EL ABORTO: NOTA FINAL SOBRE UN DRAMA SOCIAL

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Como hemos podido analizar a lo largo de estos reportajes el aborto, dada su magnitud, constituye una realidad-problema de salud pública mundial. No hay confiabilidad de los datos que existen para estimar la mortalidad y morbilidad materna específica por los subregistros existentes. Está determinada fundamentalmente por el aborto séptico, sobrepasando ampliamente la hemorragia y la toxemia gravídica.

El mayor número de gestaciones se registra en los grupos más jóvenes de la población en edad fértil y por consiguiente son los más expuestos a las implicaciones propias del embarazo, entre ellas el aborto.

La liberación de las mujeres de la maternidad no deseada es un criterio que se reafirma y se extiende cada vez en mayor proporción en los países del planeta, y se torna en un derecho legítimo, del cual debe ser acreedora la mujer.

El aborto, como producto de un embarazo no deseado, afecta a las mujeres del mundo y de todas las clases sociales, tanto en áreas urbanas como rurales. Es un problema que esta determinado por factores diversos, entre los que se destacan la diferencia de poder entre géneros, la insuficiente educación sexual y reproductiva así como la imposibilidad de tener acceso a servicios básicos de salud y de planificación familiar, señalan las investigaciones realizadas por la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia y la Organización Mundial de la Salud.

La penalización del aborto en los países en vías de desarrollo trae como consecuencia su práctica en forma clandestina y en condiciones insalubres que pone en peligro la vida de millones de mujeres por las altas tasas de morbilidad y de mortalidad, relacionadas con ello, y sus implicaciones éticas, religiosas, jurídicas, médicas y sociales, esta praxis constituye un problema de justicia social y de salud pública de tratamiento sumamente complejo.

Los números ciertamente non gratos

Cada año se practican alrededor de 20 millones de abortos inseguros en todo el mundo, de los cuales 4 millones corresponden a la América Latina. Estudios efectuados por la Organización Mundial de la Salud, indican que en América Latina y El Caribe, se efectúan treinta abortos por cada mil mujeres, entre las edades de 15 y 49 años, más del doble de promedio mundial de trece por cada mil.

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Se estima que la causa primordial de las 600 mil muertes maternas anuales en el mundo, es decir una de cada ocho defunciones relacionadas con el embarazo, se debe a un aborto clandestino.

Aproximadamente 210 millones de embarazos ocurren cada año en el planeta, de los cuales se estima que 38% no son planificados y 22% de ellos acaba en aborto. En América Latina y el Caribe, de las 18 millones de concepciones que se producen cada año, 52% no son planeadas y 21% termina en aborto.

Distintas investigaciones y encuestas llevadas a cabo indican que las mujeres más propensas a someterse a un aborto son las que mantienen uniones estables y con varios hijos, es decir: aquellas que corren el riesgo de un embarazo no deseado por estar aún en edad reproductiva con una vida sexual activa, que no desean tener un hijo en un futuro cercano o no quieren definitivamente tener mas descendencia.

Un diagnóstico realizado en Bolivia, Colombia, Perú y Venezuela indicó que el 79% de las pacientes hospitalizadas por aborto estaban casadas, el 51% tenía más de 2 niños y el 85% tenía 20 años o más.

Razones de una determinación compleja

Ha quedado demostrado que ningún método anticonceptivo es totalmente efectivo. Estudios hechos en los Estados Unidos advirtien que el tres por ciento de las consumidoras de la píldora, el uno por ciento de las usuarias del dispositivo intrauterino, y el 0.3% de las beneficiarias de anticonceptivos inyectables quedaron encintas durante el primer año de su utilización, al igual que el 12% de mujeres cuyos compañeros utilizaron condones.

Existen razones económicas, personales o familiares por las cuales las mujeres deciden terminar con un embarazo no deseado.

