Steffen Olsen tomó una fotografía el pasado 13 de junio que se viralizó y da la pauta de lo que es el cambio climático: un grupo de perros tira de un trineo en un fiordo de Groenlandia y los animales avanzan sobre hielo derretido. En esta época del año, primavera en el hemisferio norte, las temperaturas apenas superan los tres grados centígrados, por lo que la imagen del fiordo de Inglefield Bredning generó un alerta en la comunidad científica. La semana pasada, casi al mismo tiempo que se sacó la foto, se registró un máximo de 17,3 ºC.
El propio Olssen contó que los pescadores de la zona le dijeron que no habían visto nunca tanto hielo derretido, si bien es común que haya agua encima del hielo en esta época del año. De hecho, las mayores temperaturas y, por tanto, los deshielos, se producen en julio.
«Esta imagen de Groenlandia coloca ante nuestros ojos la emergencia a la que nos enfrentamos. Gobiernos y sociedad debemos que trabajar unidos para frenar las consecuencias de la crisis climática. Lograrlo está en nuestra mano. No podemos dar ni un paso atrás». Así compartió en Twitter la foto el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.
Como consecuencia del derretimiento prematuro de los hielos se altera el equilibrio entre la temperatura y la salinidad del agua marina debido al agua dulce de los glaciares, lo cual puede afectar las corrientes marinas.
En enero pasado, un estudio detectó que entre 2003 y 2013 el hielo de Groenlandia se derritió cuatro veces más rápido, lo cual “podría acelerar la subida del nivel del mar”. El estudio fue publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS), que divulga semanalmente la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Hasta ahora, la mayor preocupación ha sido por los deshielos en el sureste y noreste de la isla. Sin embargo, en el período analizado, la mayor parte del hielo de Groenlandia se perdió en el suroeste, donde prácticamente no hay glaciares.