La ESMA nunca dejó de ser lo que fue desde el 24 de marzo de 1976: un emblema del horror máximo. Por eso, porque, tras la recuperación de ese predio de la Armada para la sociedad, el Estado argentino montó un Museo de la Memoria en el lugar específico donde funcionó el campo de concentración, un dispositivo que trabajó en siempre recordar para nunca olvidar que allí sucedieron secuestros, torturas, abusos, partos clandestinos y robo de bebés durante la última dictadura, es que hoy la Unesco decidió convertirlo en Patrimonio Mundial. Protegerlo, no solo para les argentines y latinoamericanes, sino para toda la humanidad. “Han dado un paso importante: han convertido la Escuela de Mecánica de la Armada en un sitio de memoria dentro del patrimonio universal”, dedicó el Presidente Alberto Fernández a través de un video en el que aseguró que la decisión le da “tranquilidad” para que “nadie en la Argentina pueda negar u olvidar el horror que se vivió allí”.  (Fuente: Carolina Camps)

La incorporación del Museo Sitio de Memoria ESMA al Patrimonio Mundial de la UNESCO fue recomendada esta mañana en el marco de la 45° sesión del Comité del organismo internacional, tras la conclusión del comité evaluador del organismo –que recibió el expediente a principios de 2022– y el apoyo de los países miembros. Japón, Bélgica y México destacaron que con su incorporación queda instalado el “valor universal excepcional” de sitios de memoria relacionadas con conflictos recientes. La discusión en relación a esta clase de bienes se había puesto en jaque desde hace algunos años, y el museo argentino es el primero que se acepta tras la redefinición de la categoría.

Llega en el pico del reverdecer de discursos negacionistas, relativistas y reivindicativos de los crímenes de la última dictadura cívico militar, con la candidata a vicepresidenta más votada en las últimas elecciones, Victoria Villarruel, como su principal vocera. En una de las más recientes entrevistas que otorgó a medios televisivos, Villarruel consideró que la ESMA debía ser devuelta a la familia que la había donado a la Armada. La UNESCO aguó sus planes.

“Este reconocimiento a nivel internacional constituye una contundente respuesta frente a los discursos que niegan o buscan relativizar el terrorismo de Estado y los crímenes de la última dictadura cívico-militar», ponderó el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti desde Arabia Saudita, donde presenció la sesión junto a la directora del Museo, María Marcela Mayki Gorosito y la representante de Argentina ante la Unesco, Marcela Losardo. Ninguno contuvo la emoción frente a la noticia. «Y nada hubiera sido posible sin el recorrido de décadas de lucha de Madres, Abuelas, organismos de derechos humanos, familiares y sobrevivientes que sostuvieron desde un principio que lo que ocurrió en la ESMA fue y es un genocidio», remarcó.

«Es un momento histórico para nosotros», alcanzó a decir Losardo ante el comité y antes de introducir el mensaje que el Presidente dejó grabado –está en la asamblea de la ONU, en Estados Unidos– en el que dedicó la incorporación a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, quienes “nos enseñaron a no olvidar, a buscar justicia”.

La incorporación del Museo Sitio de Memoria ESMA fue destacada no solo por la importancia del espacio en tanto símbolo de memoria, de justicia y de reparación sobre los crímenes de lesa humanidad que vivió Argentina durante la última dictadura cívico militar, sino también sobre los hechos que golpearon durante el mismo período histórico a otros países de América Latina. “Es el símbolo más prominente del terrorismo estatal”, determinó la conclusión del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, a cargo de la evaluación del bien de cara a incorporarlo en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. “Es un homenaje a esos miles de desaparecidos que tiene nuestro continente”, destacó al respecto Pietragalla Corti. La incorporación del museo es “un hecho de una relevancia única dentro de la historia argentina y regional, que sienta un precedente para seguir dando ejemplo en el mundo con las políticas de Memoria, Verdad y Justicia”.

Gorosito estuvo a cargo del proceso desde los primeros pasos, en 2019. El expediente, firmado por los ministros de Justicia, de Educación y de Cultura en diciembre de 2021 y presentado ante la UNESCO en enero de 2022, fue el resultado de un plan de trabajo que persiguió el propósito de resaltar el consenso entre los más diversos actores de la sociedad civil, de representantes de los poderes Legislativo y Judicial, para determinar la importancia fundamental del lugar en el marco del proceso de memoria, verdad y justicia. Esto fue especialmente destacado en la evaluación que realizó la UNESCO.

La historia del Museo en la exESMA

El Museo Sitio de Memoria ESMA fue inaugurado en el marco de las celebraciones por el día de la Patria argentina. Estela de Carlotto a uno de sus lados; Hebe de Bonafini al otro, la entonces Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, habló desde el espacio verde de pinos esparcidos que camuflan al centro clandestino en la tarde del 19 de mayo de 2015. En la mesa también estaban la sobreviviente Ana Testa, Juan Cabandié, que nació en la maternidad clandestina y desde donde se lo arrancaron a su mamá, Alicia Alfonsín, antes de asesinarla y hacerla desaparecer. Entonces, casi una década atrás, CFK dijo que “la memoria, la verdad y la justicia no pueden quedar en manos de un presidente ni de un Parlamento ni de un Poder Judicial, es el pueblo el que se tiene que hacerse cargo de las cosas que nos pasaron”.

