Ecuador: rebelión social por la independencia y la dignidad

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Hacia las 9 de la noche del viernes 15 de abril, los medios de comunicación integraron la cadena nacional de radio y TV para que –confortado por la visita del jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos– el presente Gutiérrrez leyera el Decreto de Emergencia que eliminaba las garantías constitucionales en Quito. Pocas horas después debió echar pie atrás.

Para “equilibrar” la reacción popular también en el decreto se disolvió la Corte Suprema de Justicia. Pero la ciudadanía, hioras antes, estuvo al tanto de esa la medida y salió, desafiando al régimen en forma pacífica, con la voz y la creatividad como únicas armas.

Por la noche, en una Quito insólitamente despierta, la movilización popular frenó a un grupo de personas, muchos empleados públicos, quienes bajo el mando del Teniente Coronel Edy Sánchez, delegado del Presidente ante el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, llegaron a las inmediaciones de Radio la Luna, eje de las convocatorias, en franca actitud de provocación y cargados de armas, gasolina y antorchas (der.).

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La pérdida de los derechos constitucionales –libertad de expresión, movimiento, privacidad, propiedad, etc.–, que conlleva el dicho decreto, no amilanó a las familias quiteñas que hasta las primeras horas del sábado 16 mantuvieron tomadas las calles de la capital, exigiendo la renuncia del primer mandatario.

Lo que había comenzado el miércoles por la tarde como una manifestación de la clase media en el norte de Quito, cambió de rostro. En la noche delviernes 15 ya eran miles de focos populares, con banderas y cacerolas. El cabildo quiteño, reunido en la madrugada del sábado 16 de abril resolvió pedir la renuncia del Presidente de la República.

Al interior de las fuerzas armadas tampoco la situación se presenta fácil para el coronel Gutiérrez. Existe malestar dentro del ejército. La información sobre la oposición del general Aguas, comandante del ejército, al decreto de emergencia se confirmó. El ejecutivo ordenó su baja y nombró en su reemplazo al General Ubillus, que asumió el mando con el objetivo de acallar la protesta social.

El nuevo rumor sobre la disolución del Congreso en las primeras horas de la tarde del sábado 16 de abril significaría la auto proclamación abierta de Gutiérrez como dictador –un paso más allá de Fujimori, en Perú–, pues la Constitución Política no faculta al primer mandatario para que tome esta medida.

De cualquier modo la ciudadanía no se amedrentó la noche del sábado y primeras horas del domingo 17 y la movilización –engrosada por movilizaciones espontáneas, especialmente de las capas medias– amenaza con continuar la semana entrante- El gobierno no las tiene todas consigo respecto la voluntad de los mandos medios armados para ahogar el cuasi levantamiento quiteño. Ha habido manifestaciones en favor del presidente, aunque el número de sus integrantes fue escaso.

El sábado el jefe del Comando Conjunto, vicealmirante Víctor Hugo Rosero, recalcó que el estado de excepción sólo rige en Quito y que «su único fin es recuperar la paz y el orden perdidos en los últimos días», al tiempo que decía que «no atenta contra ningún ciudadano». Muchos ciudadanos piensan que el Presidente de la República directamente órdenes de sus “superiores” del Norte, lo que introduce un elemento nacionalista difícil de evaluar en esta etapa del conflicto.

Opinión de un analista

Para el analista internacional Isaac Bigio “Paros, marchas, produccion masiva de ruidos con reventones de globos y cacerolazos son formas con las que muchos ecuatorianos piden la salida del presidente Guiterrez. Cientos de miles han salido a las calles para protestar desde que –en Diciembre pasado– intervino en la corte suprema para que se anulen juicios a los expresidentes Bucaram y Noboa, requeridos por corrupcion”.

fotoBigio teme que el estado de emergencia –posteriormente anulado y al aue se opusierono el vicepresidente Palacio y los alcaldes de Quito y Guayaquil– pudiera generar un efecto contrario intensificando la protesta y generando un búmerang que podria acabar produciendo su caida.

Señaló Bigio en una columna –reproducida por importante medios latinoamericanos– que “en Ecuador lo normal no es que un presidente culmine su mandato constitucional sino que acabe siendo depuesto por manifestaciones. La izquierda busca echarlo porque mantiene la dolarizacion, el Plan Colombia y una base militar norteamericana. La derecha socialcristiana  no lo quiere por ser dictatorial y populista”.

El Congreso

El debilitado Congreso de Ecuador intentó hoy contener el descontento popular, con crecientes peticiones de que renuncie Gutiérrez. El presidente del Parlamento, Omar Quintana, convocó el domingo por la tarde a una sesion plenaria para ratificar la decisión adoptada el viernes por Gutiérrez de destituir a la Corte Suprema de Justicia e iniciar la discusión de la reforma de la Ley Orgánica de la Función Judicial, que centran el conflicto político del país.

