El mundo según Bigio. – HISTORIA, PLANETAS Y CONSPIRACIONES

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

LA MALDICIÓN DEL CONGO

Congo suele tener un primer nombre que representa exactamente lo opuesto a lo que es. En 1885-1908 obtuvo su actual delimitación bajo el nombre de «Estado Libre», pese a que fue adquirido como feudo privado del rey belga Leopoldo –quien logró exterminar a la mitad de sus habitantes: entre 5 y 15 millones de congoleses.

Desde 1997 se llama República Democrática del Congo, pese a que durante las guerras civiles de la última década han muerto cuatro millones de personas, la cifra más alta de bajas en cualquier país luego de la II Guerra Mundial –la misma que, paradójicamente, acabó con la carnicería de 100,000 japoneses con bombas atómicas hechas con uranio …del Congo–.

 

Ahora Congo tiene sus primeras elecciones pluripartidarias en cuatro décadas. Quienes entraron en la segunda vuelta –Kabila y Bemba– iniciaron su nueva campaña electoral con más violencia. Ambos han liderado carnicerías contra civiles y Bemba ha promovido el canibalismo contra sus enemigos.

 

Congo es también extactamente lo opuesto a lo que debería ser. Sus habitantes están entre los más pobres y masacrados del mundo, aunque su suelo –por su fertilidad y riquezas mineras– es uno de los más ricos del planeta.

 
¡SALVAR A PLUTÓN!

El perro de Disney, Pluto, en realidad se llama Plutón –Pluto es Plutón en inglés– y fue bautizado así en honor al único planeta descubierto por un estadounidense. Con el tiempo se ha visto que Plutón era más chico de lo inicialmente calculado. Hoy se sabe que son más grandes que él nuestra Luna y otras seis más, y también Xena, una bola de hielo en la periferie del sistema solar.

Muchos astrónomos han propesto degradar a Plutón como planeta –que además tiene una órbita excéntrica que no es paralela a la del resto de los ocho planetas del sistema solar–. Sin embargo en EEUU Plutón es casi materia de orgullo nacional y a los escolares se les movilizó para «salvar a Pluto».

 

Para decidir si el número de planetas se reduce a ocho o se amplía, se realiza una conferencia internacional con 20 veces más votos que en la ONU. La Unión Astronómica Internacional ha propuesto una definición que haría que se consideren planetas a la luna de Plutón, al asteroide Ceres y a Xena.

Y como se han venido descubriendo al menos otros seis mundos congelados mayores que Ceres, es posible que no sólo pasemos de nueve a 12 planetas sino que reconozcamos tener decenas más tras nuestro sol. En EEUU muchos se aliviarían pues «se salvaría a Plutón». 

Terrorismo:
AMENAZA Y CONVENIENCIA POLÍTICA

Nos encontramos ad portas del quinto aniversario del 11 de septiembre**. A medida que se acerca ese día, Londres y Wáshington no quieren perder la iniciativa ante Al Qaeda o ser sorprendidos por un nuevo ataque de la organización. Quieren seguir sacando provecho de élla para avanzar a nivel externo e interno.

Cuando faltaba un mes para dicha fecha los servicios secretos revelaron un supuesto complot igual o peor al del 9/11 de 2001 (en inglés se fecha primero el mes, luego el día y finalmente el año). Pocos días después, George W. Bush y Tony Blair presionaron a Israel y a Jezbolá para cesar el fuego en Líbano. Ambos hechos están conectados.

Según la información oficial, el macro atentado hubiese buscado golpear no sólo a una, sino a las dos potencias que invadieron Iraq y Afganistán, derrumbando el triple de aviones que el 9/11. La gran novedad que se revela en este plan, así como en el que se preparó contra Londres el 7 y 21 de julio de 2005, es que los perpetradores no son visitantes sauditas, sino británicos nativos. Esto evidencia que la invasión a Iraq, en vez de haber detenido a Al Qaeda, ha logrado que esta cale por primera vez dentro de un sector de los 20 millones de musulmanes europeos.

La respuesta de los republicanos de EEUU es que el enemigo es el «fascismo islámico», en el cual ponen en una sola bolsa, tanto a Al Qaeda como a Jezbolá y Hamás. Londres, en cambio, ha estado siempre buscando diferenciar a estos dos últimos y a Irán –con quien están ligados–, pues cree que con ellos sí es posible negociar.

Para The Economist, Hezbolá venía representando un modelo de partido militar que se va legalizando y acoplando al sistema. La visión británica ha buscado siempre ir presionando a Irán, Jezbolá y Hamás para que se «moderen», a cambio de lo cual recibirían un mejor trato económico y político.

