés anual fijo y garantizado.
Rememoremos que, como lo comentó la propia prensa en su momento, el 26 de julio de 2000, mediante el Decreto Ejecutivo 618 de Gustavo Noboa Bejarano, se autorizó una emisión en bonos de hasta US$ 5.750 millones para reestructurar un tramo de la deuda externa por medio del canje de bonos Brady y Eurobonos, los mismos que se cambiarían por los bonos Global 12 y los bonos Global 30, que tendrían diferencias en el cálculo de los intereses.
Para dicho canje se emitieron 1.250 millones en bonos Global a 12 años, cuya fecha de vencimiento se determinó para el 15 de noviembre del 2012, con un pago de intereses fijos del 12% anual. También se emitieron US$ 2.700 millones en bonos Global 30, los que vencerían el 15 de agosto del 2030, los que generarían en 4% anual en el año 2001 y subiría un punto fijo anual hasta llegar al 9% en el 2006, y desde el 2007 y hasta el 2030 –¡durante 23 años!– el interés sería del 10% anual, también fijo y garantizado.
A tal extremo ha llegado este perjuicio que el propio León Febres Cordero, en el Congreso Nacional el 21 de mayo del 2003, y en una carta enviada al diario Expreso (11 de junio del 2003): señala: » … desde Diciembre del 2000 hasta el 30 de Abril pasado (2003), es decir durante los últimos cuarenta meses, para pagar los intereses de los Bonos Globales, el Ecuador ha desembolsado US$ 1.738 millones, mientras que si se hubiesen mantenido vigentes los Bonos Brady y Eurobonos, el País habría pagado efectivamente sólo por intereses US$ 698 millones. De la simple resta se prueba que el perjuicio irrogado al País, en estos 40 meses, equivale a US$ 1.040 millones.»
Por supuesto que los grupos financieros favorecidos con esta permuta de bonos han sido siempre muy agradecidos defensores de Noboa Bejarano, sobre todo en los medios de comunicación de su propiedad, que ejercieron una cerrada defensa de su gestión y en forma relevante por ciertos conductores que se los presume también vinculados al Opus Dei.
Mañosería y contubernio hecho ley
FEIREP. Cabe destacar que para amarrarle y saquearle al Ecuador de manera más brutal y sistemática el Banco Mundial, con la colaboración de varios partidos políticos nativos, expidieron la Ley Orgánica de Responsabilidad, Estabilización y Transparencia Fiscal que creó el Fondo de Estabilización, Inversión Social y Productiva y Reducción del Endeudamiento Público (FEIREP), un fideicomiso mercantil cuyo fiduciario es el Banco Central. A este fondo irían todos los excedentes petroleros obtenidos por los extraordinarios precios de los últimos años que superen el monto establecido para financiar el presupuesto del Estado.
¿Cómo funcionaba el FEIREP? Si en el presupuesto del Estado se consideraba el precio de veinte dólares por barril para su financiamiento, ese monto se tomaba para el efecto, pero toda la diferencia en atención al precio real de venta –sea a 45, 50, 60 o más dólares por barril– iba al FEIREP, y del total acumulado el 70% se destinaba en forma obligatoria al pago directo de intereses garantizados por esa ley (Art. 17) a manos de los tenedores de los nuevos bonos Global que, como manifestamos, llegaba al 12% anual. En la misma norma se estableció que «Los decretos ejecutivos que se refieran al pago de la deuda se mantendrán reservados por 90 días contados a partir del día en que se hubiere efectuado el pago o recompra de la deuda». ¡Ni los antiguos saqueadores de caminos se encubrían con tanto descaro y cinismo!
Basta recordar que pocos días antes de la caída de Lucio Gutiérrez, el Expreso de Guayaquil, el nueve de abril del 2005, señalaba que «los bonos Global 12 se cotizaban ya en 101,37% y los Global 30 en 91,50%».
En esa misma edición los comentaristas económicos «más autorizados» decían: «El análisis es sencillo: mientras haya dinero para cubrir el servicio de la deuda (intereses más amortizaciones), los inversionistas estarán tranquilos. Y para el Ecuador no puede haber una mejor coyuntura que el alto precio del petróleo, que ayer cerró en 53,32 dólares. Eso, atado a la existencia del Fondo Petrolero (FEIREP), que viene a ser una especie de seguro para los pagos futuros»..
Ni Pizarro ganó como el cártel mexicano
En varios medios de comunicación no sometidos se denunció el caso de una compra internacional especulativa, coordinada por un grupo mexicano, de US$ 500 millones de papeles de deuda en 50 millones efectivos, esto es cuando estaban como bonos Brady, a sabiendas de las normas a dictarse y con la permuta en ciernes por bonos Global con ganancias e intereses garantizados.
Sólo el 12% de intereses, de esos 500 millones nominales en el primer año (2000), habrían llegado a 60 millones de dólares, y en todos los años sucesivos habrían recibido un interés similar de 60 millones, y dichos papeles comprados al 10% de su valor nominal hoy los pretenderían negociar en más de 500 millones al haberse revalorizado todos los Bonos Brady permutados con Bonos Global.
