Edgardo Filloy / De malditos y herencias en la Argentina

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Dicen que hay gentes perversas y algo malditas que cuando están cerca del fin de sus días, imaginan que con ellos se termina el mundo. Así también ven la sociedad que los rodea. La crisis energética, que no es tal, que por ahora es una falacia, se viene agitando en esa línea de pensamiento; cuando en los 90, si lo estábamos se guardo silencio.

O se prefería estar on line con Cavallo, como lo hacían los medios hegemónicos y los medios acólitos. Los columnistas y editorialistas de estos grandes medios, como otros que practican una mitomanía informativa, parecen seguir esa línea. Y como muchas veces he sido identificado como Kirchnerista por mis comentarios, me importa señalar algunas inquietudes.

Para que no se confunda la intención de objetividad sobre algunos asuntos en los que apoyo al gobierno y de pensamiento crítico cuando es necesario, a diferencia del odio y fanatismo —como ocurre con mucha gente opositora cerril—. Solo que el fanatismo anti acorrala y uno "por default" se suma al gobierno.


Reclamos al gobierno:


– Reglamentación de la ley de medicina prepaga.

– Impuesto a las transacciones financieras.

– Reforma del sistema impositivo para hacerlo mas progresivo.
– Ley de Tierras.

– Reconocimiento de los espacios que ocupan los pueblos originarios.

– Ley que regule la actividad minera, preserve el ambiente y cuantifique las explotaciones y las grave impositivamente con retenciones al igual que otros productos primarios.


Puede haber más. Pero quién solo insiste con el Indec (con razón) y el dólar (intencionadamente), por ejemplo, tiene otras motivaciones mas espurias que un natural patriotismo.


Y eso si, que no se hable de Macri, de Duran Barba y todo el mamarracho cuasi delincuencial que lo rodea.


El (¿sacrosanto?) dólar

Por las dudas: unos apuntes casi escolares sobre aspectos de la realidad que contradicen tanto augurio apocalíptico. Y para que tomen nota quienes escriben sobre economía:


La divisa estadounidense —al momento de redactar estas líneas— para el público se negocia con una suba de medio centavo en las principales casas de cambio de la "City" porteña. Para la compra el dólar cotiza a $ 4,25 y para la venta a $ 4,29. Y desde hoy, misma fecha, rige la nueva medida adoptada por el Banco Central que establece que flexibiliza la exigencia mínima de dólares que los bancos deben tener depositados en el ente monetario.


A partir de ahora, los bancos podrán disponer de todos los dólares que excedan el 20% del encaje y que no hayan sido destinados a préstamos; por lo tanto se vislumbra un panorama algo más claro. Debemos considerar que para el argentino el dólar es un fetiche y que genera sensaciones de todo tipo.

No hay que encender luces rojas ante un mercado cambiario que tendrá pocas divisas hasta abril. No hay razones macroeconómicas para estar nerviosos por el dólar. A partir de abril del año que viene empiezan las fuertes exportaciones y probablemente el Banco Central de vuelta vuelva a tener una actitud compradora muy fuerte en el mercado. Y es bueno tener muy en claro que el sistema bancario está muy sólido, tiene liquidez. 


Hacia adelante la Argentina tiene una situación de vencimiento de deuda muy acotado, desde el punto de vista macro no hay razones estructurales para preocuparse.


Desde fines de esta semana, o a más tardar la próxima, comenzarán a llegar al mercado local los dólares que las petroleras, mineras y aseguradoras deben liquidar en el sistema financiero local. Y se especula —o advierte— que muchas grandes empresas tendrán que liquidar divisas hacia fin de mes, atesoradas en las últimas semanas para comenzar a pagar adelantos de premios y los aguinaldos de fin de año.

Se calculan más de 1.500 millones de dólares extra que deberán ingresar al sistema, una suma que se estima suficiente para, ahora sí, desactivar las presiones a favor de una devaluación. Además, según el Banco Central y el Ministerio de Economía se inyectarán todos los dólares necesarios para que el público rechace cualquier tipo de impresión sobre posibles faltantes de divisas. 


Luego habría un pausa hasta fines del primer bimestre o marzo próximo, cuando se volveríá a hablar sobre el tema. Pero ya para entonces, para esos días de 2012 estarán liquidando divisas los exportadores sojeros. Estacionalmente es la época de mayor cantidad de ingresos de dólares vía retenciones, y, se piensa, será el mejor momento de la primera parte del próximo ejercicio para enfrentar cualquier tipo de nueva embestida de presión devaluadora. 


Según Mercedes Marcó del Pont “Esta semana terminará con las presiones sobre el tipo de cambio. Serán días que se recordarán por la estrategia con la que se enfrentó este intento desestabilizador del mercado”.

Salvo mejor opinión.

* Fotógrafo, restaurador de materiales históricos.
www.edgardofilloy.com.ar

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