El modelo de sustitución de importaciones de ideas

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Desde el otro lado de los Andes la educación superior continúa siendo simplemente un gasto casi suntuario del Estado y no una necesidad de formar científicos, profesionales, académicos y tecnólogos que con vocación nacional se comprometan con el desarrollo propio.

La gratuidad de la enseñanza universitaria decretada por el Presidente Perón en 1949, es una inversión indispensable para sustituir la importación de ideas, para cuestionar la verdad y el pensamiento único. Si no fuera así terminaríamos siendo maquiladores de capital, de productos e ideas ajenas.

Afortunadamente, el Presidente Kirchner se negó a aceptar el ALCA hace ya seis años. La supuesta globalización es un globo cuyo piolín lo manejan los poderosos, generando más pobreza y menos democracia.

Las medidas políticas aplicadas desde el año 2003, desde el rechazo al ALCA, el desendeudamiento y el pago de la deuda externa con reservas, la nacionalización de las AFJP, el empoderamiento de los menos favorecidos a través de la asignación universal por hijo, la inversión del presupuesto destinado al pago de la deuda hacia la inversión en educación, la derogación de las leyes de punto final y obediencia debida, la restitución de las paritarias, el aumento bianual a los jubilados, el matrimonio igualitario, la ley de medios suprimiendo los monopolios informativos y tantas otras medidas que ensanchan los derechos democráticos del pueblo nos confirman que no somos maquiladores de ideas ajenas.

En 1949, el filósofo y Ministro de Educación mexicano, José Vasconcelos, nos decía en el Primer Congreso de Filosofía:: “la verdad es armonía de pensamiento y realidad…afortunadamente, en nuestros pueblos, el filósofo ha sido, por lo menos en la etapa heroica de nuestra formación nacional, un héroe de la idea; un creador de cultura” (…) cada nueva doctrina filosófica se convertía en el alma de una cruzada de inmediata aplicación social”.

En Nuestra América, la construcción social de la libertad y de la democracia no es imaginaria ni utópica como las de Tomás Moro, la de Campanella o la de Bacon, sigue siendo un lugar donde hacerla realidad.

* Rectora de la Universidad Nacional de Lanús

 

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