Ganancias tan fabulosas no las habrían obtenido ni los codiciosos españoles dirigidos por Francisco Pizarro en los días de la conquista, cuando se robaron los cuartos de oro del inca Atahualpa.
Poder político garantiza la depredación
Allí la explicación de la pelea a dentelladas de los grupos financieros nativos, dueños del poder político local, intermediarios de acreedores extranjeros y también tenedores de papeles de la deuda externa, por seguir mangoneando de manera inalterable a la República y a sus funciones ejecutiva, legislativa y judicial.
No al acaso han descubierto que parte fundamental del negocio es controlar la propiedad de los más importantes medios de persuasión colectiva, el contenido de la información y la mente misma de la población. Allí la explicación de los motivos políticos y económicos por los que los grupos financieros más poderosos del país se han apoderado de buena parte de los medios de comunicación más influyentes en toda la República.
Con esos instrumentos promocionan, apadrinan y patrocinan a partidos políticos, «líderes» de sus probetas y candidatos sumisos que, ya en el poder, servirán a sus intereses.
¿Existen intermediarios locales?
¿Existe información pública respecto a qué bancos y grupos financieros locales son los intermediarios, tramitadores o titulares de los cobros de bonos de la deuda externa? Es imposible disponer de una información absoluta sin tener acceso –siempre restringido– a esos datos protegidos por sus mismos usufructuarios. Pero a pesar de todo existen indicios que ciertos medios de comunicación no sometidos han tenido el valor de publicar. Por ejemplo el Expreso de Guayaquil, el 23 de junio del 2003, bajo el título Siete bancos negocian deuda, señala:
«De acuerdo a las cifras presentadas por fuentes del Banco Central y la Superintendencia de Bancos el saldo de inversiones en Bonos Globales de deuda llegó a US$ 175 millones el año pasado.»
«Las instituciones financieras nacionales que negociaron con estos papeles fueron los siguientes: Banco del Pichincha, Guayaquil, Produbanco, Amazonas, Sudamericano, Internacional y Pacífico.»
«Este saldo destinado a bonos de deuda externa representa el 28% de inversiones que realizaron los siete bancos, las cuales a fines del año pasado llegaban a US$ 629 millones.»
En un recuadro se detallan las actividades aludidas y se precisa que los bancos «Pichincha y Guayaquil abarcan el 85% del total».
¿Dónde están los verdaderos tenedores locales?
La curia, banqueros, ex funcionarios públicos, etc… ¿Existen referencias, indicios, publicaciones o datos anteriores sobre quiénes y qué instituciones disponían de bonos Brady? Sí, una, publicada en diario El Comercio de Quito, el 30 de septiembre de 1999 titulada Brady: los 17 primeros nombres, que dice:
«El informe secreto de la comisión legislativa que viajó a Nueva York para conocer la lista de tenedores de bonos Brady se reveló ayer. Según los investigadores –diputados Julio Noboa y Bolívar Sánchez– El 20 por ciento está Depositado En el Chase Manhattan Bank (EEUU) y el resto en una fiducia en el Euroclear Cedel, en Bruselas (Bélgica)».
«También aparece el International Bank de Miami, cuyo accionista mayor es el ex ministro de Finanzas Mario Rivadeneira. Hasta el 14 de septiembre, los nueve poseían US$ 56 millones (26 el International)».
«No se pueden conocer los nombres de quienes tienen sus bonos en Europa», dijo Sánchez. «Están a nombre de intermediarios y para conocerlos se necesita dirigir una solicitud a Bruselas».
«Este procedimiento se siguió con el Chase Manhattan Bank. El 19 de mayo el Parlamento hizo el pedido y el 19 de agosto recibió la respuesta, de manos de la ex ministra de Finanzas Ana Lucía Armijos. Sin embargo el «Chase respondió el 22 de mayo». La demora en entregarla, según los diputados, está en que en la nómina aparece la empresa Botrosa, cuyo gerente es hermano de Ana Lucía Armijos.»
«Los otros tenedores son Juan Montúfar, ex gerente del City Bank que quebró con un débito de 80 millones de la Reserva Monetaria; la curia compró en el gobierno interino 30 millones,(se refieren al régimen de Fabián Alarcón); AFINSA; Diócesis de Portoviejo (cuya titular era a la fecha el presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana); y, las Fundaciones Leonidas Ortega de Guayaquil, Pérez Pallares y Natura, entre otras: US$ 700 millones».
Un saqueo imparable a través del FMI y el Banco Mundial
Y mientras en forma regular las funciones ejecutiva y legislativa destinan más del 40% del presupuesto anual del Estado para cubrir obligaciones de una onerosa y jamás bien investigada deuda externa el pueblo ecuatoriano se debate en la más terrible de las pobrezas.
El éxodo. A tal extremo ha llegado su desamparo por la sobrevivencia y la desocupación que se calcula que alrededor de tres millones de ecuatorianos se han ido en los últimos años por las vías sin retorno de la migración forzada.