La convocatoria la hizo Quintana el sábado poco antes de que Gutiérrez levantara el estado de excepción que había declarado en Quito menos de veinte horas antes, ante el aumento de las protestas populares. Empero, los diputados –como en la Argentina luego de la caída de Fernando de la Rúa– están bajo la mira de miles de ciudadanos, que también les exigen que renuncien a sus cargos, porque han sido incapaces de resolver el conflicto del poder judicial iniciado en diciembre pasado. En Ecuador el Parlamento es unicameral y se compone de 100 diputados.

No obstante, luego del mediodía los diputados de los tres partidos más grandes de la oposición –el Social Cristiano, el de Izquierda Democrática y el Movimiento Pachakutik– anunciaron que se retirarían del Congreso para no participar en la sesión extraordinaria legislativa.

La sesión fracasada, que estaba citada para las 16, hora de Quito, no significa que los partidos de la oposición hayan modificado su postura respecto a los nombramientos en la Suprema Corte de Justicia, algo que consideran ilegal y un burdo intento de controlar toda la estructura del Estado por parte de Gutiérrez.

La noche del sábado un número indeterminado de manifestantes lograraon llegar a las proximidades de la Casa de Gobierno –cinco a seis mil según la oposición, alreedor de dos mil para las autoridades, que los reprimieron duramente–. Gutiérrez, que salió de Quito luego de recibir débiles muestras de apoyo ciudadano, tras el inicio de las manifestaciones masivas en su contra el miércoles, había regresado doscretamente a la capital el domingo a media tarde.

Un domingo confuso… pero activo

Según ALTERCOM noticias, a la convocante radio La Luna se le han adherido otras emisoras y agencias de información. Cantantes populares como Jaime Guevara, o bandas de rock, animan la rebeldía quiteña. El voluntarismo rige todavía y forajidos y forajidas, como los calificó Gutiérrez y gustan autodenominarse, no cejaron en la lucha.

En medio del tumulto se discute el qué hacer y cómo hacer. Una oidea que prende entre los manifestantes –a los que se han unidos sectores de los barrios más pobres– es activar las asambleas barriales para designar delegados con mandato a un cabildo abierto.

En la tarde la embajadora de EEUU, Kristie Kenney emitió un boletín pidiendo a Gutiérrez que no afecte las garantías ciudadanas y al pueblo, que no se violente, lo que muchos estiman una flagrante intromisión en los asuntos inernos de Ecuador.

La derecha política y las cámaras empresariales –como León Febres Cordero, dueño de la anterior Corte Suprema y Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil– abandonaron su silencio y llamaron a una marcha dirigida por ellos en esta ciudad. Los canales de televisión, en su gran mayoría de propiedad de la banca y receptores de millones de dólares de publicidad empresarial y gubernamental, silencian la rebelión quiteña.

También es notorio que las organizaciones de masas como la CONAIE y las Centrales sindicales, perdieron presencia en la protesta, debido a su fracasada movilización el pasado sábado16 por la mañana. Pero la cuestión que flota es el destino de este movimiento. La ausencia de dirección podría provocar una pesca en río revuelto. Hay fuerzas interesadas en aquello.

Según muchos expertos en economía y finanzas –y no pocos empresarios– Ecuador está al borde de una recesión.

La dolarización –medida recomendada por el argentino Domingo Cavallo, muy recordado en su país– hace agua y la banca necesita un último bocado. Existen US$ 900 millones de dólares de excedente petrolero y US$ 800 millones en el seguro social, que podrían ser apropiados mediante la privatización de esos recursos. Ello requiere un gobierno dócil que facilite la expedición de normas económicas que les permita revalorizar sus pasivos.

Por su parte EEUU presiona por más participación ecuatoriana (léase más bases y tropas) en el Plan Colombia, inmunidad para un probable ingreso de sus tropas en territorio nacional, la firma de un TLC cuestionado por los pocos sectores activos de la producción nacional. Por lo tanto necesita también del gobierno dócil.

La ciudadanía lo sabe y lo dice: ¿Existe acaso gobierno más dócil que uno al borde del precipicio, que pide a gritos una mano externa para sostenerse? De allí que la presión financiera y estadounidense se politiza –y se evidencia con la participación silenciosa de la TV y la reciente y oportuna visita del general Myers, Jefe del Comando Conjunto de las FFAA estadounidenses.

La población puede que no tenga claro el rumbo a seguir, pero aún entre los que no salen a las calles hay la firme convicción de que nada cambiará con el derrocamiento del presidente si éste es reemplazado por los mismos de siempre.

Lo que pase será resuelto en los próximos días. Entre tanto la lucha cívica se desarrolla en el territorio que le ha tocado: en una esquina del subcontinente, estratégicamente posicionado junto a las fuentes de agua, de petróleo y de biodiversidad genética, cuya propiedad definirá la soberanía, la gobernabilidad, la participación, el futuro…

Ecuador, al decir de Agustín Cueva, está entre la ira y la esperanza.

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Fuentes:

ALTERCOM, El Universal de Caracas, Europa Press, UniVisión, Prensa Latina y otros medios.

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