La dos veces expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, la dirigenta más importante de la oposición al gobierno de ultraderecha, finalmente irá a la cárcel y deberá cumplir una pena de seis años de prisión y quedará inhabilitada para ser funcionaria pública por el resto de sus días.
Los mercados financieros festejaron, al igual que en el gobierno libertario, que prefiere olvidar la criptoestafa de $Libra estimulada por el presidente Javier Milei.
Tras el fallo de la Corte Suprema de Justicia que la proscribe, las manifestaciones se diseminaron por todo el país, hubo cortes de rutas y autopistas y en la ciudad de Buenos Aires arrancó un acampe frente al Palacio de Tribunales para denunciar que “la democracia está en riesgo”. Además, parte de la militancia mantiene la vigilia frente a la casa de la expresidenta para demostrarle su apoyo. «La vi fuerte, acompañada del cariño del pueblo y dispuesta a más lucha y resistencia por una Argentina democrática», dijo el Pemio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, tras reunirse con ella en su domicilio.
«No somos la derecha mafiosa que elude las órdenes judiciales», afirmó la expresidenta, que explicó que la prisión domiciliaria que solicitaron sus abogados «no es un privilegio» y calificó a los tres jueces del máximo tribunal como «el Triunvirato títere que funge como ficción de Corte Suprema».
Movilización
El peronismo prepara una gigantesca movilización para el miércoles, cuando Cristina se presente en los tribunales de Comodoro Py, el momento en que se haría efectiva su detención como consecuencia de la sentencia de la Corte Suprema que dejó firme su condena.
El jefe de Gabinete de Milei, Guillermo Francos, pidió que la detención se maneje sin show. «Debería respetarse esa intimidad. Es un momento duro, una condena a seis años de prisión, la suspensión de todos los derechos políticos, no es un tema sencillo…», dijo. Para equilibrar pidió que «no se genere un show de ningún lado» al apuntar a la militancia movilizada. El Gobierno se esfujerza por repetir intentos por despegarse de la decisión de la Corte pese a que en marzo Milei anunció: «va a ir presa».

El Poder Judicial argentino ha sido históricamente funcional a los poderes económicos y el reciente fallo contra Cristina, una condena política bajo el ropaje de «anticorrupción»- expone el lawfare en acción: la manipulación de la Justicia para eliminar adversarios, mientras archiva causas contra empresarios y funcionarios del corrupto gobierno neoliberal de Mauricio Macri.
El Tribunal declaró penalmente responsable de administración fraudulenta en perjuicio del Estado por favorecer al empresario Lázaro Báez en la adjudicación de obras viales en la sureña provincia de Santa Cruz. Los jueces absolvieron a otros imputados claves, como el exministro Julio De Vido, y descartaron la figura de «asociación ilícita» que los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola habían impulsado.
Esta inconsistencia revela que el verdadero objetivo nunca fue investigar la corrupción, sino golpear políticamente al kirchnerismo, en medio del escándalo por las filtraciones ilegales que expuso la connivencia entre jueces, empresarios y funcionarios macristas, como el juez Julián Ercolini, uno de los impulsores de la causa.
Además, se confirmó que las pruebas fueron obtenidas mediante espionaje ilegal, un método que el Poder Judicial, el más antidemocrático de los poderes del Estado, usa con frecuencia para armar causas penales. Es que los jueces se designan mediante mecanismos cerrados, conformando una especie de aristocracia institucional ajena al voto popular, en general personas vinculadas terratenientes, grandes empresarios y al Partido Militar.
Propuestas como la elección directa de jueces, la formación de juicios por jurados y el derecho a la revocabilidad por parte de sus electores serían mil veces más democráticas que el sistema actual.
Pero no se trata de una lisa y llana proscripción. Ahora lo esencial consiste en comprender los desafíos de la etapa que se abre donde el peronismo parece carecer de orientación y conducción táctica, al igual de lo que ocurrió el primero de setiembre de 2022 con el intento frustrado de magnicidio contra Cristina, que si bien fue sorpresivo, evidenció la carencia de conducción táctica. La historia vuelve a repetirse tres años después.
“Los caminos se cierran. La caja de herramientas está oxidada. El cierre de ciclo no solo afecta al período de la gobernabilidad progresista abierto en 2001, sino que se extiende más allá y amenaza incluso con poner en suspenso las pautas mínimas del consenso democrático inaugurado en 1983. La única manera de salir de la impotencia es asumir que entramos a una dimensión desconocida. Seguir actuando por inercia, como si no nos hubieran declarado la guerra, es aceptar la condena mansamente. Como corderos atados”, señala la revista Crisis.
Luego de la sentencia, la expresidencia dijo a sus seguidores: “A militar, a organizarse, a estar junto a la gente que lo necesita, junto a todos esos colectivos sociales que hoy están siendo agredidos por estas políticas, a profundizar el acercamiento y la empatía con la gente. Es fundamental que vean una dirigencia política y social comprometida con los problemas de la gente y no con los problemas que tienen las dirigencias entre ellos”.
Con visión táctica, Cristina insuflaba la idea de que lo importante está en volver a conectar con las bases, en reconstruir un pueblo agredido y fragmentado, y dejar de pelear por arriba en torno a candidaturas y liderazgos estallados”, mientras dirigentes de su propio partido hablaban de abstenerse de participar en las próximas elecciones, sin medir las consecuencias de abandonar la lucha cuando más se los necesita, sin siquiera imaginar decisiones disruptivas.
Quizá la dirigencia peronista deba leer lo que dijo la exmandataria: “En realidad, este cepo al voto popular no lo pone este triunvirato de impresentables que funge como una ficción de la Corte Suprema. No se confundan, son tres monigotes que responden a mandos naturales muy por arriba de ellos. Que nadie se confunda porque lo peor, tampoco es el oficialismo. Es el poder económico concentrado de la República Argentina, mis queridos compañeros y compañeras”.
El círculo rojo, un poder nada democrático que deja en el mundo la imagen de que la farsa vuelve a emerger. La sensación de que estamos jugando en una cancha cada vez más inclinada. De que estuvimos imbuidos en una ilusión de la que va siendo hora de despertar. La proscripción de Cristina no es un hecho aislado sino la demostración de la prepotencia reaccionaria.
En el país de Javier Milei y una Corte Suprema alineada con el poder real, una pintada en la calle puede convertirse en motivo de allanamiento, secuestro de pertenencias y detención en plena madrugada. Así lo vivió en carne propia un militante peronista que pasó unas horas preso, acusado de amenazas e intimidación por una pintada en la vía pública que decía «Rosatti ojo». Rosatti es el presiente de la Corte Suprema.
Este viernes, el Juzgado Electoral de La Plata recibió una acción de amparo presentada por la agrupación «Abogados Solidarios» para asegurar la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner a legisladora provincial por la Tercera Sección Electoral en los comicios del 7 de septiembre. El demandante, Daniel Llermanos, sostiene que su inhabilitación, derivada de la condena en la causa Vialidad, «restringe la oferta electoral y afecta [su] derecho a elegir».
La proscripción de CFK no es un hecho aislado, ni el punto de llegada de la prepotencia reaccionaria. Esto recién comienza y todo parece indicar que los poderosos están decididos a ir a fondo. Los Curas en la Opción por las y los Pobres (COPP) emitieron un durísimo documento crítico hacia el Poder Judicial en el que afirman, entre otras cuestiones, que “juicios empañados en todas las instancias por complicidad de los jueces con el poder político, podrán dictar ‘sentencia’, nunca justicia” porque “esta le es ajena” y señalan que en la Argentina el Poder Judicial es “la institución menos creíble”.
* Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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