El grupo Luksic, kraken marítimo, terrestre y aéreo de las finanzas en Chile
Hugo Fazio.*
El grupo económico Luksic, aprovechando las gigantescas rentabilidades obtenidas con sus explotaciones cupríferas en Chile y en lucrativas operaciones financieras, está ampliándose hacia nuevas actividades económicas y expandiendo sus inversiones en metal rojo en un amplio abanico de países. Es un imperio que crece, en primer lugar, gracias al saqueo que en general hace la gran minería privada de la principal riqueza natural chilena.
En pocos días adquirió la segunda empresa distribuidora de combustibles en territorio nacional, Shell; tomó una participación controladora en la Compañía Sudamericana de Vapores; llegó a un acuerdo para ampliar su participación accionaria hasta un 20% en la empresa francesa de cable Nexans, líder mundial del sector; e inauguró en la II Región el yacimiento cuprífero y aurífero de Esperanza.
En este proyecto, con una participación de 30% participa el consorcio nipón Marubeni, que es también su socio en Los Pelambres y El Tesoro. Las alianzas con capitales extranjeros ha sido un mecanismo ampliamente utilizado en su proceso de crecimiento.
El grupo Luksic —el más poderoso e internacionalizado del país— en pocos días concretó adquisiciones o concordó aumentos de participaciones por una suma global superior a los US$ 1.100 millones, que se comprometió a seguir incrementando en los próximos días. El desembolso mayor se producirá con la adquisición de los activos de distribución de combustibles de la transnacional anglo-británica Shell Pretoleum Company en US$ 614 millones. La operación fue efectuada a través del holding Quiñenco que maneja sus negocios financieros, industriales y comerciales.
La adquisición significa controlar 300 estaciones de servicios con más de 60 tiendas de conveniencia, además de la distribución a clientes industriales de los combustibles y de los lubricantes Shell. Por otra parte, pasa a tener el 14,9% de la propiedad de la Sociedad Nacional de Oleoductos (Sonacol) y el 33% de los depósitos de combustibles en el aeropuerto de Pudahuel.
El año pasado, el grupo Luksic obtuvo ganancias atribuibles ascendentes a US$ 1.677 millones, monto un 75% mayor que en 2009. De ese total, US$ 988 millones, un 72,9% superior al año anterior, fueron generados en la gran minería del cobre. Quiñenco, donde tiene una participación de 82%, le proporcionó US$ 511 millones, prácticamente doblando los montos atribuibles de 2009. Con este resultado se consolida como el mayor grupo económico del país, seguido a gran distancia por el Grupo Matte, que logró ganancias atribuibles de US$ 810,8 millones.
En general, un alto porcentaje de las utilidades obtenidas en 2010 por las sociedades anónimas se originaron en el sector minero. Estrategia calculó, con la variación de resultados entregados en base a las normas contables IFRS, que el aumento de ganancias durante el año pasado del conjunto de estas compañías fue de US$ 9.480 millones, de las cuales un poco menos de la mitad las obtuvieron empresas mineras, US$ 4.604 millones. Una vez más los hechos muestran que las ganancias registradas en este sector son particularmente elevadas.
Quiñenco cerró el año 2010 con una amplia caja disponible, ascendente a US$ 681 millones en efectivo, más del doble que los US$ 275 millones registrado en 2009. Sus ganancias crecieron el año pasado en un 88% provenientes principalmente del Banco de Chile, donde se encuentra asociado en su control en partes iguales con el consorcio norteamericano Citigroup.
En 2010 se concretó la venta de un porcentaje de LQ Inversiones Financieras, matriz del Banco de Chile, a la poderosa institución financiera estadounidense, lo que le permitió recaudar US$ 1.100 millones. Además en el año el grupo Luksic vendió Telefónica del Sur, lo cual le generó una ganancia de $ 8.725 millones.
La historia de crecimiento del grupo está muy vinculada con asociaciones a capitales transnacionales. Además de la ya consignada en el Banco de Chile, CCU lo está con Heineken, la transnacional japonesa Marubeni es socio minoritario en tres de sus explotaciones cupríferas en territorio nacional, en Pakistán se encuentra asociado con Barrick Gold y Madeco es accionista de la francesa Nexans.
El grupo tiene también presencia en Croacia, lugar de origen de su fundador: Andrónico Luksic Abaroa. En dicho país posee el complejo hotelero Playa Laguna de 250 hectáreas y los hoteles Argentina y Croacia.
Desde 1997, el grupo Luksic ha obtenido un diferencial positivo entre ventas efectuadas de empresas o participaciones accionarias en ellas y adquisiciones realizadas ascendente a US$ 1.992 millones, suma que representa un 43% de los precios de ventas obtenidos. Estas operaciones han formado en algunas ocasiones parte de su proceso de expansión y en otras han sido concretamente compra-ventas efectuadas con el propósito en definitiva de obtener utilidades a través de inversiones financieras.
