El cambio climático está provocando sequías más frecuentes y graves en todo el mundo

2

 

Las sequías se están volviendo más frecuentes, prolongadas y severas con el cambio climático, lo que amenaza la seguridad hídrica y ejerce una presión creciente sobre las personas, los ecosistemas y las economías. Desde la reducción de las cosechas y las limitaciones del suministro de energía y el comercio fluvial hasta la degradación de los paisajes y la interrupción de los medios de vida, los impactos de las sequías están en aumento, al igual que sus costos.

El agua y el cambio climático están estrechamente relacionados. El cambio climático afecta al agua presente en el planeta de formas complejas. Desde patrones de precipitación impredecibles hasta la reducción de las capas de hielo, pasando por el aumento del nivel del mar, inundaciones y sequías: la mayor parte de los impactos del cambio climático se reducen al agua (ONU-Agua).

El cambio climático está acelerando tanto la escasez de agua como los peligros relacionados con este recurso (como inundaciones y sequías), ya que el aumento de las temperaturas altera los patrones de precipitación y todo el ciclo del agua. (UNICEF). Está provocando cambios en los patrones de precipitaciones en todo el mundo, lo que también podría estar intensificando los tifones y otras tormentas tropicales.

Taiwán, Filipinas y China se vieron azotadas esta semana por el tifón más potente del año, que cerró escuelas, comercios y mercados financieros ante vientos de hasta 227 km/h. En la costa oriental de China, cientos de miles de personas fueron evacuadas antes de que tocara tierra el jueves.

Cambio climático y gestión del agua: causas y consecuencias ...

El informe Perspectivas Mundiales sobre la Sequía de la OCDE evalúa cómo los países pueden fortalecer la gestión de la sequía para adaptarse al cambio climático. Aporta nuevas perspectivas sobre el creciente impacto humano, ambiental y económico de las sequías y ofrece soluciones políticas prácticas para minimizar las pérdidas, desarrollar resiliencia a largo plazo y apoyar la adaptación a un futuro más seco.

 

La superficie terrestre mundial afectada por sequías se ha duplicado desde 1900, y el 40% del planeta experimenta ahora sequías más frecuentes e intensas. Muchas de las sequías más extremas registradas, como la de Europa en 2022 y la actual sequía en América del Norte, han ocurrido en las últimas décadas. El cambio climático es un factor clave de este creciente riesgo, ya que el aumento de las temperaturas altera los patrones de precipitaciones y acelera la evaporación, reduciendo la disponibilidad de agua dulce. Con un calentamiento de 4 °C, las sequías podrían volverse hasta siete veces más frecuentes e intensas en comparación con la era preindustrial ( IPCC, 2021 ).

Las sequías, un riesgo creciente para los ecosistemas, las comunidades y las economías enteras

Las sequías son responsables del 34% de las muertes relacionadas con desastres ( OMM, 2021 ) y exacerban la pobreza, la desigualdad y el desplazamiento. Al degradar la tierra, las sequías también aceleran la desertificación y contribuyen a la pérdida de biodiversidad. Desde 1980, el 37% de la tierra mundial ha experimentado una pérdida significativa de humedad del suelo, mientras que los niveles de agua en muchos ríos y acuíferos a nivel mundial están disminuyendo.

La agricultura es el sector más vulnerable, con una caída del rendimiento de los cultivos de hasta un 22% en años particularmente secos. A medida que las sequías se intensifican, su impacto económico aumenta: el costo de un episodio de sequía hoy es al menos el doble que en el año 2000, y se proyecta que los costos aumentarán entre un 35% y un 110% para 2035.

Invertir en resiliencia ante la sequía puede salvar vidas y es rentable

A medida que se intensifican los riesgos de sequía, es fundamental actuar de forma proactiva y coordinada para fortalecer la resiliencia y adaptarse al cambio climático. Cada dólar invertido en resiliencia a la sequía puede generar hasta diez dólares en beneficios económicos ( IDMP, 2022 ). Esto significa que, con las políticas e inversiones adecuadas, los gobiernos pueden reducir los impactos inmediatos de la sequía y, al mismo tiempo, generar beneficios a largo plazo.

¿Qué pueden hacer los gobiernos?

  • Adaptar la gestión del agua para abordar los crecientes riesvos climáticos. La gestión del agua debe planificar y adaptarse a los crecientes riesgos que plantea el cambio climático. Gestionar la demanda de agua de forma que permita la renovación sostenible de los recursos hídricos es esencial. Al mismo tiempo, fortalecer la resiliencia de los sistemas de abastecimiento y almacenamiento de agua y proteger los ecosistemas que sirven como fuentes vitales de agua es fundamental para garantizar la seguridad hídrica duradera en un clima cambiante.
  • Invertir en soluciones basadas en la naturaleza y el uso de la tierra para fortalecer la resilencia ante la sequía
  • Promover prácticas agrícolas resilientes al clima
  • Incorporar la resilencia a la sequía en todos los sectores y políticas
También podría gustarte

Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.