El capitalismo rentístico venezolano
Víctor Álvarez R.*
La renta petrolera tiene su origen en un plusvalor internacional que pagan los países consumidores de petróleo. No es el resultado del esfuerzo productivo interno. En Venezuela, la percepción de una creciente renta petrolera engendró una economía con rasgos muy particulares.
1) Dio nacimiento a una clase capitalista que sustentó su proceso de acumulación en la apropiación de una parte importante de esa renta. En el capitalismo clásico, los empresarios se hacen explotando a los trabajadores, pero en el capitalismo rentístico los empresarios nacen cuando consiguen un préstamo de algún banco público. Se trata de una clase capitalista espúrea que se ha reproducido al amparo del Estado y de la distribución de la renta.
La baja presión fiscal, la sobrevaluación del bolívar, los créditos blandos de la banca pública, las compras gubernamentales y las inversiones en infraestructura de apoyo a la actividad productiva fueron algunos de los mecanismos más importantes de distribución de la renta petrolera a favor de esa clase empresarial parasitaria.
El sector privado venezolano debe comprender esto y, también, que las tasas de ganancias tan elevadas que fueron posible en el pasado gracias a la disponibilidad de la renta petrolera ya no son ni serán posibles.
2) La lucha distributiva se basa en la captura de la mayor parte de la renta petrolera y no en el reparto del fruto del esfuerzo productivo interno.
Cuando el ingreso petrolero se derrumba, quedan al descubierto los potenciales conflictos distributivos entre capital y trabajo y se intensifican los reclamos, marchas, paros y huelgas para lograr una mejor distribución del ingreso.
3) La inversión social de la renta petrolera a través de las Misiones ha permitido compensar una distribución regresiva del ingreso en el sector privado de la economía, donde la participación del capital se ha incrementado en desmedro de lo que reciben los trabajadores.
En 1998 a éstos les tocaba el 39.7% del valor creado, superior al 36.2 % que le tocaba al capital. Diez años después, la participación de los trabajadores cayó a 32.8 % mientras que la de los capitalistas subió a 48.8%.
Estos datos son una clara demostración del capitalismo salvaje que aún predomina en Venezuela, el cual no se aprecia en toda su crudeza debido a la inversión social de la renta petrolera. Pero la rivalidad en la distribución del ingreso puede hacerse más cruenta si la renta petrolera no se recupera o la economía no se reactiva en el corto plazo.
*Economista, máster en Planificación del Desarrollo, CENDES-UCV (1988). Ex ministro de Industrias Básicas y Minería de Venezuela.
En La Pupila Insomne (http://victoralvarezrodriguez.blogspot.com).