Su venta de participación más importante en el último tiempo fue la del 50% de LQ Inversiones Financieras a Citigroup que condujo al control conjunto del Banco de Chile. Ella le generó una ganancia neta de US$ 350 millones, al tiempo que potenció las operaciones internacionales del segundo mayor banco del país, detrás del español Santander. Así, al mismo tiempo, incrementó la participación de consorcios extranjeros en el sistema bancario chileno. Antes de la fusión con los Luksic el Citibank en el país tenía una presencia relativamente reducida.
El grupo Luksic creció particularmente en el sector bancario a través de asociaciones, fusiones y venta de participaciones hasta llegar a la situación actual. En 1999 vendió al Banco Santander Central Hispano la participación de 50% que tenía en el conglomerado financiero OHCH, que controlaba el Banco de Santiago, el segundo en ese momento de mayor importancia en el país detrás del Banco de Chile. La operación se efectuó a través de ofertas mutuas destinadas a adquirir la mitad accionaria perteneciente a la otra parte. Ello condujo al crecimiento en el país del Banco Santander y excluyó transitoriamente al grupo Luksic del sector.
Desde ese momento desarrolló una táctica para pasar a ser accionista mayoritario del Banco de Chile, que concluyó exitosamente con el apoyo de un préstamo concedido por el Banco del Estado durante el gobierno de Ricardo Lagos. El monto de la transacción del conglomerado financiero OHCH ascendió a US$ 867 millones, dejándole a los Luksic una utilidad de US$ 457 millones. Esta asociación fue fruto de una fusión entre el Banco O’Higgins, controlado por los Luksic, y el Central Hispano adquirido posteriormente en España por el Santander, llevando a su disolución.
Con la adquisición de Shell el grupo Luksic se ubica en el segundo lugar en distribución de combustibles en el país detrás de Empresas Copec, controlada por el grupo Angelini, que adquirió también Terpel, cuyos activos y pasivos los clasifica en su balance como “mantenidos para la venta”, esperándose que se produzca su traspaso en un futuro próximo. Terpel tiene, si se toma como referencia la memoria 2009 de Copec, una participación de mercado muy similar a la de la poderosa empresa brasileña Petrobras.
La inversión realizada por la empresa colombiana, adquirida por Copec, al entrar a Chile el año 2007 comprando los activos de la española Repsol-YPF, fue de US$ 210 millones.
Guillermo Luksic, presidente de Quiñenco, dejó claro que se pretende seguir creciendo en el sector. “No entramos al negocio —dijo— para ser actores chicos, queremos ser actores grandes” (09/04/11). De esta manera, finalmente, los Luksic alcanzan un objetivo buscado hace largo tiempo: ingresar al negocio del comercio al detalle, que les permite disponer de abundante caja financiera.
Pocos días antes Madeco —filial de Quiñenco— llegó a un acuerdo con la transnacional francesa Nexans para aumentar su presencia accionaria que a la fecha es de 9,2% hasta un 20%, dándosele un plazo de 18 meses para alcanzar el 15% de la propiedad y de tres años para sumar los otros cinco puntos porcentuales.
Se estima que el desembolso a efectuarse sería de unos US $290 millones. Cuando Madeco complete el 15% de participación accionaria tendrá derecho a designar tres directores. Madeco ya es el mayor accionista individual de la transnacional, en que la mayor parte de los títulos se encuentran en poder de inversionistas institucionales, con un 65,7% del total, de acuerdo a cifras de agosto de 2010.
De esta manera, se intensifica el proceso de internacionalización del grupo, que se expresa con particular fuerza en la minería cuprífera[1].
Madeco es el adquirente, de acuerdo al diario La Tercera, de entre la quinta y la cuarta parte de la chatarra de cobre que se comercializa en el país, que se cifra a precios actuales en unos US$ 200 millones. Sorpresivamente las empresas eléctricas Chilectra, CGE Distribución, Saesa y Chilquinta decidieron rescindir su venta de desechos del metal rojo a la empresa del grupo Luksic, “tras el caso —informó la publicación— de compra de cobre de origen ilícito a Italo Nolli, abatido por la policía el 23 de marzo luego de la muerte de dos detectives en San Bernardo, en las inmediaciones de la fundición de la firma”.
La decisión fue adoptada en una reunión del comité de la asociación que agrupa a las empresas eléctricas mientras se aclare el caso, afirmándose que “Madeco había comprado a Nolli chatarra de cobre, a través de la compañía Goycolea Ltda.” (06/04/11). Las empresas eléctricas tienen suscrito un contrato con Madeco para venderles todo el cable eléctrico desechado.