La pesadilla nacional. Ecuador y su población viven una pesadilla sin límites a causa de las criminales políticas concertadas entre los círculos financieros internacionales, representados por los más grandes genocidas de la historia, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, en contubernio diabólico y desalmado con las castas dominantes locales encabezadas por los grupos bancarios y financieros nativos, dueños y mecenas de los más importantes partidos políticos de la República.
Un país que perece de necesidad
El salario mínimo vital actual es menor al que se ganaba hace un cuarto de siglo. En el informe de 2003 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, se reconocía que «Ecuador se encuentra dentro de los países de alta prioridad para las Naciones Unidas en el tema de los ingresos, junto a Honduras y Haití en América Latina, y naciones de Africa Sudsahariana, de Asia y Europa Oriental».
El PNUD admite que en el Ecuador el 20,2 por ciento de la población vive en pobreza extrema, con un dólar diario; y que el 52,3 por ciento con dos dólares, esto es: menos del monto de subsidio diario que entregan los países desarrollados por cada cabeza de ganado –US$ 2.4 al día–. (El Universo, 20 de julio de 2003).
La situación tiene tales características de gravedad que se ha denunciado que el 62% de los niños de 12 años tienen estaturas menores a las de su edad cronológica, muchos de ellos con tamaños de infantes de 8 años, a causa de la severa desnutrición en un país donde más del 60% de la tierra tiene dueño y nadie la deja cultivar.
Los círculos dominantes del planeta –los mayores círculos financieros y las más poderosas corporaciones o transnacionales–, usando al FMI y al Banco Mundial, junto a sus apéndices regionales, han convertido a nuestra Patria en un laboratorio social dantesco, como no lo planificaron ni los nazis. Este genocidio silencioso e inexorable sigue en marcha, y debe ser denunciado y combatido con total y irreductible firmeza.
Pagar: un crimen incalificable
Para tener una idea del monto monstruoso destinado a deuda, cabe recordar que en base a datos obtenidos en el propio Banco Central del Ecuador, el Expreso de Guayaquil, del 23 de julio del 2005, denuncia que se pagó en concepto de deuda externa «tres veces el monto del total de obligaciones». Ecuador abonó US$ 31.425 millones.
Y después de pagar semejante monto, la deuda externa que en 1994 ascendía a 13.757 millones de dólares –antes de la emisión de los últimos bonos–, en 2004 era de US$11.062 millones. Un pueblo que perece de necesidad, saqueado hasta la extenuación, paga más de 3.142 millones de dólares cada año por el servicio de una deuda cuyo origen, juricidad y moralidad, nadie ha indagado debidamente.
Este monto anual de pago significa entregar hasta la última gota de petróleo y conseguir cuando menos mil millones de dólares anuales más para el pago del servicio de la deuda.
La diferencia que falta la obtienen a través del cobro de servicios antes gratuitos como la salud y la educación; del envío a la casa a miles de servidores públicos; de la permuta obligada de bonos internos que jamás pagarán a cambio de llevarse el dinero de la seguridad social; del incremento obsesivo e inhumano de impuestos directos e indirectos; del cobro desde tasas judiciales, tasas de mantenimiento de cementerios, tasas por utilizar los urinarios públicos; el alza de los servicios básicos (electricidad, agua potable, telefonía); las infaltables privatizaciones corruptas…
Los partidos políticos llamados de izquierda conciertan y apoyan a los representantes políticos y financieros de los opresores, cambiando el lema histórico de «proletarios del mundo uníos» por «la izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas».
¿Dónde está la izquierda? ¿Cuándo abrirán los ojos sus bases?
Cuánta razón tiene ese graffiti anónimo: «¡Pobre Ecuador! ¡Hasta tus comunistas son de derecha!» Quien dude revise el nombre, antecedentes y nexos con grupos financieros de los candidatos a la presidencia, a alcaldías y prefecturas apoyadas por la dirigencia de la izquierda legal en los últimos lustros.
¿Alguien a visto en los últimos años de «postmodernismo» a dirigentes de la izquierda, o a sus partidos, enfrentarse y desenmascarar públicamente a los círculos financieros y a sus servidores, detentadores del poder político y mayores culpables de la tragedia nacional, socios de las ganancias de los círculos financieros internacionales representados precisamente por el FMI y el Banco Mundial?
No. Se los ha visto casi siempre coincidiendo con ellos y apoyándolos para que no pierdan el control de las funciones ejecutiva, legislativa y judicial.
Que los partidos y dirigentes de la derecha apoyen proyectos de defensa de este sistema de iniquidades tiene su lógica, pero la labor «canalizadora» para que la «izquierda» también apoye esas misma tareas debe llamar cuando menos a la reflexión y al análisis racional de las intencionalidades de sus promotores.
Ciertamente que «por sus obras los conoceréis», y nadie puede servir a dos señores, al pueblo irredento y que clama justicia, por un lado, y a sus verdugos desalmados, por otro.
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* Ecuatoriano, doctor en jurisprudencia y profesor de Derecho Económico de la Universidad de Cuenca. Autor de varios libros sobre deuda externa, Plan Colombia, asalto bancario en Ecuador.
** Agencia de Prensa de Ecuador. Comunicación para la Libertad.
El artículo completo puede leerse en: www.altercom.org/article135739.html.