Muchas desean acabar una gestación que resulta de una violación o incesto. Las solteras recurren al aborto por temor a ser rechazadas por su familia y la sociedad o por el deseo de obtener ciertas metas profesionales antes de la maternidad. Algunas deciden que ya han tenido los hijos que desean o piensan esperar para a tenerlos. Otras porque la pareja no tiene una relación sólida que permita educar a los niños, o cuando el hombre deja de prestar apoyo emocional y económico.

El recuento de por qué se acude al aborto debe considerar el hecho de aquellas ocasiones en que el embarazo pone en peligro la vida de la mujer si lo lleva a término o no se siente preparada ni física ni emocionalmente para ser madre. También a que exista la posibilidad de que el feto nazca con graves malformaciones congénitas.

Y también cuando la mujer o la pareja no tienen suficientes medios económicos para educar a un chiquillo, ya sea por falta de un trabajo estable, por desempleo o, en algunos casos, por ser estudiante. Muchas veces incluso por miedo a la pérdida de un empleo seguro o a la expulsión del sistema de educación…

Planificación familiar

De acuerdo a estadísticas hechas por el Centro Latinoamericano de Demografía, el deseo de tener familias pequeñas se ha intensificado en los países en vías de desarrollo; sin embargo, todavía existen una serie de factores que contribuyen a que las parejas no utilicen procedimientos eficaces de planificación familiar, lo cual se reconoce como necesidad insatisfecha.

En el mundo cerca del 60% de mujeres y hombres se sirven de métodos anticonceptivos. Se estima que el 54.7% de las mujeres en edad reproductiva de Latinoamérica y El Caribe los utiliza. En el lapso comprendido de 1986 y 1994, el uso de conceptivos aumentó en un 11% en Bolivia, Ecuador, Haití, México, Paraguay y Perú. Empero, a pesar del incremento a nivel regional y del deseo de tener menos descendencia, muchas mujeres tienen más hijos de los que realmente quisieran o pueden mantener-

Debido a contextos económicos, socioculturales y políticos, el uso de anticonceptivos varía ampliamente entre las naciones; en Brasil y Colombia más del 80% de las mujeres integrantes de uniones han usado alguna vez estos medios, pero en Guatemala o Haití menos de un tercio de ellas han utilizado algún anticonceptivo moderno.

fotoSe calcula que a nivel planetario de 120 a 150 millones de mujeres casadas no desean tener más hijos o prefieren espaciar futuros embarazos, pero no están utilizando ningún método de planificación familiar. A su vez, se presume que 350 millones de parejas en el planeta no tienen acceso a la planificación familiar. En Latinoamérica, en el caso de las parejas con bajo nivel de instrucción, la proporción de mujeres que no logran satisfacer estos requerimientos supera entre cuatro y diez veces –dependiendo del país– el número de mujeres con educación superior en tal condición.

No es fácil planificar la maternidad

Existen muchos obstáculos: las mujeres que viven lejos de centros médicos o clínicas, las que no saben obtener dichos servicios o se sienten incomodas con el trato en este tipo de instituciones y –desde luego– las causas económicas, costos de los anticonceptivos, que impiden la divulgación de sistemas de planificación familiar.

Además se puede constatar que una serie de factores socioculturales previenen la utilización de la anticoncepción moderna, como razones ideológicas, desaprobación por motivos religiosos o culturales, prejuicios, angustia apor eventuales efectos secundarios, temor a la infidelidad conyugal y el desequilibrio de poder dentro de las parejas donde la oposición del compañero puede desalentar y dificultar el acceso a sistemas de planificación.

Muchas parejas utilizan técnicas tradicionales como la abstinencia periódica o el retiro –coitus interruptus– que, para que sean efectivos, requieren el seguimiento exacto del ciclo fértil de la mujer, o utilizan procedimientos recientes pero no entienden la importancia de emplearlas correctamente y en forma continua.