El acuerdo con Nexans fue a su vez precedido por la compra en US$ 120 millones de un 10% de la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV) a su empresa matriz, Marítima de Inversiones S.A. (Marinsa), consorcio naviero controlado por el grupo económico Claro, que enfrentaba una difícil situación financiera. Porcentaje que se incrementó rápidamente al 18% al adquirir otro 8% de las acciones a Marinsa en otros US$120 millones, anunciándose simultáneamente que entre ambos grupos económicos se suscribirá un pacto de accionistas para controlar en forma conjunta la mayor empresa naviera del país y la décima a nivel mundial.
A mediados de marzo, la CSAV había anunciado un plan de rescate para enfrentar sus dificultades financieras de US$ 1.000 millones, al alcanzar el acuerdo con los Luksic ese plan pasó a tener la forma de un incremento de capital por el mismo monto, que se efectuará en dos etapas de US$ 500 millones cada una.
Tanto Quiñenco como Marinsa se comprometieron a suscribir su parte, con el objetivo de quedar cada uno de los holdings con un 20% de las acciones y concordaron en garantizar que el directorio de CSAV sea encabezada por un representante de los Luksic y la vicepresidencia sea asumida por uno del grupo Claro. Así se acordó en la junta de accionistas de la naviera: Guillermo Luksic fue nominado presidente y Juan Antonio Alvarez, del grupo Claro, vicepresidente. El directorio quedó conformado por tres representantes de cada uno de estos grupos y otros tantos elegidos con el 21,8% de los títulos en poder de las AFP.
Luksic declaró, luego de ser designado, que su grupo proporcionará a Vapores todos los recursos financieros que sean necesarios para revertir la complicada situación de la CSAV, afectada por la reducción en las tarifas marítimas y el sostenido aumento experimentado en la cotización de los combustibles. “Cada uno de esos factores es un problema severo—subrayó Juan Antonio Álvarez—, la combinación de ambos es un problema de gran magnitud” (09/04/11).
Con el aumento de capital a producirse la inversión de Quiñenco en CSAV llegará a los US$ 500 millones. “Es la intención de Quiñenco —precisó la empresa en un hecho esencial informado a la Superintendencia de Valores y Seguros— participar en partes iguales con Marinsa en la propiedad de las acciones de CSAV” (07/04/11).
De esta manera, los Luksic pasan a ejercer un papel protagónico en el sector naviero en una empresa que por el giro de su negocio tiene una dimensión internacional. “CSAV es la empresa chilena más internacionalizada con operaciones en los cinco continentes —recalcó Guillermo Luksic— (…) confirmando la vocación de globalización del grupo”.
El grupo Luksic posee dos holdings a través de los cuales controla sus diferentes empresas. Uno es Antofagasta Minerals S.A (Amsa), presente en la gran minería del cobre, siendo un importante actor a nivel mundial y que con sus gigantescas ganancias es fundamental en su proceso de expansión.
En definitiva es una de las demostraciones vivas de las ganancias excesivas que se están obteniendo en la gran minería privada del cobre, que es tocada muy marginalmente por el impuesto denominado equivocadamente como royalty. El segundo es Quiñenco, donde el grupo tiene el 83% de la propiedad, que queda a partir de las inversiones efectuadas con cinco áreas de actividades canalizadas en Madeco, CCU, Banco de Chile, CSAV y a futuro Shell, con la cual tiene un acuerdo de licencia durante 5 años.
El 7 de abril se inauguró Minera Esperanza, el nuevo proyecto del grupo en la gran minería cuprífera, que producirá un promedio anual durante los próximos diez años 190.000 toneladas de cobre fino y 230.000 onzas de oro. Su producción se triplicaría en el distrito de Sierra Gorda si se materializan los proyectos Telégrafo, Caracoles y Antucoya, que también desean llevar adelante en conjunto con el consorcio nipón Marubeni.
Minera Esperanza es el único gran proyecto cuprífero en el mundo a inaugurarse hasta el año 2014. El anterior fue el proyecto Gaby de Codelco el año 2008. El mayor proyecto internacional del grupo, Reko Diq en Paquistán para concretarse debe superar aún autorizaciones internas.
El sector ha sido determinante para que los Luksic constituyan una de las mayores fortunas familiares a nivel mundial. Forbes estimó que en 2010 ella alcanzó a US$ 19.200 millones.
[1] Véas, La crisis económica modifica el mapa de la Extrema Riqueza, Cenda 2010, págs. 111—122
* En El Ciudadano (www.elciudadano.cl).
.