El Día de la Tierra y el desastre ecológico

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Por Edgardo Condeza *

Nunca como antes en la historia de la humanidad se ha avanzado tanto, y tan rápido, en el desarrollo del conocimiento, la ciencia y la técnica. Sin embargo los resultados de la aplicación del modelo social, económico e ideológico neoliberal constituyen una catástrofe humano-ambiental sin precedentes.>br>

La mitad de la humanidad –tres mil millones de personas– viven con menos de dos dólares diarios. Uno de cada cinco habitantes del planeta vive con menos de un dólar al día. Una de cada cinco personas no tiene agua potable. Cada segundo mueren tres niños de hambre o enfermedades curables.

Según el Banco Mundial el ingreso de los paises industrializados es 37 veces más alto que el de las naciones pobres(1). La fortuna de los tres hombres más ricos del mundo supera la riqueza acumulada de todos los habitantes de los 48 países más pobres(2). Mientras esto sucede el mundo gasta más en armamentos que en salud y educación, y los países miembros de la Organización para la Cooperación Económica destinan US$ 80.000 millones en sobornos y “lobbies” para obtener ventajas o contratos en los estados emergentes(3).

En la última década el cambio climático permite predecir situaciones gravísimas para la humanidad. Según un informe del Pentágono, ministerio de la Defensa de EE.UU., la temperatura del planeta aumentó en alrededor de tres grados en el último siglo, y el recalentamiento se acelera. Este cambio del clima puede llevar al planeta al borde de la extinción; no obstante, los países poderosos insisten en desarrollar armas para asegurar y defender sus abastecimientos de comida, agua dulce y energía, que serán insuficientes.

El mismo informe presenta diversos escenarios probables. Por ejemplo: que las alteraciones climáticas harán que vastas zonas de Europa occidental se vuelvan inhabitables, sobre todo en los Países Bajos, y que Estados Unidos y la UE podrían convertirse en campos fortificados para rechazar a millones de seres humanos en busca de refugio, porque sus países de origen habrán sido liquidados por sequías, inundaciones o el aumento del nivel del mar.

Consecuencias en Chile

En el caso de la extensa costa chilena, el efecto de la corriente marina El Niño sobre la de Humboldt elevará la temperatura del océano con la consiguiente mortandad de especies marinas, que necesitan aguas frías, ricas en nutrientes y oxígeno. El clima templado cambiará, de acuerdo a la latitud, a tropical, y con ello se alterará tanto la actividad de las especies de cultivo como el hábitat de la vida silvestre, incluyendo la acción de los microorganismos y virus que producen efectos positivos o, en otros casos, enfermedades nuevas o cepas nuevas de enfermedades antiguas que se vuelven resistentes a los fármacos(4).

Cada año desaparecen 17 millones de hectáreas de selvas(2): cuatro veces la superficie de la IV Región. Cada año desaparecen 6.000 especies animales(2) que han demorado siglos en formarse y cuya relación con los seres humanos podría ser beneficiosa a la agricultura, la medicina, etc.

Qué hacer frente a esta dramática situación

No debemos, sin embargo, considerar el cuadro que se desprende de lo dicho como natural a la condición humana. Es necesario combatir el fatalismo. Lo que existe no es el producto de fuerzas extrañas: son obras humanas que podemos y debemos cambiar. Lo único permanente es que nada es permanente.

Por tanto:

1. Hay que fortalecer la esperanza de que el cambio es posible; que la humanidad, a través del tiempo, es capaz de actuar de acuerdo a una ética y humanismo sustentable en una relación armoniosa con el ambiente que nos rodea.

2. Este es un trabajo de cada persona: si cambiamos, cambia el mundo.

3. Se trata de una labor que debemos organizar con otros seres en la diversidad de nuestras concepciones ideológicas, religiosas o partidistas. Es necesario apoyar a las instituciones y personas que se dedican a estas labores.

4. Los ciudadanos de América Latina y del mundo, deben ser consultados. Entre otras cosas, debe preguntárseles:

–¿Está de acuerdo en que nuestros descendientes deben heredar un ambiente cuya calidad sea mejor que la del actual?

–¿Está de acuerdo en que los gobernantes deben actuar en consonancia con el Programa de la Reforma de 1848, en Francia, que expresa: «los gobernantes en una democracia bien constituida son los mandatarios del pueblo y deben ser responsables y revocables?” Y ser revocados si no establecen medidas para un verdadero desarrollo sustentable.

–¿Está de acuerdo con que toda inversión y desarrollo productivo que afecte esencialmente la vida de las personas deba ser previamente consultado con la ciudadanía?

5. Debe legislarse para que –perentoriamente– toda persona que cumpla actividades de servicio público en el Estado, deba conocer la ecología y actuar precautoria y científicamente de acuerdo con las determinaciones que la ciudadanía le ha encomendado. Los mandatarios no debe ser contratados, formar parte o ser accionistas de empresas que perjudican el ambiente.

Fuentes de Información:

(1) Sara Larraín
(2) Ignacio Ramonet
(3) Sadruddin Aga Khan
(4) Ecoceanos News

* El doctor Condeza preside el Movimiento por la Consulta
y los Derechos Ciudadanos de Chile
(econdeza@entelchile.net).

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