El aborto ante los valores de la sociedad

El problema del aborto inducido está inmerso en una gran controversia ideológica y religiosa sustentada en dogmas y valores no aplicables a la realidad social que viven las mujeres hoy. Así pues, los principios éticos, morales filosóficos y religiosos sirven para reflexionar y evaluar estos valores, adaptándolos al contexto actual que sirven al legislador como una guía de acción ante la resistencia moral para admitirlo.

El tratamiento legal que se le ha dado al aborto en las sociedades latinoamericanas no solo lo convierten en un problema de justicia social, sino que limita un principio ético fundamental: la libertad individual. Mediante una postura penalizadora y restrictiva sobre el aborto, se le impide a la mujer el ejercicio pleno de su derecho a la maternidad voluntaria.

Legalización. Para legislar sobre el aborto se debe tomar en cuenta la realidad y la diversidad de problemas que enfrentan nuestras sociedades con respecto al aborto ilegal y no aferrarse a posturas extremas, porque de lo contrario se corre el peligro que la obra del legislador quede reducida a letra muerta.

El profesor Luis Recasens Fiches, aclara que la función del legislador consiste en interpretar qué es lo que la justicia exige con respecto a determinadas situaciones sociales concretas y de acuerdo con eso, formular el derecho positivo que debe regir.

En cuanto a la perspectiva religiosa, además del principio del probabilismo, el debate permite a los legisladores que consideran al aborto como inmoral en su fuero íntimo, discutir proyectos de ley o favorecer politicas que permitan esta práctica. Existen razones suficientemente serias y valiosas, respaldadas por muchas personas y por autoridades confiables para apoyar estos proyectos de ley. Por otro lado estos son permisivos, no coercitivos ya que no se le exige a nadie tener un aborto. Además no existe un consenso entre las religiones –como hemos visto en un artículo anteriot– en cuanto a que el aborto constituya homicidio.

Es necesario tener presente que la penalización afecta de manera distinta a las mujeres según sus recursos económicos, discriminando a aquellas que por carecer de medios suficientes deben acudir al aborto clandestino, infringiéndose de esta manera el principio de justicia y equidad.

Al Estado le corresponde garantizar los derechos humanos fundamentales de los individuos y promover la justicia social mediante políticas y leyes adaptadas a la realidad social del momento sin pretender erigir o cautelar una sola moral pública.

Para poder llegar a decisiones basadas en la equidad que reconozcan los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres como derechos humanos básicos, el aborto debe ser abordado con una óptica distinta. Es esencial que los legisladores revisen la ley interna de sus países, tomando en cuenta los principios fundamentales de la filosofía y la religión junto con la realidad social que afecta a las mujeres, y valoren su autonomía y capacidad para decidir, de una manera responsable, el destino de sus vidas y su salud.

Cristianismo y catolicismo. Existe un distanciamiento entre los preceptos de la iglesia y las prácticas de sus miembros. Estudios realizados indican que el aborto es común en los países predominantemente cristianos, demostrando que la decisión de interrumpir el embarazo tiene poca relación con la práctica de la religión católica.

El doctor Mariano Requena realizo un estudio en Chile, y los datos obtenidos indican que la proporción de embarazos terminados entre las mujeres católicas no difiere entre las mujeres sin religión, de lo que se infiere que la prohibición moral no tiene ningún efecto sobre la decisión de abortar cuando la gestación resulta insoportable para la mujer.

En su libro El poder y la vida el expresidente Valéry Giscard D’Estaing, relata: «Yo soy católico –le dije a Juan Pablo II–, pero también soy presidente de una República cuyo estado es laico. No tengo porque imponer mis convicciones personales a mis conciudadanos, sino que debo procurar que la ley responda al estado real de la sociedad francesa para que sea respetada y pueda ser aplicada.