La aseveración podría hablar de la actualidad, de estos días en los que los discursos negacionistas, relativistas y apologistas de la dictadura resurgen, vigorosos. “Hoy aquí –dijo la expresidenta, de espaldas a la piel vidriada con el rostro de quienes fueron llevados a la ESMA y jamás regresaron– hay una victoria de la vida sobre la muerte, de la memoria sobre el olvido, de la patria sobre la antipatria”.

La instalación de un museo en el Casino de Oficiales fue planificada desde muchos años antes de su inauguración, a partir de la expropiación del predio de la Armada, en 2004 y su posterior resignificación en Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos. El proyecto museográfico estuvo a cargo de la museóloga y antropóloga sobreviviente de la última dictadura, Alejandra Naftal, que dirigió la institución hasta hace algunos años y acompañó el debate profundo que se dio entre diversos colectivos –de sobrevivientes, de familiares, organismos de derechos humanos, académiques e investigadores, entre otros– sobre qué hacer y cómo en el Casino de Oficiales para construir memoria colectiva sobre los crímenes de lesa humanidad sin revictimizar, reivindicar a les detenidos desaparecidos y su lucha sin caer en apropiación político partidaria.

La incorporación del museo al Patrimonio Mundial de la Unesco es una confirmación de que ese objetivo se ha logrado. Los países que lo aprobaron son Arabia Saudita, Argentina, Bélgica, Bulgaria, Brasil, Catar, Egipto, Etiopía, Grecia, India, Italia, Japón, Malí, Nigeria, Omán, Ruanda, Rusia, San Vicente y las Granadinas, Sudáfrica, Tailandia y Zambia, las 21 representaciones rotativas del organismo internacional, conformado por 194 países más 12 Estados asociados.

El Museo Sitio de Memoria cuenta la historia del Casino de Oficiales de la ESMA en tanto campo de concentración: Sin modificar la estructura del espacio –que sigue siendo prueba judicial– el recorrido museográfico lleva a quien se adentre en el lugar por el mismo camino que hacían los genocidas de la patota 3.3.2 que actuaba en el lugar con cada detenido clandestino: el sótano donde se ubicaban las salas de tortura y espacios de trabajo esclavo; capucha y capuchita, donde permanecían encerrados en condiciones inhumanas; la pieza de las embarazadas, donde mujeres cautivas parieron en la clandestinidad a sus bebés, que fueron entregados a integrantes de las fuerzas represivas o a sus allegados; la pecera, espacio dedicado a trabajo esclavo; el Salón Dorado, espacio en donde los represores planificaron los delitos de lesa humanidad que cometieron en ese escenario. Desde su apertura, han visitado el museo más de 400 mil personas.

Las visitas

Con el objetivo de reconstruir un pedazo de la historia, la ex ESMA abre sus puertas todas las semanas a miles de visitantes que buscan recorrer el edificio que durante la última dictadura cívico-militar funcionó como uno de los centros clandestinos de detención y tortura más grandes de la Argentina. Cómo son las visitas, a qué espacios se puede acceder y por qué es importante sostener la memoria.

Se estima que por la Ex ESMA pasaron alrededor de 5 mil detenidos de forma clandestina durante la sangrienta dictadura. Este martes, la Unesco declaró al espacio de memoria como Patrimonio de la Humanidad, un reconocimiento que llega a 40 años de la recuperación de la democracia y en medio de la creciente ola de discursos negacionistas de cara a las elecciones 2023.

Lila Pastoriza, exdirectora de contenidos del Espacio para la Memoria, y una de las 200 sobrevivientes de la ex ESMA, explicó que “el recorrido histórico pretende hacer entender cuál fue en funcionamiento de la represión en este lugar, donde muchos de sus edificios fueron destinados a una misión educativa que persistió durante la represión”.

Es que esta es una singularidad que tuvo la ex ESMA y que a la vez refleja un movimiento que se dio a nivel general en la sociedad: “La característica de este lugar es que fue uno de los centros más importantes, de los más activos de los centros clandestinos, estuvo instalado donde convivían los alumnos, los profesores, con el grupo de tareas de la ESMA, que fue el que llevó adelante toda la tarea represiva”.

La visita al sitio de memoria propone una caminata por los lugares que formaban este circuito clandestino. Por ejemplo, se visita la enfermería, que actuaba en el control de las torturas y en los partos dentro del predio, donde luego los bebés eran apropiados y se les robaba la identidad. O en el taller automotor, por donde se entraba a los secuestrados y hacía el recorrido hasta el Casino de Oficiales.

“La vista a este lugar ayuda a conocer cómo funcionó la represión durante la dictadura en general. Comprender cómo se pudo hacer esto en este lugar. Hacer un centro donde desaparecieron aproximadamente a 5 mil personas”, concluyó sobre esta actividad Pastoriza.