EL FUTURO VISTO DESDE EL SISTEMA ECONÓMICO MUNDIAL

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Una variada troupe de economistas dibuja con algunas letras las perspectivas que tiene la evolución de la economía. Esas letras son V – U – W o L y con ellas identifican el sentido de la evolución de esta peste, considerada –desde lo económico- como la más significativa desde la depresión de 1929.

A continuación se reseñan cómo serían los escenarios de la recuperación económica a escala mundial y que fueron identificados con las mencionadas letras. Estas mediciones, hechas por expertos de la economía occidental, fueron hechas según las previsiones para la evolución del PBI.

La “V” identifica la perspectiva más esperada por los mercados. En ese sentido estiman como lo mejor que les podría pasar es que a esta brutal caída de las economías le suceda una recuperación a la misma velocidad, una vez que la situación de cada país haya tocado fondo. En ese sentido hay acuerdo que la economía mundial tendrá este año una caída que algunos estiman que podría llegar al 5%. Este esquema supondría que la situación global toque fondo durante este semestre y en el último trimestre del año ya se constituya en un punto de recuperación y el año próximo la situación pueda alcanzar los niveles anteriores al inicio de la pandemia.

En ese mundo del futuro, muy parecido al que existía antes, no hay lugar para cambios profundos en la situación social.

Los que dibujan la perspectiva con la “U” constituyen la mayoría de los economistas del sistema. Son los que evalúan que estamos transitando una rápida y profunda caída. A ella le sucedería un período de varios meses de un amesetamiento y desde allí podría iniciar el esperado remonte, con un rotundo crecimiento, particularmente en la segunda mitad del año próximo.

Estas opciones parten del supuesto que el futuro es reiteración del pasado y que el sistema, globalmente visto, superará este trance, sin grandes sobresaltos económicos o sociales y está basado en la perspectiva que China, EU y Europa, a pesar de sus diferencias, continúen siendo la “locomotora” de la actual economía.

Optan por un dibujo en “W” quienes consideran que la crisis es más profunda, va más allá de los datos económicos y no se emergerá de ella sin cambios estructurales que abarquen economía y cultura. Este dibujo da cuenta de una situación sanitaria donde hay mejoras seguidas de recaídas, en ese caso acompañadas de un marco social inestable. Sanitariamente estas mejoras y recaídas tienen que ver con lo dicho sobre una enfermedad de largo alcance por lo cual la curva de infectados también tendría esos vaivenes.

Como una parte aún más crítica de estas consideraciones esta el dibujo en “L” lo que supone la compartida idea de la actual caída, pero –en este caso- ella se continuaría con un largo período de crisis en medio del cual se profundizaría la crisis social con resultados hoy indescifrables.

Más allá de estas consideraciones hay una coincidencia generalizada que este segundo trimestre 2020 será –muy posiblemente- el período más doloroso de esta gigantesca tragedia colectiva. Sus efectos sobre la economía se dejarán sentir con fuerza. Pero hay otro factor que es imposible no señalar en momentos que terminamos de recordar otro 1° de Mayo, se trata de la situación de los trabajadores. No solo son centenares de miles los que están viviendo la zozobra acerca de su futuro, motivada en despidos, suspensiones, cierres y rebajas salariales. Hay una cuestión que no podemos dejar de señalar.

Desde las usinas del sistema se anuncia que se está planificando que en la “salida” de esta crisis se prevé que millones de puestos de trabajo dejarán de existir o serán reemplazados por el teletrabajo, cuyas experiencias masivas se están realizando en estas cuarentenas. Es por ello que muchos piensan que estamos  ante una “guerra bacteriológica” que apunta a suprimir población, reducir trabajo y sembrar el miedo para controlar mejor a las sociedades.

De todos modos y por fuera de los economistas del sistema crece la idea que el actual modelo económico, sustento de este capitalismo mundial, está transcurriendo su período de agotamiento, vejez y senilidad.

Esa debilidad está demostrada por el hecho que un virus está poniendo en crisis al sistema científicamente más tecnificado y económicamente más poderoso que la humanidad ha conocido en toda su historia.

Juan Guahán

 

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