«Comprendo perfectamente el punto de vista de la iglesia católica y como cristiano lo comparto; juzgo legitimo que la iglesia pida a los que practican su fe que respeten ciertas prohibiciones, pero no corresponde a la ley civil imponerlas con sanciones penales al conjunto del cuerpo social».

Conclusiones

El aborto es considerado internacionalmente como un problema de salud pública y eresultado de múltiples y complejas causas, consecuencia de una serie de componentes de tipo social, económico, psicológico, cultural, etc.

Las altas cifras de mortalidad y lesiones en mujeres jóvenes a consecuencia del aborto realizado en condiciones de riesgo, son testimonio trágico del fracaso de la sociedad por salvaguardar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres victimizadas por la ceguera de los legisladores y la terquedad religiosa.

Entre los factores que de forma concluyente influyen en la mujer para tomar la decisión de abortar se encuentran –además del orden social– el miedo a los padres, la falta de compañero, la escasez de vivienda, de ingresos debido a los precarios salarios, las violaciones, el incesto, el miedo a perder el trabajo, entre otras.

La mujer no se realiza el aborto por el simple hecho de practicárselo, lo hacen de una manera razonada y por haber llegado a la conclusión de que es mejor recurrir a un aborto por encontrarse en condiciones absolutamemte desmedradas para poder tener y educar a un hijo, tanto en su desarrollo como en su madurez.

Los aspectos legales del aborto en la mayoría de los países del mundo fueron sancionados cuando se desconocían los actuales métodos científicos que permiten rutinariamente determinar el estado de bienestar fetal o de malformación en el periodo intrauterino, y cuando se desconocían los riesgos que podrían ocasionar las radiaciones ionizantes o las enfermedades virales.

En definitiva el objetivo de las leyes sobre aborto es cautelar los derechos de la mujer, proveerla de conocimientos sobre éstos y su propia sexualidad, poner a su disposición métodos anticonceptivos seguros, respetar su ubicación en la sociedad y combatir las injusticias de género.

La mujer debe tener autoridad sobre su cuerpo y juzgar sobre su capacidad maternal para decidir cuando y cuantos hijos desea tener.

Los gobiernos deben eliminar todos los obstáculos legales y reglamentarios a la salud reproductiva y crear planes completos de salud dirigidos a edades específicas. Implementar programas sobre sexualidad, anticoncepción y reproducción que ayuden a los y a las adolescentes a desarrollar su capacidad de tomar decisiones responsables. Deben asegurar el acceso universal a información y servicios confidenciales y de alta calidad en materia anticonceptiva, así como atención pre y postnatal para adolescentes al margen de su estado civil.

Asimismo, deben revisar su ordenamiento jurídico, modificando la leyes restrictivas sobre aborto que infringen los instrumentos regionales e internacionales que protegen los derechos humanos de la mujer, entre otros su derecho a la vida, a la salud, a la libertad y seguridad, apoyando leyes que permitan el aborto sin restricción o en situaciones especiales.

Bibliografía e instituciones consultadas

– The Center For Reproductive Rigths

– Organización Mundial de la Salud

– Oficina Panamericana de la

– CELADE

– CEPAL. Naciones Unidas
– Mujeres Hoy

– Human Rights Watch

– IPAS org

El poder y la Vida, de Valery Giscard D.

– Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, Naciones Unidas

– IV Conferencia Mundial de La Mujer, Naciones Unidas

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* Periodista venezolana.

El afiche corresponde a una campaña de educacion sexual de la Universidad de Cali, Colombia.

Nota

Las cinco entregas anteriores se están disponibles para su lectura:

www.pieldeleopardo.com/modules.php?name=News&file=article&sid=1783

www.pieldeleopardo.com/modules.php?name=News&file=article&sid=1813

www.pieldeleopardo.com/modules.php?name=News&file=article&sid=1823

www.pieldeleopardo.com/modules.php?name=News&file=article&sid=1858

www.pieldeleopardo.com/modules.php?name=News&file=article&sid=1878

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