El adiós de su pueblo: Pepe Mujica no se fue, está llegando

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Álvaro Verzi Rangel

Entre lágrimas y flores, gritos de aliento y agradecimiento, los uruguayos despidieron a José “Pepe” Mujica, el exguerrillero que llegó a la presidencia de su país por los votos y se convirtió en referente de la izquierda latinoamericana. “No me voy, estoy llegando”, rezaba en la explanada del Parlamento una bandera gigante del Movimiento de Participación Popular, agrupación de Mujica y sector de la izquierda más votado.

El mandatario Yamandú Orsi, heredero político de Mujica, encabezó, junto con Lucía Topolansky, esposa de Pepe, el cortejo fúnebre que partió desde la sede del Ejecutivo en una procesión que recorrió las calles de la capital uruguaya hasta el Palacio Legislativo, donde se instaló una capilla ardiente abierta a todo el público.Comenzó el velatorio de "Pepe" Mujica en Uruguay: fue Lacalle Pou e irán Lula y Boric - LA NACION

Cuando salió de Plaza Independencia, los restos de Mujica fueron cubiertos con una bandera de Uruguay y con otra del prócer José Artigas, y sonó A don José, la canción de Los Olimareños con letra de Ruben Lena (que obviamente hablaba de Artigas). Una multitud silenciosa, acongojada,  acompañó el cortejo por la avenida 18 de Julio y también sobre las aceras. Fue un hombre que dedicó su vida a la causa de los pobres,

Referente, legado: dos palabras que se repiten una y otra vez para definir a Mujica, conocido por su estilo de vida austero, su lenguaje llano y su prédica anticonsumista. A Mujica le faltó una semana para llegar a los 90 años, el 20 de mayo.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y su par chileno, Gabriel Boric, despidieron este jueves a Mujica en el Palacio Legislativo de Montevideo, tras viajar directamente de la cumbre Celac-China en Beijning. Lula arribó junto a una enorme comitiva. Antes de acercarse al féretro, Lula se abrazó con Lucía Topolansky, antes de besarla en la frente, un gesto que ya había tenido con su fallecido amigo la última vez que lo vio, el 1 de marzo de este año, en la asunción presidencial de Yamandú Orsi.

El sepelio de José Mujica en Montevideo. Su esposa, Lucía Topolansky, y el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, caminan junto al féretro.
El sepelio de José Mujica en Montevideo. Su esposa, Lucía Topolansky, y el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, caminan junto al féretro.

Reconocido por su estilo directo y su postura crítica hacia los sistemas de poder establecidos, el expresidente uruguayo fue una figura que, a lo largo de su vida, generó tanto admiración como controversia.

La amargura de la derrota, la máxima sinceridad y la terquedad de un viejo luchador vivían en sus palabras, pero su gobierno no representó una amenaza para el sistema que él siempre denunció. Para el sistema, su presidencia fue la del «gobierno de izquierda» ideal, conciliando los irreconciliables extremos que sin embargo aceptó, en la medida de sus limitadas capacidades y a costa de su sueldo.

Era la izquierda tolerable por el sistema, la que no la hacía peligrar. No hubo guerra mediática mundial contra Pepe Mujica, como la hubo contra Allende, Fidel o Chávez.

Lula rinde homenaje al expresidente uruguayo José Mujica - Noticias Prensa Latina
Lula rinde su homenaje.Más atrás, Gabriel Boric

Durante su gobierno no hubo cambios en el modelo económico o implementación de mecanismos para la redistribución económica, no se cambió el sistema político ni se tocaron los medios de comunicación. Su ejemplo legitimó a muchos otros seudoizquierdistas incapaces de luchar, que no vacilaron en buscar abrigo bajo las alas del carismático líder. Quizá por ello lo lloran los de abajo y también los de arriba.

Una de las constantes preocupaciones de Mujica fue la crisis ambiental, que no solo atribuía a la degradación del medio ambiente, sino también al sistema político y económico que la propiciaba. En su intervención en la Cumbre de la ONU Rio+20, el 20 de junio de 2012, expresó: “La gran crisis no es ecológica, es política (…). Tenemos que darnos cuenta de que la crisis del agua y de la agresión al medio ambiente no es la causa. La causa es el modelo de civilización que hemos montado. Y lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir”.

“Mi historia personal: la de un muchacho (…) que como otros quiso cambiar su época, su mundo, el sueño de una sociedad libertaria y sin clases. Mis errores son en parte hijos de mi tiempo. Obviamente, los asumo. Pero hay veces que me grito con nostalgia: ‘¡Quién tuviera la fuerza de cuando éramos capaces de abrevar tanta utopía!’” “Viví muchos años en soledad en un calabozo. Hubo noches que cuando me ponían un colchón estaba contento. Repensé todo. Y la felicidad si no la llevás adentro y no la tenés con poco, no la tenés con nada.”

La santificación del guerrillero MujicaMientras tanto, los medios hegemónicos aprovechan para sembrar cizaña entre los frenteamplistas, y se encargaron de revelar un audio inédito en el que se lo escucha hablar de diferentes temas, como la “pobreza intelectual” de algunos dirigentes sindicales y de una charla que tuvo con el multimillonario mexicano Carlos Slim.

Allí señaló: “Tenemos el problema de darle trabajo bueno y calificado al interior, pero lo que más me calienta es que estas cosas tendrían que ser preocupación sindical”. Y agregó: “Me da asco escuchar a los dirigentes sindicales, la pobreza intelectual que tienen en la cabeza”.

Respecto de Cuba, Mujica sostuvo que ese país “hace más de 60 años definió” vivir bajo una “dictadura del proletariado” y con un “partido único”. “No sirve, pero la definieron”, opinó tras adv ertir que no estaba de acuerdo con ese sistema “como método”. “Pero China tiene lo mismo, Vietnam lo mismo, y no decimos nada. Somos caretas, negociamos con ellos y todo está bien”, sostuvo.

Y añadió: Nicaragua y Venezuela son indefendibles como están hoy. Juegan a la democracia y no tienen el coraje de decir: ‘Estamos por la dictadura del proletariado”.

Reunidos en el bar de Molina (fue sede del Movimiento de Liberación Nacional-TupamarosNo me voy, estoy llegando», la frase que se impone en la despedida de Mujica | Mundua | Naiz), la nueva generación que creció y se formó con Mujica, lamentaba dos semanas atrás que Pepe ya no aguantaba conversaciones de más de 20 minutos. Había renunciado a la comida y solo aceptaba agua.

“El viejo” se fue con la tarea cumplida: hoy gobierna en Uruguay unos cuadros formados a su alrededor, como el mandatario Yamandú Orsi, los presidentes del Senado y Diputados Daniel Caggiani y Sebastián Valdomir, Alejandro “Pacha” Sánchez, secretario general de la Presidencia…No vivas temblando frente a la muerte», decía Mujica. «Acéptala como los bichos del monte».

*Sociólogo  y analista internacional, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista seniordel Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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