Sin embargo la estrategia de Bush es la de presentar a Osama ben Laden como el gran demonio a usar como centro de sus ataques, pues su fin es imponerse como la potencia dominante en Asia Occidental –sacando provecho del inicial repliegue ruso– e imponer allí su modelo liberal y de economía abierta a sus inversionistas.

La invasión a Líbano lanzada el 12 de julio tuvo como objeto distraer a la opinión mundial de los reveses que vienen sufriendo en Iraq y Afganistán y utilizar a Israel para que procure un alto a los envalentonados Irán y Siria.

Así como hace un lustro Bush sacó provecho de la matanza del 9/11 para tornarse popular lanzando una contraofensiva bélica, esta vez Olmert –quien venía de ganar las elecciones israelíes de enero con apenas un tercio de los votos– usó la cuestión del secuestro de dos soldados hebreos para bombardear.

Él sabe que así no podrá erradicar a Jezbolá, pero ello le fue importante para obtener un 80% a 90% de apoyo interno. Ahora, aunque inicialmente se posterguen nuevos repliegues de Cisjordania, Olmert se irá prepararando para hacer lo mismo que Sharon hizo después de bombardear Gaza y asesinar a los dos jefes de Hamás: ordenar una desconexión de ciertas zonas palestinas después de haber mostrado su fuerza.

El plan del gobierno de Israel es de replegarse a unas fronteras seguras que él mismos han trazado y fortificarla con muros. Mientras tanto se debe mantener a raya a los antisionistas de Palestina y Líbano con incursiones que busquen evitar que se doten de mejor armamento.

La conjura del complot de Londres ha sido de gran utilidad a Londres y a Wáshington. Blair, que se sentía jaqueado dentro de su propio partido en torno a Israel, logró primero mostrar la eficacia de sus servicios secretos y luego imponer un cese al fuego en Líbano.

Ahora aprovecha ello para buscar avanzar en su agenda de más coerciones a las libertades individuales y a la inmigración en aras de la seguridad y para pedir a sus partidarios que no busquen sacarlo del premierato en la conferencia anual del 24-28 de septiembre. De allí que muchos sectores duden de tales anuncios de planes revelados y sospechen que tras ello hay el intento de crear un clima psicosocial que justifique a Blair y a sus medidas. Sin embargo, la prensa británica estima que la amenaza fue real.

Si el 9/11 permitió que Bush galvanizara a la opinión pública local y mundial para desatar una ofensiva global, un nuevo macro atentado en EEUU o el Reino Unido sería algo que podría conducir a la opinión pública en otra dirección, echándole la culpa al gobierno por ser incapaz de evitar la matanza y por haber hecho crecer a Al Qaeda con sus guerras1.

Al querer poner a todos los nacionalistas musulmanes en un mismo pozo –igualando a los sectores que son movimientos populares que resisten ocupaciones extranjeras con Osama ben Laden–, Bush sabe que levanta a Ben Laden y que provoca un «choque de civilizaciones», pero su estrategia pasa por ello. Al Qaeda bien puede valer de chivo expiatorio para avanzar sus intereses geopolíticos en el Asia Occidental y para justificar internamente nuevas medidas de seguridad y controles migratorios –incluyendo la construicción del supermuro ante México–.

(Artículo publicado en el diario de Los Angeles, California, el 21 de agosto de 2006).

 
1 En un informe del diario ingles The Guardian aparecido al día siguiente de aparecer este artículo se revela una encuesta en la que tres de cada cuatro británicos piensa que el gobierno no les garantiza su seguridad al haber invadido Iraq. Allí también se revela que el líder conservador Cameron ha subido un punto llegando al 40% de las preferencias mientras que Blair baja 4 puntos para caer al 31%, la cifra más baja que haya tenido un líder laborista en los últimos 19 años.

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* Analista internacional, reside en Londres.
www.bigio.org.

**Addenda

El subdesarrollo marca también las tragedias. Con ayuda –algunos historiadores insisten que bajo la dirección– del gobierno estadounidense de entonces, a partir de 1970 se desató una ola terrorista brutal en Chile, que uso tanto elementos sicológicos como armas letas sobre un pais que por esas fechas bordeaba 11 millones de habitantes.

La escalada del terrorismo en Chile culminó su primera etapa el 11 de setiembre de 1973, con la muerte del presidente constitucional, doctor Salvador Allende, para iniciar de inmediato una segunda parte, presidida por asesinatos masivos y el extrañamiento –exilio– de alrededor de 100.000 personas. No todas pudieron regresar a su país luego del traspaso pactado del mando entre la dictadura y algunos partidos democráticos –que gobiernan desde el inicio de la última década del siglo XX–.

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