EEUU: cómo agreden a la población los gastos de «defensa»
Saul Landau y Nelson P. Valdés.*
Concurso de historia (para estadounidenses): mencione el más grande robo que se ha cometido en los últimos 100 años.
i: La estafa de Bernard Madoff
ii: El robo por los Nazis de los tesoros artísticos de las naciones conquistadas
iii. Los diamantes que los belgas se robaron en África
iv. El presupuesto del Pentágono.
Esta no es una pregunta de truco con múltiples posibilidades en la que todas las respuestas pudieran ser correctas. Solo una sobresale como la conspiración criminal del siglo, un fraude en curso perpetrado por decenas de miles de beneficiarios.
¿Se dan cuenta? …Si, la estafa más fraudulenta que se le haya hecho a la humanidad es el presupuesto del Pentágono. Desde 2001, bajo el pretexto de defender al país –lo cual el Departamento de Defensa (DOD) nunca ha hecho–, el DOD ha esquilmado a los contribuyentes norteamericanos $5.1 billones de dólares. Desde su inicio, nunca ha pasado una auditoría y por tanto no ha tendido cuentas del dinero que ha entrado a sus cofres.
Supongamos que un auditor se enfrenta a la siguiente entrada bajo “Contratos agencia logística de defensa”:
“Servicios de Motores Rolls-Royce, Oakland, California (N00019-09-D-0013); StandardAero (San Antonio), Inc., San Antonio, Texas (N00019-09-D-0014); y Grupo Wood Turbopower, LLC, Miami Lakes, Florida (N00019-09-D-0012), y a cada uno se le han concedido modificaciones a contratos de precio fijo firme, entrega indefinida/cantidad indefinida para ejercer opciones para reparación a nivel de almacén del motor T56 Series III.
"La concesión para el Servicio de Motores Rolls-Royce es por $34.465,472; para StandardAero, Inc., $41.193,248; y para el Grupo Wood Turbopower, LLC, $44.600,663.
"La reparación a nivel de almacén de los módulos de motores T56 Series III se requiere para apoyar P-3 en servicio y aparatos derivados, así como aviones C.130 y -C-2 con motores T56. Los tres módulos principales del motor al que se le debe dar mantenimiento y reparar bajo estas opciones serán de una cantidad máxima anual de 160 secciones de potencia, 180 conjuntos de engranajes de reducción y 140 medidores de torsión. Los esfuerzos bajo estas opciones se esperan que terminen en febrero de 2011. Los fondos para contratos no expirarán al final del presente año fiscal”.
¿Aún están despiertos? ¿Sorprendido de que la reparación, mantenimiento y modificación de motores cueste $120 millones?
The New York Times del 11 de febrero publicó que ex empleados de Blackwater estaban haciendo una reclamación judicial a la compañía porque esta facturó de manera rutinaria gastos inexistentes, usando recibos falsos. Y Halliburton facturó miles de millones en exceso.
¿Pueden ustedes imaginar ahora por qué cuesta un millón (de dólares) al año mantener a un soldado en Irak o Afganistán? (Estimado del Centro para la Evaluación Estratégica y Presupuestaria.)
El salario de un soldado raso es de solo $35000. Pero agreguen los presupuestos de comida gourmet (alrededor de $100 al día) y boletos de primera clase en avión ida y vuelta, alojamiento en el Ritz de Bagdad, equipamiento y armamento comprados en una tienda de suministros militares en la Avenida Rodeo, y Britney Spears como agente de compras del Departamento de Defensa.
Los contratos del Pentágono, en su mayoría, “sobrepasan el presupuesto”, lo que significa que no hay control de los gastos. Y eso es público.
El 6 de enero de 2010, Gene L. Dodaro contralor general interino de Estados Unidos explicó: “Durante más de una década, el DOD ha encabezado las lista que hace la GAO (Oficina de Revisión del Gobierno) de los programas y operaciones federales de alto riesgo y vulnerables al fraude, derroche, abuso y mal manejo. Es más, todos los programas del DOD en la Lista de Alto Riesgo del GAO se relacionan con operaciones de negocios, incluyendo sistemas y procesos relacionados con administración de contratos, finanzas, cadena de suministros e infraestructura de apoyo, además de compra de sistema de armamentos.
"Las ineficiencias y otras debilidades de larga data en estas áreas llevan a errores en el apoyo a los combatientes, miles de millones de dólares derrochados anualmente, y oportunidades perdidas para liberar recursos para necesidades más prioritarias”. (Charla en Universidad Nacional de Defensa, Washington, D.C., <a href="http://www.gao.gov/htext/d10359cg.html">aquí<a/>).
Dodaro dijo que “el DOD necesita información financiara más confiable” para reformar sus prácticas. “Aunque el DOD representa una gran parte del presupuesto federal, no puede responder con precisión de sus gastos o bienes… (y) no puede pasar la prueba de una auditoria independiente. Sin información financiera precisa, el DOD está severamente limitado para poder realizar apropiadas decisiones presupuestarias y programáticas, monitorear tendencias, realizar ajustes para mejorar el desempeño, y reducir los costos operativos o maximizar el uso de recursos”.
El Pentágono también pagó cientos de dólares por un asiento de inodoro y por un destornillador. Dodaro atribuye este defecto del hábito de gastar demasiado del Pentágono no debido a “errores, falta de experiencia o sucesos imprevistos. En realidad es el producto de un sistema en el cual los procesos e incentivos claves son mejores diciendo “sí” que “no” a los programas que no dan la talla. El reto, insiste Dodaro, es cambiar la dinámica de esta “cultura”
¿Debería aplicar el Pentágono el enfoque “Solo di no” de Nancy Reagan al uso de las drogas a sus caros e innecesarios sistemas de armamentos y ahorrar varios cientos de miles de millones de dólares al año? ¿Usará esto alguien como plataforma de campaña? No, si es que sabe que el sistema militar significa que casi todos los distritos congresionales tienen una base o proyecto con muchos empleos vinculado al “Presupuesto de Defensa”. Ninguna autoridad cita la regla de la Oficina de Ética Gubernamental: “Los empleados deben revelar el derroche, fraude, abuso y corrupción a las autoridades competentes”. (57 FR 35042, 7 de agosto de 1992),
El presupuesto de Defensa del presidente Obama (con otras partidas militares) es casi de $1.5 billones de dólares, el mayor de la historia. Traten de pensar cómo se pueden gastar $4.100 por segundo.
* Saul Landau es miembro del Instituto para Estudios de Política. Nelson Valdés es Profesor Emérito de la Universidad de Nuevo México.
En http://progresosemanal.com